Algunas personas
dicen que hacen esto o aquello
por el bien de alguien más.
Muchas veces -o la mayoría-
esto no es cierto.
Tristemente,
existen personas que ayudan,
participan en obras de caridad,
donan dinero, objetos,
mas lo hacen por sí mismos,
por culpa, por quedar bien,
para justificar ciertas desprolijidades;
no siempre
todo es lo que aparenta ser
o casi nunca.
Las hay, en cambio, silenciosas,
"invisibles",
apenas se sabe algo de ellas,
no buscan llamar la atención,
menos, viralizarse;
y son buena gente
¡pero de verdad!
No andan con un megáfono
anunciando sus buenas acciones,
que no se reducen a lo material:
por ejemplo, sostienen a alguien,
incitan a levantar el ánimo
de quien fuera, en momentos muy difíciles;
¡despiertan sonrisas!
¡invitan al reinicio,
a volver a creer, a confiar!
¡Y los hay!
No en cantidad
pero los hay.
¡Fíjense en esas personas!
no necesitan envanecerse,
ni demostrar
poder, logros, habilidades,
"bondad".
Son como son,
hacen lo que hacen
porque así lo sienten.
Alguien sufre
y están allí,
así luego o enseguida
sean olvidados.
Esa es, para mí, la gente
que merece llamarse "humana".
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