Para tu insuperable sonrisa
tengo algunos versos
que nunca son
ni serán suficientes
cuando de mis sentimientos,
cuando de todo lo vivido,
lo gozado, lo padecido,
apenas pueden esbozar
una idea, alguno que otro sueño,
aquel deseo,
un nuevo deseo,
nuevas expectativas
inútiles, quizás,
pero nuevas;
para tu voz,
tu decir
solo podría intentar
convertir mis palabras en música,
proveniente de cantos de pájaros
bellos, desconocidos;
para tus caricias,
tendría que asimilarlas al edredón más confortable,
a un almohadón de plumas,
a la suavidad, la ternura
de un pequeño gato
retozando en alguna falda
en busca de protección,
de cuidado;
si deseara escribir
sobre aquellos abrazos,
sobre aquellos besos
¡únicos!
no hallaría los epítetos
merecedores de honrar
a aquellos recuerdos;
no existe ni existirá
escrito, melodía, pintura
que puedan plasmar
aquella pasión desbordante,
atrozmente intensa,
de brasas inextinguibles;
¿inextinguibles?
Esta es solo
una breve, minúscula
reseña
de lo que pudo y debió ser el tema
del mejor, el más leído,
el más interesante, motivador
libro de poemas.
Un libro que jamás fue
ni será escrito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario