¿o explicable
de mil modos?
ignoro el motivo,
los motivos,
-o los sé-.
Hubo de todo, claro,
-si de recordar fragmentos penosos
se tratara-.
Claro que conviven
en el puzzle de los recuerdos,
con las piezas que integraron
tantas pequeñas, grandiosas
alegrías;
¿cómo olvidar esos abrazos, besos,
sorpresivos, incomparables,
miradas más que significativas,
coincidencias increíbles, únicas?
(¿cómo olvidarte?)
¿cómo no recordar esas risas, festejos,
sueños, planes, complicidades?
¡Tanto de tanto!
en fin,
de eso se trata.
Es factible la coexistencia
de los momentos más felices
con los de padecimientos, pérdidas,
¡las tantas veces incomprensibles
sensaciones de vacío, de soledad,
de melancolía!
Y pueden darse,
los unos y los otros
en un mismo mes,
en un mismo día,
en un mismo segundo.
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