Tal vez muera
sin alcanzar mi meta
o mis metas.
Quizás,
no me estén destinadas;
quizás,
no puse demasiado empeño
ni fe
en pos de su concreción.
Me duele
pensar que pude hacerlo
y yo misma pude habérmelo impedido;
me duele
ser insistente en tantos aspectos
y tan poco o nada
en lo que a mí atañe;
¿será demasiado tarde?
me pregunto,
a veces, triste,
muy triste;
a veces, casi resignada...
¡que horror!
a veces,
incluso me olvido
y ya;
no insistí hace años,
no sé si lo haré ahora.
¿Autoboicot?
no sé.
Luego observo o escucho
acerca de otros que pelearon
por sus deseos, sus objetivos
¡y los alcanzaron!
¡entonces me siento tan pequeña!,
-aun con mi metro setenta y cinco-;
¿será por eso
que me irrito de pronto?
deseo estar sola,
me molesta que hablen, que rían,
¡que vivan!
¿será que no supe vivir?
¿será que no supe ser feliz?
¡con tantos cielos azules
que supe mirar,
con tantos árboles,
cuya presencia supe valorar
y regocijarme en ello!
¡tantos amores,
tantas vivencias,
tantos pero tantos escritos,
tantas pequeñas felicidades
que me brindó este don maravilloso!
tanto de tan poco
y un poco de tanto...
Hay una parte mía
que todavía espera:
¿un milagro?
¿la decisión,
el atreverme a...?
¿la pérdida de este asfixiante miedo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario