miércoles, mayo 28, 2025

¿Tristeza de poeta?

 Una tristeza


 que no tiene explicación;


 tristeza que remite a alguna fracción de tiempo

 precisa;


 tristeza

 que se parece a una resignación,

 -nada resignada-


 pues no visualiza, no puede visualizar

 vivencias como aquellas


 en un futuro,


 en el próximo instante;


 tristeza

 que contrasta


 con una alegría 

 pasada, de hace un rato,

 de ayer,


 pues remite

 a la certeza de que no se repetirá,


 no del mismo modo.


 No sé bien -o no deseo saber-

 de dónde proviene:


 este sentirme sola, a veces,

 aislada en medio de un laberinto letrado


que urgente me reclama


y no siempre se encuentra

con una instantánea inspiración;


tristeza


por no poder transmitir

palabras alentadoras,


ni proponer sueños irrepetibles,


ni empresas inalcanzables;


tristeza


por haber sido alguien

que escribió de otro modo,

años atrás;


¡y no se reconoce en esos textos!


mas hoy no puede ni debe

ni desea


repetirse.


¿Tristezas de poeta,

jamás asido a seguridad alguna?


¿o, quizás, una simple tristeza

de invierno gris,

helado, imposible de calentar?


tal vez, se trate de este agujero,

punzante,

en el corazón


que no deja de recordarme


que nunca, nunca más


¡nunca más!


volveré a verte.

lunes, mayo 26, 2025

Los tiempos de eternización de los instantes

 Las miradas encendidas,

 las palabras más dulces,

 las más sensuales;


 el caminar de la mano,

 

 tu brazo en mi hombro,


 el valor hiperbólico

 de cada uno de esos detalles;


 la flor cortada de algún jardín

 de paso,


los planes que nunca se cumplirían

pero entonces no lo sabíamos,


 ¡ni importaba!


 el programa de cine

 que guardaba,

 junto a otros,


 siempre con tu "te amo"

 agregado,

 -como mínimo-;


 el café que podía saber

 a quemado, a lo que fuera


 pero siempre era especial,


 las manos entrelazadas

 sobre la mesa del bar;


 los sobrecitos de azúcar,

 también atesorados luego


 como souvenirs

 de los buenos tiempos,


 los tiempos del enamoramiento

 que se cree jamás va a extinguirse,


 los tiempos

 de la eternización de los instantes;


 luego, a algún lugar,

 el que fuera


 que nos cobijara;


 testigo ocasional de esa pasión 

 que seguía quemándonos


 aun en el regreso;


 todo, lo que fuera,

 motivo de risas, de anécdotas,


 solo alegría, solo emoción,

 solo sentimientos,


 ¡y nada menos!


 costaba volver


 cuando no vivíamos juntos.


 La despedida...interminable

 

 tanto que me parece

 que continuara;


 supongo

 que nunca nos despedimos del todo;


 aunque cada vez importe menos,

 -o así nos convenzamos-;


 tu diario trajín

 allá....¡tan lejos!


 nada o casi nada

 te recordará algo de aquello;


confieso que muchas veces

me pasa igual


pero hoy está tan gris,

tan frío,


¡ahora llueve!


sin dudas, se vuelve absolutamente necesario,

casi obligatorio,


este recorte:

apenas, un esbozo


de lo muchísimo


que tuvimos la suerte,

hace tiempo y no tanto,


de compartir.

domingo, mayo 25, 2025

¿Basta con creer...o descreer?

  Con el fin de renovar

  la creencia en milagros


  les cuento

  que temprano


  la niebla cubría todo

  al menos, en mi ciudad,


  aun con los espíritus

  colmados de celeste y blanco;


  bastó con confiar

  en que se disiparía,


  o en todo lo contrario,

  algo así como en la eternidad de los fenómenos,

  

  - aplica a todo-;


   como sea, ahora, 

   no sé en qué momento,


  -mis letras, como casi siempre,

   se empeñan

   y logran distraerme-


  prosigo:

  un sol radiante


  refuta


  toda creencia

  en posibles próximas tormentas


  o circunstancias climáticas

  de índole similar;


  de nuevo, brillan los tejados,

  estallan los verdes, los amarillos, los ocres,


  el milagro de la vida

  jugó a las escondidas

 detrás de un manto blanco,


 durante unas horas.


 ¡Y ahora este cielo!


 azul, ¡azulísimo!


 confiemos en que siempre,

 más allá de lo que suceda,


 el sol regresa


 y la oscuridad,

 la invisibilidad de las cosas


se exilia


hasta una nueva cita.


(No seamos nosotros mismos

sus convocantes).


 



miércoles, mayo 21, 2025

Escenarios impostergables

 Se abre el telón:

 ¿qué decorado podría sustituir

 a tremenda exhibición natural?

 Ese rojo, esa sangre

 con un fondo semi-oscuro,


 ¡el atardecer!


¡tantos atardeceres!


 que pocos ven,

 pocos disfrutan,


 pocos

 reflexionan


 muchos menos, gritan a viva voz:

 ¡qué hermosa, qué maravillosa

 es la vida!


 ¡Urge mirar alrededor,

 esos cielos multicolores,


 esos árboles engalanados en oro,

 ocre, rojizo, -según el caso-!


 un otoño

 que nos arroja hojas y más hojas,


 ¡y pasamos de largo,

 encerrada nuestra mente

 en preocupaciones banales, en muchas ocasiones!


 saber VER,


 permitirse VER,


 los sueños no están solo

 al apoyar la cabeza sobre la almohada;


 los sueños están aquí,

 a nuestro alrededor,


 sobre todo, los que tenemos la suerte

 de poder fotografiar en nuestra mente,

 en nuestro espíritu,


 tremendas maravillas;


 ningún escrito,

 ni este ni los que vendrán


 me posibilitarán

 explicarles mi regocijo


 ante esas mañanas soleadas,

 ante esos atardeceres deslumbrantes,


 esas noches estrelladas;


 ¡y esos árboles!


 las ofrendas de las que se despojan


 para tiempo después,

 renovarse, reverdecer,


 ¡comenzar de nuevo!


 ¡hay tanto que deberíamos aprender

 de natura!


 no hay mezquindades,

 no existen rivalidades,


 egoísmos, competencias,


 vanidad;


 cada especie

 en su hábitat


 cumple su desarrollo,

 se desprende de su follaje,


¡no hay muerte, no hay vida,

no hay méritos ni fracasos!


los miremos o no,


nos emocionemos

o no nos importe nada de ellos,


nuestros árboles, nuestros arbustos,

estarán allí, 


enfrentarán situaciones climáticas hostiles,

calor abrasador del rey de la creación,

tormentas, vientos superlativos;


perderán no solo hojas,


los vientos intensos se llevarán ramas

¡y tantas bellas flores!;


aun así, no cabe llorar


¡pues regresan, siempre regresan!


y si no lo hacen,


¡serán nuevas semillas, nuevos brotes

en pos de nuevas, promisorias, especies,


siempre, siempre, incondicionales!

martes, mayo 13, 2025

La chica del sombrero negro (cuento)

 Voy a contarles

  una historia


 acerca de una vivencia clave

 en la vida de cierta chica,


 (la que solía usar

 un gracioso sombrero color negro).

 

 Resulta que esta joven, de pronto, sintió dentro de su corazón,

 un orgullo inmenso, un amor por sí misma

  como jamás había sentido.


  Todo desapareció de su mente,

  ¡no podía pensar en nada más!


  olvidó situaciones

  olvidables e inolvidables


  al sentir la vibración del alma despertando,

  -tal vez, antes no se había dado cuenta

  de cuán dormida estaba-;


  todo esto y más

  lo experimentó


 cuando alguien, -no importó ni importa quién-,

 la anunció a un otro alguien 

 -del que tampoco nada se sabe-


 así, textualmente (salvo el ignorado interlocutor):

"XX, llegó la escritora";


 ella no supo qué decir,

 menos, disimular las lágrimas

 que le nublaban la mirada,


 ¡y ese nudo en la garganta!;


¡tan inocente!


por primera vez,

se había sentido nombrada

no por su nombre, no por sus tareas

en aquella horrible oficina.


¡Por su quehacer literario!


apenas, se trataba de frases para tarjetas

de salutaciones


¡pero ella las había escrito

y por primera vez


un otro, ¿qué suma saber su nombre?

le pagaba por lo que más amaba hacer!


era muy poco dinero,

apenas, el que correspondía a las líneas que se escogieron,


mas el dinero no importaba,

ni que no hubieran elegido más frases;


lo grandioso, lo mágico

fue que a partir de ese momento


ella tomó conciencia

de su condición;


así continuó su historia,


así continúa.


-con la salvedad

de que ya no necesita que la mencionen

ni le recuerden su inclinación, su don-.


Ella hace tiempo,

-probablemente, a partir de ese día-


nunca olvidó, ni por un instante,


quién era y cuál sería su destino.


  


  

lunes, mayo 12, 2025

El más bello contagio

 Admiro enormemente

 a las personas que luchan,


 les pase lo que les pase;


 las que pese al miedo,

 no se detienen;


lloran, claro,

sufren, claro,


mas siguen,

se reinician,


como pueden;


se auto-motivan


y confían,

en principio, en ellas;


rezan con fe,


-no por hábito

ni por las dudas-;


esas personas

me dan fuerzas,


¡me humanizan!


me impulsan

a no decaer, a no dejarme vencer,


a no entristecerme

por banalidades,


ni por cosas más importantes;


¡me invitan a la vida!


entonces, ocurre algo maravilloso:

la vida compensa,


la vida nos muestra su más precioso y preciado

lado,


nos acuna en sus brazos,

canta nuestra canción favorita;


impulsa a dar ese gran salto,

a abandonar la desidia;


esa gente, la que en verdad padece

y mucho


debería canonizarse,

cuando llegue el momento;


no los curas o como se los llame,

con sus miserias, sus engañosos dogmas,


¡su gran negocio de atemorizar!


de someter 

a tantos a sus absurdos relatos;


ellos no representan a ningún dios.


Los que padecen, los que realmente padecen,

los que enfrentan dificultades muy penosas,


día tras día,


sí representan

la fuerza poderosa de la resistencia,


¡del amor!


por sí mismos,

por los demás; 


¡nos lo contagian!


ahí, a su par,

sin dudas,


caminan los dioses.

























































domingo, mayo 11, 2025

Cual caballero andante

 Si sirvió o no

 lo que se pudo haber hecho,


 lo que uno se rehusó

 a hacer;


 el haber defendido,

 cual caballero andante,


 las ideas particulares,

 las razones personales,


 los porqués propios;


 ¡las libres elecciones!


 si esto,


 si lo de antes,


 si tanto esfuerzo,

 si ningún esfuerzo,


 sirvieron o no,


 realmente

 no importa,


 nada importa

 salvo la conciencia plena


 de haber hecho 

 lo que supuestamente

 se sintió, se pensó como lo correcto,


sea por amor,

por ganas,


 por no ganas,


 por desoír lo establecido,


 por no sucumbir,

 por no bajar la cabeza,


 ¡por hacerse valer!


 en fin, por simplemente


 ¡ser!

sábado, mayo 10, 2025

La certeza

 No esperar nada


 es la clave;

  

 hacer lo que se vincule

 a nuestros empeños


 y esperar,


 aunque, paradójicamente,

 sin expectativas;


 claro que puede suceder

 aquello que deseamos,


 en ocasiones,


 desde hace mucho, mucho tiempo;


 mas puede que no suceda,

 -o no todavía-


 pero eso no debería detenernos,

 ¡jamás, siquiera, pensar en renunciar!


 seguir siendo

 desde lo que en verdad somos,


 seguir

 interviniendo, dentro de nuestras posibilidades,


 ¡seguir!


 ¡hay un mundo

 a nuestro alcance!,


 amores, oficios, aptitudes,

 actividades,


 uhhhhh...¡tanto de tanto!


 no conduce a nada

 perder el tiempo


 paralizados

 en pos de un determinado anhelo; 


 solo serán meses, días, horas, minutos, segundos

 absolutamente desperdiciados;


 aun siendo jóvenes o no tan viejos,

 se nos escapa, con frecuencia


 el postulado indiscutible,


 ¡la certeza!


de la caducidad de la vida.


 

 

viernes, mayo 09, 2025

Aquello que nos pareció excesivo

Existe una ilusión de amor:


lejos, muy lejos de aquí.


Un sueño que solo fue eso,

que solo es eso,


lo que tiempo atrás, mucho tiempo atrás


 fue, sin dudas, una realidad,

 una intensa realidad;


 en fin, existe solo una idea,

 una especie de sacralización


 ¡porque no pudo repetirse!


 porque se intentó

 o no se intentó demasiado


 y quedó allí.


 En verdad, quedó por estos lados,

 pues por estos lados sucedió.


 Lo extraño

 es que el corazón vaya habituándose,


 cada tanto, un "y si..." o "y si no...",


 un alguien que devuelve algún retazo

 de un film que terminó cuando tuvo que terminar...


 ¿o hicimos lo posible

 en pos de un final?


 un final

 que no lo fue tanto,


 ya que hubo vestigios,

 palabras, risas virtuales,


vanos intentos de repetir

 lo que sabíamos era, es irrepetible


 mucho más a la distancia.


 ¿mucho más a la distancia?


 probablemente,

 ese volver a sentir, a vibrar,


 no alcanzó a ser

 lo suficientemente poderoso;


 probablemente,


 no hicimos lo posible, lo imposible

 para resucitarlo;


 ¡para revivir aquello

 que siempre nos pareció, tal vez,

 excesivo!


 el temor a perder

 esa ficción de seguridad


 tuvo que ver,


 tuvo mucho que ver;


 en fin,


 con el tiempo,

 van diluyéndose los rostros que se asemejan


 al vos de antes, al de ahora;


 van invisibilizándose los lugares,


 "olvidamos" ciertas cosas


 para no derrumbarnos,

 para creer en que uno sin el otro


 puede seguir,

 -siquiera, fingir que sigue-,


 ¿convencidos?

 de que nada, en absoluto,


 nos retornará


 a aquella magia.


 

domingo, mayo 04, 2025

Ante el aterrizaje de experiencias nefastas

 Será una frase repetida con insistencia


 pero acertada, ¡juro que es acertada!:


 el amor, -genuino, claro-


 todo lo cura, todo.


 Pienso en qué seria de mí si no tuviera a esas personas

 -aunque no crean que siempre me alientan o me apoyan-,

 

 mas siempre están,

 cuando padezco un mal físico o del alma,


 cuando ya no me parece increíble

 esta vista desde mi ventana,


 cuando los ojos se me llenan de lágrimas,

 quizás, por no habérmelas permitido


 en su momento.


 Hay clamores, hay resentimientos,


 ¡hay rabia, impotencia, dolor!


 provenientes desde muy lejos.


 Sin embargo, están ahí,

 ¡podrían palparse!


 en la cabeza, en el cuerpo,

 en el espíritu,


 insisten con ese ronroneo aturdidor,

 imparable; 


 nos parece, entonces,

 que algo, alguien, de ahora, de antes, de nunca


 nos detiene,

 ¡que lo seguirá haciendo!


 nos impide seguir

 con nuestros y solo nuestros

 empeños;


 nos impide

 reír con ganas,


 hacerlo todo,

¡lo que nos apasiona!


 con el mismo ímpetu;


 pero llega la mano en la espalda,

 la palabra justa, necesaria;


 esa palabra, esas palabras

 que plagiamos dentro de nosotros


 para acudir a ella, a ellas,

 en momentos de incertidumbre,


 de aterrizaje, nada forzoso,

 de experiencias nefastas: recientes, pasadas,

 ¡incluso, imaginarias!


 que creímos superadas


 pero no:


 ahí están,

 al acecho, en cualquier lugar,


 en el menos pensado recodo

 de nuestro interior;


 pero, insisto,


 acudir al amor

 es mejor, mucho mejor


 que cualquier medicamento;


 el amor verdadero nos hace sentir en casa,

 estando en cualquier parte.


 Ese amor


 no necesita de grandes exhibiciones,


 ni tiene que recordarnos, jamás,


 su permanencia


 por siempre.


 

sábado, mayo 03, 2025

¡Correr, no dejar de correr!

 Fundar el propósito,


 -o refundarlo-;


 correr hacia sus promisorios

 designios,


 ¡correr, correr, no dejar de correr!


 para luego detenerse,

 reiniciar la recolección de los frutos de los árboles

 del camino;


 mas nunca, ¡nunca!

 abandonar, siquiera, el recuerdo


 del por qué

 estamos,


 del por qué

 hicimos siempre lo mismo

 o casi lo mismo,


o no lo hicimos

pero apuntamos a ello;


 para luego o al tiempo

 concretarlo;


 es preciso no olvidar

 cuán felices nos hizo


 el resultado

 de tal vez, cierta fatigosa búsqueda;


 no olvidar 

 todos los gestos, las devoluciones,


 ese grito de alegría

 que no se ve


 pero se palpa,


 brilla dentro dentro del corazón;


si nos detenemos

que sea para reunir las fuerzas


mas nunca permitirnos olvidar,

por ningún motivo,


ya sea en medio de lágrimas,

indecisiones, temores,


¡como sea!


el propósito.


Algo tapado por el polvo

del casi olvido


podrá, deberá

rescatarse


¡y nuevamente,

el cielo en nuestras manos!,


la certeza absoluta

de reconocernos vivos,

tal cual somos,


cada uno con su particularidad,

su don, su legado;


cada uno frente a sí

mismo,


diciéndose,

repitiéndose:


esto quise ser,

esto soy,


¡esto volveré a ser!

Cristina Del Gaudio

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