lunes, mayo 12, 2025

El más bello contagio

 Admiro enormemente

 a las personas que luchan,


 les pase lo que les pase;


 las que pese al miedo,

 no se detienen;


lloran, claro,

sufren, claro,


mas siguen,

se reinician,


como pueden;


se auto-motivan


y confían,

en principio, en ellas;


rezan con fe,


-no por hábito

ni por las dudas-;


esas personas

me dan fuerzas,


¡me humanizan!


me impulsan

a no decaer, a no dejarme vencer,


a no entristecerme

por banalidades,


ni por cosas más importantes;


¡me invitan a la vida!


entonces, ocurre algo maravilloso:

la vida compensa,


la vida nos muestra su más precioso y preciado

lado,


nos acuna en sus brazos,

canta nuestra canción favorita;


impulsa a dar ese gran salto,

a abandonar la desidia;


esa gente, la que en verdad padece

y mucho


debería canonizarse,

cuando llegue el momento;


no los curas o como se los llame,

con sus miserias, sus engañosos dogmas,


¡su gran negocio de atemorizar!


de someter 

a tantos a sus absurdos relatos;


ellos no representan a ningún dios.


Los que padecen, los que realmente padecen,

los que enfrentan dificultades muy penosas,


día tras día,


sí representan

la fuerza poderosa de la resistencia,


¡del amor!


por sí mismos,

por los demás; 


¡nos lo contagian!


ahí, a su par,

sin dudas,


caminan los dioses.

























































1 comentario:

  1. Sencillamente precioso, encontré un tesoro sin querer.

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Cristina Del Gaudio

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