miércoles, agosto 26, 2020

Habitar el instante

 Iluso el que piensa

en que yo lo cuido;


hay días 

en que apenas

puedo con mi existencia.


Cada despertar,

un nuevo temor,


un nuevo desafío

que vislumbro tan elevado,

tan inalcanzable;


entonces, me siento 

así de pequeña,


mucho más

que mi pequeño pino,


-que no es mío,

sino de la vida-.


Ingenuo

quien imagina

que lo protejo,


¡él, sin saberlo,

me hace sentir

protegida!


porque siempre está,

porque no teme a nada,


en tanto yo

en estos días amenazantes

permití que el miedo

extermine todo indicio, siquiera, mínimo,

de reconversión,


de resurrección

del espíritu, del pensamiento,


el que alimenta.


Acostarse, despertarse, de pronto,

volver a dormirse


entre pesadillas,

imágenes difusas,


se torna, invariablemente, perturbador;


en tanto él


con lluvia, viento,

sol, frío, calor,


con, sin mi presencia,

sin la presencia de nada, 

de nadie,


sigue allí,


porque nada espera,

porque a nadie espera.


No se anticipa al sufrimiento,

no se instala en el pasado;


asume su condición, vive sus cambios

mientras viva;


finalmente, concluyo:


no ansía, no teme, no añora

quien nada espera,


quien habita, únicamente, el instante;


quien ofrece,

a sabiendas o no,


lo mejor


de sí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores