¿Quién hubiera imaginado
que estaríamos más alejados
todavía;
que aún existía
una ínfima posibilidad
porque luego
todo acabaría?
ahora,
es solo sobrevivir,
alejados,
esta vez como nunca antes;
¿para siempre?
si hubiéramos sabido
tal vez, hubiéramos hecho las cosas
algo mejor;
no nos hubiéramos herido
de tal modo,
mucho menos,
vengado;
uno al otro,
uno en contra del otro;
ambos,
en contra de nosotros mismos;
¡con todo eso que sentíamos
o decíamos o deseábamos
o creíamos sentir!
no sé qué nos pasó,
no sé por qué me obstiné en ser la única,
lo más importante,
el centro
de tu vida;
¡qué absurdo!
hoy
ni siquiera puedo reunirme
con alguien querido, más o menos,
hoy
más solos
que nunca;
las personas
temiéndose entre sí;
y temiendo castigos
en el caso de reunirse.
Un enemigo al acecho
que puede estar aquí, a mi lado,
allá afuera, en cualquier parte;
no hay modo
de saberlo con certeza.
¡Se desdibujaron tantas certezas!
¡y yo que te las pedía,
te las exigía!
¡si hubiera, siquiera, vislumbrado
esta catástrofe que en varios aspectos
nos iguala
a todos,
en todas partes!
Parece ser el fin,
al menos de lo que tuvimos, hicimos,
compartimos,
¡planeamos!
la obra teatral de nuestra vida
cambió, brusca, repentinamente
y sigue haciéndolo.
Apenas, restos
de un precámbrico pasado
ruedan como fardos de pasto
en días ventosos;
no más los cines,
ni mi café,
ni las servilletas
que a veces, la imaginación
llenaba de garabatos:
luego serían poemas,
cuentos, nada;
tampoco, la ventana inspiradora
que daba a los pinos.
¿Escapes?
es probable,
a la húmeda, pestilente
rutina,
al agobio,
a la soledad.
Pero queda algo
que impulsa,
no me permite soltarlo,
no lo hará
así, no pueda más
con mi cuerpo,
con mi espíritu;
es el arte,
la vocación, el amor
a la escritura;
por eso,
frases, palabras, letras
se entremezclan, se ordenan y desordenan
dentro de mi agotada cabeza,
insisten en despabilar mi pensamiento;
aunque me resista,
aunque no me alcancen las fuerzas.
Pues, mis sueños
un día
se volvieron
pesadillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario