Porque no hay camino,
porque no hay distancia,
porque no hay afectos,
porque no hay olvidos;
porque te quise, te quiero,
porque tal vez, te quise,
tal vez, te quiero;
porque tal vez, quise quererte
pero no te quise;
porque tal vez, deseo quererte
pero no te quiero;
porque no hay un sueño
que pueda detener el paso del tiempo,
porque no hay un sueño
que devuelva, por un instante,
cierta ilusión;
porque no hay un sueño,
nada, nadie
que pueda encender la sangre,
que desee encender la sangre,
que incentive el espíritu,
que desee incentivarlo;
porque no me basta
lo tan poco que me das
o intentás darme;
porque aunque no me baste,
a veces, creo necesitarlo;
porque en ocasiones
así me pasa:
porque me siento sola, grande,
cansada;
porque parecen haber triunfado
la desesperanza, el miedo,
el "carpe diem" en el peor de los sentidos;
porque la magia
cesó en su insistencia;
porque solo parece importar el dinero,
el poder, los bienes,
lo que se tiene, lo que se cree tener,
lo que tanto se teme perder;
porque las sonrisas
son solo irónicas,
porque la alegría genuina
dejó su ancestral maravillosa existencia;
porque se teme a todo contacto,
aun a los virtuales;
porque buscamos la soledad
y al mismo tiempo, le rehuimos;
porque perdimos las ansias,
porque ya no suspiramos por nada, por nadie,
porque perdimos las aspiraciones, ¡la pasión!;
porque nos ahogamos
en una gota de agua;
¡porque estamos vivos
y ni de eso nos damos cuenta!
porque no hacemos absolutamente nada
para seguir respirando.
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