Así
uno se encuentre solo.
-O no esté solo
pero sí se sienta-;
así
nada funcione como se esperaba,
como se deseaba, se desea,
¡así
nada se de según lo soñado!
así
todo esté al revés;
la posibilidad que se consideró,
que aún se considera,
deba descartarse
por el momento;
así
se maten
entre ellos,
los de siempre,
por el maldito dinero,
por el recontra maldito poder.
Así
la vanidad, la ambición enfermiza,
se impongan
a costa de lo que sea;
aunque aniquilen la existencia de muchísimas personas,
en miles de sentidos;
así
se hayan olvidado, perdido
valores que eran como estatuas:
la honestidad, la dignidad, el respeto;
así
nada sea como antes
o lo nuevo no sea como se creyó;
así
ese antes tampoco haya sido perfecto
y el hoy se presente hostil, insalvable.
Tal vez
todo se trate
de un aprendizaje;
cuesta entenderlo,
lo sé,
me cuesta.
Dicen
que el karma, que la resiliencia,
que el soltar (detesto esas palabras),
que bla-bla-bla;
elijo pensar,
cuando puedo hacerlo
con algo de serenidad
que todo esto
hará que cambiemos
o que tratemos
de hacerlo todo de otro modo,
para no escapar, en los días difíciles,
a los refugios habituales:
adicciones,
personas,
cualquier cosa,
cualquier gente;
que prometen
aliviarnos.
Ese alivio
siempre o casi siempre
resulta momentáneo,
nos aleja
de nuestra esencia,
al punto de obstaculizar cada propósito,
debilitarnos,
hacernos renunciar a lo que fuimos,
somos,
y es muy probable
que nos perdamos.
¿Habrá fuerza física, espiritual
que puedan con eso?
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