domingo, febrero 26, 2023

Para que el alma no renuncie

 Tanto padecimiento,

 tantas injusticias


dentro de esa caja rectangular,

dentro de esa otra caja, más pequeña;


no pude

seguir mirando,


no pude.


No es egoísmo,

no es negación,

no es insensibilidad;


es buscar,

hallar ese intersticio,


donde la mirada,

el pensamiento,


se crucen con algo diferente;


para que el alma

no se encoja,


no sufra, 

al menos, por un momento,


¡no renuncie!


se trata de ver 

todo lo que la vida nos ofrece


del otro lado 

de esas cajas, de la ventana,

del encierro:


ver 

esa naturaleza


golpeando a nuestra puerta,

arrancándonos de nuestro ensimismamiento,


devolviéndonos

las ganas, la alegría, las esperanzas;


¡las sonrisas, las voces

de los seres que amamos!


algún día ellos partirán

-o lo haremos nosotros-.


(¿Y ese pájaro "raro"?

¿por qué aún no acude a mi balcón?)


sé que lo hará,

siempre vuelve


y devuelve;


no son todas tragedias,

aunque las hay y abundan;


no es todo muerte, 


dolor, destrucción,

pérdidas;


a pesar

de que sí existen,


lo sabemos;


no es justo, no lo es

que esta idea obsesiva

de que todo es horrible,


de que lo que vendrá

será peor,


opaque nuestra existencia


como para ignorar al pájaro "raro",

-así lo llamo-,


como para dejar pasar

esos ínfimos pero valiosos

detalles cotidianos:


el café que huele,

sabe delicioso,


las palabras, estas palabras, otras,


que Dios

hace que pueda escribirlas


para que ustedes,

para que alguien, muchos, los que sea

las lean


y les sumen,

los hagan pensar, imaginar,

renovar ciertas ilusiones;


yo tengo, por ejemplo, 

a mi famosa enreflores,


los gritos eufóricos

de los niños

que están por comenzar sus clases;


tengo las palabras de otros,

-no solamente escritores-;


de todos los que quiero, conozco,

con los que me encuentro a diario.


Tengo sus abrazos, sus besos,

sus saludos con la mano, desde lejos;


los tengo a ellos. Los que están todavía


y también, en mi mente,

en mi corazón,

las voces, los dichos,

las bromas

de los que ¿se fueron?

................................................

perdón, tengo que dejarlos:


mi pájaro "raro"

aletea afuera, en el balcón


y no es de los que se quedan

demasiado tiempo.

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Cristina Del Gaudio

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