domingo, septiembre 03, 2023

¡Un nuevo despertar!

 Finalmente,


estalló

la tormenta;


lluvia, lluvia,

¡tanta lluvia!


empapó

los ánimos,


cambió el aire,

enfrió los pensamientos siniestros;


la naturaleza

reverdeció.


No pasará mucho tiempo

para que el sol ilumine este fenómeno;


no importa

si cumple o no lo prometido,


el astro, como las tempestades,

los vientos, el frío, el calor,


en principio,

no hacen promesas,


pero eso sí: se sentirán

con más, menos intensidad


si la mente, el espíritu, se aquietan,

se clarifican,


si comienzan a desenmarañarse

ciertas cuestiones;


si nos perdonamos

y perdonamos


a quienes 

creímos nuestros enemigos


¡algunos,

por años!


y en verdad,

hicieron lo que pudieron;


no todos pueden sostener

el temple, los valores, las ansias,


reconocer, demostrar

los sentimientos;


algunos

tienen la fuerza, 

el valor,


le ponen garra

a la vida;


enfrentan todas o casi todas

las situaciones


y no podrían, de ningún modo,

desistir;


otros,


tal vez

no puedan, no deseen tratar de...


No sepan cómo.


O esperen el momento indicado,

-si es que existe un momento indicado-.


La lluvia

se ha detenido.


¿Mis versos 

la avergonzaron?


desearía

que así fuese,


para que tantas personas

no la sufran tanto;


para que a nadie alcancen

sus consecuencias,


en algunos casos,

en algunas casas,


devastadoras.


Confiemos en que algo, 

todo se transforme,


renazcan

los planes, los sueños,


las ilusiones,


¡el ímpetu

de reintentar!


-el sol,

insisto,


volverá-.










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Cristina Del Gaudio

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