El amor
no es solo
una simple o no tan simple
atracción;
no es solo piel,
no es solo ver al otro
como el "modelo",
lo que buscábamos
o así lo creíamos;
el amor
tiene mucho
o necesita mucho
en cuanto a tolerancia, paciencia,
-aunque esto resulte antipático-;
no es fácil
querer de verdad
a alguien, aun con sus defectos,
aceptar sus temores,
sus enojos, sus situaciones no resueltas;
porque una cosa
es el encandilamiento inicial,
donde en el otro
depositamos nuestras ideas y deseos,
proyectamos
lo que en verdad, nos falta
o consideramos que nos falta
y el otro
parece ser capaz de brindárnoslo;
ese es el principio.
Pasa el tiempo,
pasa la idealización,
comienzan a molestar
cuestiones que nos resultaban atractivas,
graciosas, hasta dignas de admiración;
¿quizás porque también
nosotros vamos cambiando
y no nos gustamos
del mismo modo en que lo hacíamos o -así nos parecía-,
años atrás?
proyectamos.
Y en el otro
recaen o pretendemos que recaigan
nuestras tantas debilidades,
¡nuestras miserias!
No es fácil
coincidir, seguir coincidiendo
cuando surgen competencias,
discusiones por cualquier motivo
o en caso de vivencias difíciles:
ahí el amor
se pone a prueba.
¿Somos capaces
de estar con esa persona
cuando está triste, enfermo,
cuando pierde el trabajo,
cuando el dinero se acaba,
cuando dice o hace, justamente,
todo lo que nos molesta
¡cuando de pronto todo nos molesta!
así, años atrás
no lo hayamos visto de ese modo
o al no convivir, no lo supiéramos?
el amor es entrega,
respeto, salud
no toxicidad,
no persecución,
no insultos,
no agresión,
no ironías malintencionadas,
¡no se lastima
a quien se ama!
esto puede parecer
demasiado idealista.
Quizás, lo es.
No estemos
con quien no soportemos más,
no nos esforcemos.
El amor está
y se queda, como sea,
enfrenta todo y más y mucho más.
No se tolera, no se suplica,
no se "mantiene",
no es un trabajo forzado.
Si algo o todo de eso ocurre,
habría que planteárselo.
La vida pasa
fugazmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario