Pase lo que pase
estamos acá.
Aún puede verse el sol brillar
nunca igual que los demás días,
el cielo azul, siempre diferente.
Es nuestra mirada,
nuestro estado de ánimo,
nuestro estar,
nuestra ausencia,
nuestra postura
frente a las distintas instancias
que se nos presentan
-o las inventamos-,
lo transforma todo
o lo convierte en rutinario,
considerando "normal"
y hasta lógico
poder ver,
oler, ¡respirar!
ser esto que somos
o que intentamos ser;
nada es "normal",
todo es un privilegio,
un regalo,
un gift.
¡Agradecer el estar!
más, menos positivos,
más, menos creativos,
pero vivos,
presentes,
haciendo lo que podemos,
lo que deseamos,
sonriéndole, quizás, a un desconocido
en la calle,
abrazando
a un árbol,
acariciando
la cabeza de un niño;
no es tan complicado.
Se crece con las pérdidas,
el dolor, los impedimentos;
mas también con los gestos amables,
refrescantes;
¡podemos superar
cualquier obstáculo,
si orientamos nuestro espíritu
a ese rumbo!
¿incierto?
de un modo u otro,
se abrirán nuevos caminos,
nuevas alternativas de suplantar la mera supervivencia
reemplazándola por vida,
haciendo que nuestro existir
tenga peso, tenga valor,
sume en lo que sea o a quien sea;
haciendo lo que tenemos o creemos que tenemos
que hacer,
e intentando mejorar,
al aceptar, con humildad,
nuestra eterna condición
de aprendices,
(lápiz, papel en mano
para que no se nos olvide).
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