Esta vez fui yo.
Lamento -o en verdad, no lamento-
haberte quitado
una nueva oportunidad
en ese obstinado afán de perseguirme
sin propósito,
para enseguida, esfumarte
en cuanto yo mostraba
algún indicio de interés;
lamento -o en verdad, no lamento-
haber arruinado,
al menos por esta vez
tu diversión
de tipo solo,
negativo,
más oscuro
que la noche más oscura,
quizás, con un gran dolor
que jamás admitirás,
ni en lo profundo de tu ser.
Pero ya no me interesa
redimirte de nada,
¡no voy a escuchar tu retahíla de siempre!
habrá, siempre hay,
lamentablemente,
alguna que lo intente;
-sabés bien
cómo tender tus redes-;
no seré tu botín
ni por un rato, ni por unas palabras,
ni por media palabra;
retirate al infierno
de los que nunca pero nunca
sabrán amar
porque solo albergan resentimiento,
rechazo, desprecio
por cuanto tenga que ver,
del modo en que sea
con los vínculos reales,
con los sentimientos,
¡con la vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario