jueves, febrero 22, 2024

Exterminio de almas

 Una guerra

 que nunca acaba:


  la guerra

  contra el odio,


  mediante más y más odio.


  La guerra 

  entre hermanos,


  ¡ni hablar de las guerras físicas,

  armamentísticas,


  la destrucción de edificios, de viviendas,

  de países,


  el exterminio de personas,

  de almas!


con objetivos tan egocéntricos

como el poder,

los "bienes" que causan tantos males; 


¡el orgullo de arrogarse

la victoria, cueste lo que cueste,


así se extinga a miles, millones de personas!


¡guerras que se prolongan por años!


 el hombre 

 de una u otra forma

 no sabe, no quiere, no intenta


 vivir de otro modo;


 no entiende

 de empatía, de comprensión,

 de diálogo, 


 ¡de amor!


 por alguien, quien sea

 y de donde sea,


 ¡su semejante!


 un hombre de raza negra

 se enoja porque un joven 

 lo llama negro y le pide algo;


 se enoja y niega su condición,

¿por qué negarla?


aunque es cierto

que no tiene derecho a llamarlo

por su color de piel,


en lugar de explicarle,

lo insulta, lo acusa de inculto,

lo maltrata,


le dice que él, el otro

es un negro de m....

porque anda pidiendo por las calles;


ninguno de ellos actúa bien,

claro;


más allá de que uno trabaje

y el otro pida,


más allá

del insulto a una raza, a una condición;


el primero pudo intentar explicarle,

sobre todo, si el otro no se veía agresivo,


pudo haberle dicho

que debería ocuparse de algo,


que pedir a otros

algo del producto de su trabajo

está mal;


aclararle, de buen modo,

lo que significa la falta de cultura

o de educación,


de dignidad;


este es solo un ejemplo

de la pérdida total 

del entendimiento;


finalmente,

dos víctimas de un mundo cruel,

discriminador, deshumanizado.


Sé que es difícil

revertir estas diferencias;


esta llamada grieta

que se subdivide cada vez en más grietas

y más grietas


hasta que todos, absolutamente,


del color que seamos, de la condición social,

cultural, económica

que tengamos


nos hundamos para siempre


en la interminable fosa

de la soledad, la miseria, el dolor,


sumidos en la supervivencia

más atroz.

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Cristina Del Gaudio

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