No temas
a mi otoño, casi invierno frío;
sé de tu primavera casi verano
y gozo, me complace
imaginarte
en medio de tu clima favorito;
hace rato perdoné aquello
y me perdoné aquello
además.
Hace rato
que no te extrañaba.
¿Será que hoy te extraño?
confunden las estaciones,
las distintas circunstancias,
los miedos,
la soledad,
y también, ¿por qué no?
las pequeñas felicidades
-como me encanta decirles-,
entre las que estaban tus frases,
tus sugerencias,
tus bromas,
tu cortejarme
-aunque lo niegues-,
todo a través de una pantalla;
¡pensar que en aquel antes
nunca lo hubiéramos, siquiera, vislumbrado!
uno tan lejos del otro,
¡uno sin el otro!
diferentes hemisferios,
diferentes climas,
hábitos, calles, paisajes,
aunque similares temores
temores que son universales,
incertidumbres que no nos son privativas,
dolores intensos
mucho más intensos
en otros sitios, lo sabés;
yo aquí, escribien-soñándote
como antes,
como hace unos años,
como hace
unos días;
el cielo...
¡si lo vieras!
más azul
que nunca,
¿un homenaje
a nuestra bandera, en su día?
no sé si recordás
a tu bandera,
aunque nunca reconociste
a este país como tu tierra,
¡nunca!
Es más,
odiaste venir hace no tantos años:
hallar de ese modo a tu padre,
no haber podido(?)
encontrarnos...
En fin,
quizás, te entiendo.
A pesar de los días cálidos
que ya te habrán llegado
o están por...
Sé que una ráfaga helada
te recorre el cuerpo, el corazón
algunas veces;
sé que mi nombre
nunca se te olvidará,
como nunca se te olvidó
aquí, en otra parte,
allá,
donde sea.
También tengo presente
lo que fuimos, lo que nos representamos;
No solo se trata de tu nombre.
No solo se trata del mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario