lunes, marzo 27, 2023

Anti-héroes

 Creímos

 (todos)


que vendría alguien, algunos

a rescatarnos;


todos, absolutamente,

nos fueron hundiendo:


algunos, lo disimularon,

fueron más "políticamente correctos",


no lo evidenciaron tan brutalmente;


otros, fueron y son los más déspotas,

delincuentes, egoístas, viles,

destructivos


que pudimos

haber tenido


sobre nuestras cabezas,

espíritus, bolsillos...


¡no debimos

confiar!


No debemos nunca más

esperar nada de ninguno de ellos.


Tampoco de los otros.


Tenemos que dejar de ser como niños,

tenemos que abandonar esa idea

de los súperheroes salvadores;


todos van por su tajada,


todos, en pos de sus propios intereses,

de "su quintita", -como solía decirse-;


ayudaría

hacer fuerza entre nosotros,


amarnos, aceptarnos,

ser compinches


en contra de estos abusadores,

de estos a quienes idolatramos,


hayan sido del partido

que hayan sido o sean;


basta de aferrarnos a ramas viejas,

¡a las mismas ramas pútridas de siempre!


urge cambiar,

urge no ceder a las divisiones, muy convenientes,


a las que nos condujeron;


urge unirnos

para levantar este país,


elegir con la cabeza

y no por simpatías, gustos, intereses propios;


urge 

romper esos antiquísimos moldes.


¡urge crecer, salir del fango,

emerger, volver a ser lo que fuimos,

en tiempos pretéritos!


pero mejores,


pero más inteligentes,

más capaces, con mucha más fuerza


con más amor


a nuestra bandera,

a nuestro país,


antes que a nuestro conveniente

cuadradito.


¡No seamos parte de lo mismo,

no cedamos!


es la única manera,

¡la única!


de asomar la cabeza

de nuevo


a un nuevo sol,


a una vida feliz, próspera, plena.


No solo para nosotros,


sino fundamentalmente,

para nuestros descendientes.


viernes, marzo 24, 2023

Incondicional yo

Hay días

en que uno no es el mismo:


puede culpar

a alguien, a alguna situación,

al covid, a las vacunas;


supongo que,

simplemente,


el cuerpo,

el alma,


¡la cabeza!


ruegan

por un poco de paz,


silencio, armonía, 

un parate a los auto-reclamos,


cero preocupaciones,

cero obligaciones estrictas;


dejarse llevar,

-con la mente en blanco-


por ese sol embriagador,

por esos árboles pre-otoñales;


soñar otros sueños,


¡reiniciar sueños,

reiniciar vida!


podría ser en cualquier momento:

¡ahora mismo!


tomar conciencia de esto

es un buen comienzo.


Hoy me perdono,

hoy me permito dudar,

dejo de temerle a la incertidumbre,


me olvido de la angustia,

de ese estado de alarma incesante


por lo que podría suceder;


hoy

me elijo,


escucho, abrazo

a mi incondicional yo;


¡insisto

en sostener esa incondicionalidad!


nunca es demasiado tarde.


Curarse

es cambiar de actitud,


aceptar, confiar, esperar,

¡crear!,


para así

regar a nuestra planta interior;


ver

todo lo maravilloso

que nos rodea,


no solamente

lo negativo, lo injusto,

lo difícil;


quizás,

tuvimos pérdidas

en estos últimos años:


materiales,

humanas,

anímicas;


sería necesario

reaprender,


volvernos niños,

de algún modo;


recuperar

aquella mirada de asombro;


saltar, una vez más,

de esa calesita en movimiento


y si caemos,

levantarnos, como podamos,


sin renunciar nunca,

ni por un momento,


a aquellas risas

incontenibles,


¡tan contagiosas!



martes, marzo 21, 2023

Por la pendiente

 Como cuando era chica

 y me deslizaba, barranca abajo,


por ese montículo de piedras de canto rodado,

muy cerca de las vías del tren;


riendo,

repitiéndolo una, otra vez,


así

fue dándose mi vida


o la de muchos, no sé;


rodar, reír,

dejarse llevar,


caerse, a veces,

darse contra el suelo,


en ocasiones,

en varias ocasiones;


pese a todo,

insistir, volver a dejarse llevar,

reír, de nuevo,


antes de que sea tarde

y llegue el momento de llorar;


en fin,

nuestra existencia;


un momento, en lo alto de la "montaña",

luego, rodando, rodando,

entre goces y torturas


hasta caer,

suave, bruscamente,


según...


pero aquellos, -los de niña-,

eran todos tiempos buenos:


nada que temer,


¡los brazos de mi abuela,

siempre extendidos,

por si acaso!


¡cómo la extraño!


la recuerdo preocupada

o muy asustada


¡ni hablar, cuando me caí

de la bicicleta


en la plaza

de ese barrio!


que sigue siendo su barrio

aunque hace tantos años ella no esté,

físicamente, por ahí;


yo reía, ¡siempre reía!


y la abu, tratando de que nada malo

me sucediera;


ya no más, querida abuela,


a nadie importa

qué puede o no sucederme;


cada vez, menos afecto,

cada vez, más "carpe diem":


típico


de los tiempos en que ¿vivimos?

o algo así;


si me arrojo a través de la pendiente,

es muy probable, es seguro

que nadie esté allí,


me vaya como me vaya;


mis propios brazos

serán los que me sostengan,

los que me ayuden a levantarme


cada vez que caiga.




lunes, marzo 20, 2023

Supervivencia crónica

 Sin vos,


 sin una miserable, adorable

 palabra,


 noticia, información;


años

pasaron ya;


ok lo de la resiliencia,

lo de soltar y demás;


lo entiendo,

juro que lo entiendo;


pero a veces,

hoy, digamos,


no doy más;


necesito el estímulo

siquiera, de saber

que estás en alguna parte,

haciendo algo, lo que fuera,


pensando


cada mil años

en mí;


necesito

esas dos, tres palabras


o más, claro,

¡las que quieras!


-las que puedas-;


no demando

siquiera,

tu presencia,


aquí, al lado,

en la otra cuadra,


a unos pocos metros,

a unos pocos kilómetros;


¡a miles

de kilómetros!


tan solo

un aviso,


una pregunta, 

un feliz... lo que se festeje:


"feliz otoño"

 podría ser 

 mañana;


no importa -o sí-

pero no importa,


no poder,

no intentar

evitar


sentirte en lo más profundo;


no poder vivir

y tener que hacerlo


por mí, por ellos,

por lo que fuera;


urge


seguir remando

en este mar

tenebroso,


frente a las olas más imponentes;


bajo un estado

digamos, de "supervivencia crónica";


sufriendo

por lo que seguramente

no tiene sentido sufrir;


llorando

lágrimas que ya son añejas


aunque

todavía sigan conmigo,


ocultas


detrás de la mirada

que le pongo al mundo,


aunque ellas insistan,


aunque, a solas,

las deje brotar


y no paren

¡no paren!


tengo que escribir

esto,


es mi otra manera

de decir,


de sentir,

de palpitar...te;


asusta


esta "sinrazón" sin arreglo,


no poder escapar de los amenazantes

fantasmas;


¿los del pasado lejano?

¿los de hace pocos años atrás?


no sé


pero duele


y no tengo a nadie

más que a esta pantalla blanca,

 

toda ausencia;


¡aunque a veces,

surjan presencias!


aun desde lejos

o no tanto,


me acompañan


y hacen que esto 

todo lo demás, -y lo de menos-


justifiquen


estos simples,

cansados


versos.

viernes, marzo 17, 2023

Depredadores I

 Me provoca risa


 o pena, en realidad


 cuando alguien, quien sea,

 refiriéndose a una persona muy enferma,

 en general, sin una cura probable


y esta persona

tiene mucho mucho dinero


afirman, por ejemplo:


"esto prueba que ni todo el dinero del mundo

sirve cuando hay una enfermedad" ,


o "la salud es lo primero, siempre le pido a Dios para los "míos"

que les de salud e inteligencia,

con eso, el dinero llegará...(¿?); (juro que es textual)


y cosas, incoherencias,

falacias, maldades, no sé cómo llamarlas


por el estilo.


Semánticamente hablando

estas frases no reflejan compasión alguna,

ni empatía


con respecto al ser que está padeciendo

ese terrible mal;


este tipo de palabras y otras muy similares

solo reflejan envidia


y diría, hasta alegría,


aunque esto se lea como algo morboso

de mi parte;


es decir,


algo así como: lo tenía todo,

casas, dinero, autos, lujos, éxito,


¡pero se enfermó

y está por morirse!


es decir, todos sus "bienes"

no pudieron salvarlo;


o bien...uno será pobre

pero no tiene esa enfermedad,

pero estamos "sanos"...


por Dios o por el Universo

¡cuán depredador, hipócrita, destructivo

es el ser humano!


¡cuán impiadoso!


y los peores

son los que más mencionan el tema del rezo, de las iglesias,

dioses y esas cuestiones:


cuando pronuncian este tipo de enunciados

no reflejan más que sus propias miserias;


entonces, la pregunta

-o la pregunta que yo me hago- es:


¿quiénes son 

los que, en verdad, están enfermos?


martes, marzo 14, 2023

Estúpida vida

 Que si vengo

 que si voy,


que si hice,

que si compré,


que si puedo comprar,

que si no puedo comprar;


¡así,

nuestra estúpida vida!


adheridos

a noticias


por TV,

por celulares, tablets,

lo que fuera;


la cabeza

hecha una madeja

imposible de desenredar;


¿y los libros?

¿y la poesía?


¿y las historias?

¿y las pinturas?

¿y el cine?

¿y la música?


¿y la naturaleza?


nada.


Todo eso y más pasa desapercibido,

¡todo parece intrascendente!


y ya las fiestas quedaron atrás,

ya el cumpleaños de y de y de...


quedan postergados 

¡y no nos damos cuenta!


esas palabras, gestos, actos,

de amor;


esa inclinación a lo bello,

a todo ese verde

que en verano estalla particularmente,


a ese cielo azul

que se nos da 

sin pedir devoluciones;


tantas imágenes,

tanta ¿información?

desplazaron a la vida misma...


Nos decimos, -si lo hacemos-,

que no hay tiempo,


¿no hay tiempo

o no nos permitimos ese tiempo?


¿o no bajamos esta aceleración,

o no nos detenemos a observar, gozar,

aprender


de lo verdadero,

lo que trasciende todo,


lo que realmente

significa estar aquí?:


poder respirar,

poder ver,

emocionarse, cantar, escuchar música,

¡reír!


recuperar las ansias de investigar, 

de saber, de crecer;


¡claro que tenemos tiempo!


Siempre hay un momento

en que solo nos preocupamos,

nos asustamos, ¡tememos lo peor!

¡nos enfermamos!


finalmente, ocurre lo impensable

y no lo que tanto temimos;


por eso,


cambiar esa visión negativa

creo que sería un punto importante,


¡tanto, que lo transformaría todo!


ok, olvidé comprar esto,

no pude y no podré comprar aquello...


¡cuantas cosas creemos necesitar!


nosotros, los que todavía tenemos agua,

alimentos, ropa, salud, gente que nos quiere;


detengámonos.


El tiempo transcurre muy rápidamente.


Un día nos arrepentiremos

de haberlo hecho todo así de mal.


¿para esto alguien, algo

nos trajo acá?



domingo, marzo 12, 2023

La ventana que no cerraste

 Somnoliento,

 extenuante

 verano;


el soplo incendiario

del sol


atraviesa paredes, vidrios, 

¡campos!


y el ánimo,

claro;


dan ganas de salir

y temor, al mismo tiempo:


¿la culpa la tienen los periodistas

y sus trilladas alertas meteorológicas

amenazantes?


todo da que pensar

que si salís

es probable que no vuelvas vivo;


¡maldito encierro!


y la vida afuera,

esperando


el soplo fresco,

la lluvia refrescante


¡ya llegará!


purificará el ambiente,

las ganas,


volverá el movimiento,

la actividad, los encuentros;


entretanto,


escribo, aun agobiada, aburrida


y también pienso en vos,

claro;


las dos únicas cuestiones

que me hacen olvidar del resto,

de absolutamente todo;


pensar en vos, sobre todo,

me rescata

de este sopor, de esta incertidumbre,


¡nada más certero

que mi amor, este amor!


me haría tanta falta

ese abrazo desde la lejanía,


o siquiera alguna, 

una, media palabra,


así proviniera

de otro hemisferio;


es probable

que nunca más sepa de algo como aquello,


más allá

de que me empeñe,

de que lo desee fervientemente,


llore, extrañe, sueñe,

evoque, ansíe, me enoje,

me desespere;


aunque

te lo escriba

a través del único medio,


la única ventana que no me cerraste


todavía;


a pesar

de no saber si lo leés o no;


si lo hicieras, lo harías

con tu gesto,

con "ese" gesto


para seguir con lo tuyo,

en el marco de tu invierno helado,


viendo esa misma película u otra,

sentado en tu sillón rojo, muy similar al mío

pero distinto,


junto a quien, según asegurás,


se trata de "el amor de tu vida".



sábado, marzo 11, 2023

Abundancia...¿de qué?

 Me pregunto:


¿a qué apunta

el hecho de pedirle a alguien, 

no sé, al Universo, supongamos,

"abundancia"?


debería aclararse...


¿abundancia de afecto?

hummmm...lo dudo;


¿abundancia de dinero,

de lujos, de placeres, de viajes?


resulta que en los comentarios

algunos escriben:"así sea",

-imagino a qué tipo de abundancia apuntan-,

 ¡con un emoji de rezo!


¿No sería bueno

pedir abundancia de empatía,

de consideración a los demás,


de conciencia,

de apertura mental,


de solidaridad

ante los que no tienen nada,

ni agua (no solo cuando hay corte de energía)?;


algunos, ¿lo saben?

por ejemplo, en algunas provincias del norte de nuestro país

-y esto sucede en otros países también-,


se ven obligados a caminar

varios kilómetros para obtener algo de agua


¡y no necesariamente

potable!


lo pienso

cada vez que me baño,

lavo la vajilla, lo que sea...


e intento

día tras día utilizar menos ese ¡beneficio!


que a tantos

les parece común, "normal".


No, sepan que no lo es.


Hay gente que no tiene acceso

o únicamente a una canilla

donde hacen fila unos cuantos


para apenas, 

abastecerse;


vuelvo a esa cuestión 

de la "abundancia":


Está bien que se rece,


pero que el pedido se dirija, también,

a esas personas, a esos niños:


para que su vida mejore

y no con viajes ni lujos ni placeres,


¡con sus necesidades básicas

cubiertas!


y que accedan a un trabajo digno,

de verdad,


que pueda sostener

esos hogares, carentes de todo,


aunque no por ello


carentes de lo más importante:


su amplia sonrisa, ¡siempre tienen esa increíble sonrisa,

pese a todo, pese a nada!


y las ganas de seguir 

siquiera, sobreviviendo;


no como nosotros

que no siendo ricos ni poderosos

tenemos más que suficiente


¡para dejar de auto-compadecernos,

de sufrir por no poder tener esto o aquello

que si lo pensamos bien, no es imprescindible!


lloramos, 

discutimos,

nos enojamos,


porque extrañamos esos caprichos:

ropa, viajes caros, celulares,


porque pudimos pagarlos mucho menos

hace un tiempo

y así, obtenerlos.


¿Qué pasó luego?


la ropa,

en el placard, absolutamente olvidada;


el celular,

en un lapso breve... obsoleto,


sigue siéndolo y seguirá

porque es un "negocio", obvio;


los viajes caros

pueden costar no solo dinero, mucho dinero,

¡sino vidas!


(pregúntenle a la famosa modelo

qué pasó con su hija

por vacacionar en un lugar tropical, exótico);


podemos vivir

con muy poco,


sepámoslo.


Tengo varias carteras

y otras cosas;


atiborran

mi placard.


¿Qué hago

todos los días?


uso solamente

lo que está a mi alcance.


Y ahí quedan,

abandonados, polvorientos:


abrigos, accesorios,

lo que fuera


¡algunos,

todavía con su etiqueta!


comenzar a dar

algo de lo que tanto tenemos;


urge

hacerlo;


empecé

y les aseguro que es una alegría


y un alivio, a la vez;


despojarse

de todo eso que no utilizamos

ni lo haremos.


Es un modo de reiniciarse,

¿no?


deconstruir


el habitual, paupérrimo significado

que social, culturalmente, 

se le atribuye a la palabra "abundancia":


abundancia

de generosidad,


abundancia

de desprendimiento, de renuncia,


¡abundancia


de amor!



miércoles, marzo 08, 2023

Un secreto...dado a muy pocos

 Te vi


¿en un sueño?


tal vez;


quizás, fue anoche,

anteanoche,


la semana pasada o...


te vi,


nos vimos.


tu mirada:

increíblemente seductora


como siempre;


no hizo falta decir nada,

al parecer;


y no fue necesario

subtitularlo;


las palabras

hubieran sobrado;


¡todo está dicho

y no dicho

entre nosotros!


nuestras almas

podrían contarnos:

 jamás pero jamás

olvidan, 


-sobre todo

cuando algo es verdadero-;


me bastó con esa mirada,

no había en ella antiguos ni más ni menos antiguos

rencores;


no había reproches,

ni tiempos, ni lugares,

ni motivos;


solo ese fuego

poderoso


que nunca

se extinguió del todo;


un secreto

dado a muy pocos;


podría salir todo mal,

podríamos sentirnos pésimo,


aburridos, abrumados, cansados,

asustados, aturdidos, ¡desesperados!


y ese lugar,

tan tan pequeño

del que solo nosotros sabemos


nos recibirá

siempre,

con los brazos abiertos;


será refugio, será contención,

será deseo, será complicidad;


se mantuvo, se mantiene, se seguirá manteniendo

intacto,


a la espera

de nuestra búsqueda,


cada vez

que nos urja huir,


siquiera, por un rato,


de la realidad


pegajosa,


asfixiante.



domingo, marzo 05, 2023

Estaciones distintas

 Te imagino

 en ese sitio


 tan distinto,

 tan similar;


finalmente,


todos los humanos

padecemos, sentimos, 

nos enojamos, nos alegramos,


casi casi

del mismo modo;


así,

nos expresemos, actuemos

según nuestras respectivas particularidades,

idioma, historia, hábitos, etc;


pienso

que todo tiene que ver:


tu siguiente primavera

será mi próximo otoño,


así,

los opuestos.


¿Se atraen?


no, no quiero volver a pensar

en aquello;


duró lo que tuvo que durar,

se acabó de la más horripilantísima forma


y así estamos.


No sé, de todos modos,

si tu inminente primavera

te devolverá parte de aquello:


el olor, el sabor

de esos días compartidos


a la distancia;


no sé qué pasará conmigo

en mi inminente otoño;


además de alegrarme

su llegada,


de disfrutar como loca

de esos árboles coloridos,


de esas hojas crujientes,

multicolores,


renovando esta ciudad gris,


llevándose, ¡al fin! 

a este extenuante verano;


quizás, estuviste cerca

y no lo supe;


es muy probable

que así haya sido


y que no me lo revelaras,


dada nuestra abrupta, 

violenta, definitiva


despedida.


Dudo de que haya otra oportunidad,

aunque hay una parte de mí 

que aún la espera, la desea, la palpita.


En fin, como dije,

no quiero volver a esa cuestión.


Todavía se me disparan estas tontas lágrimas

cuando te recuerdo;


y si no te recordara

-eso sería imposible

pero lo intento, creeme-


también sería 

doloroso, mucho más;


¿qué voy a hacer

el resto de mi existencia?


¿quedarme con apenas, esos extractos textualizados

guardados, celosamente, en la mente,

en el alma,


sin saber jamás si hubo de tu parte algún sentimiento,


si hubo, -perdón-,

amor?


¿es todo

lo que quedará,


es decir, nada?


¿O simplemente

y muy tristemente


el maldito


olvido?



 

Sin cadenas

 De esperarte


 ¡cansada!


de soñarte,

despierta, dormida,


¡cansada!


de buscar tus palabras,

algún indicio, una fotografía,

una mención, un saludo de cumpleaños,

¡algo!


cansadísima;


de seguir pensando

en que sos vos, siempre fuiste vos


y no saber cómo hacerte llegar

este pensamiento concreto:


¡no es una fantasía!


no es una locura,

no es una idealización

basada en los años jóvenes.


¡Es la verdad!


¡éramos, somos

nosotros!


¡era, es

juntos!


¡y no insistimos,

no volvimos a intentarlo!


¡yo creía en ello,

yo lo sabía!


cansada, terriblemente,


de decírtelo

en mil modos,


a través de palabras, canciones, versos,

¡historias, recuerdos!


y nada.


La vida 

se nos está yendo,


a cada minuto,

-como a todos-;


¿por qué algunos

lo lograron?


tal vez,

dejaron atrás los miedos,

los prejuicios,


las supuestas obligaciones,

lealtades,


¡las cadenas!


nosotros,


vos


elegiste

seguir con lo mismo,


aun sabiendo

que podía haber algo más,


aun rememorando y rememorando

todo aquello, 


desde lejos y tan cerca;


estoy cansada

de gritar, de gritártelo


y que nadie, menos vos


escuche

este lamento;


estoy cansada


de guardarlo como a un secreto,


no es oscuro, 

no es un delito,


¡está bien

amar y estar con quien se ama!


sé que en este caso

era, es complicado;


estoy cansada

de convencerme, en vano,

de que tal vez no lo era, 

no lo es tanto;


de que tal vez,

se pudo


a partir de aquella ocasión

en que estuviste tan cerca


y sin embargo...


Dicen que si uno desea algo

fervientemente,


el Universo

se lo concede.


No es cierto.


¡no es cierto!


nada he deseado más

que volver a intentarlo


y no te atreviste,

no quisiste,


¡no!


me adjudicaste la idea,

el supuesto delirio;


incluso,

cuando te fuiste de estos lados,

así no nos hayamos encontrado


¡ni por unos minutos!


decidiste

cambiarlo todo;


una vez allá,

en lo que considerás tu tierra,

tu destino, tu gente


todo cambió


y fue peor.


¡Sí, estoy cansada!


de llorar tantas lágrimas

por dentro


y muy pocas,

pocas y a escondidas,


por fuera.

viernes, marzo 03, 2023

Tanto de uno

 Revivir

 una ilusión


 no es tan difícil;


cada uno

desde su lugar,

su ocupación, sus perspectivas,


sus sueños;


en unos minutos...

¡la vida, otra vez

en las manos!


lloraba mi alma

descreída, cansada,


lloraba mi mente

obstinada en la imposibilidad de todo;


como si poseyeran

los boletos de ida

del no regreso,


de la renuncia;


mas, de pronto,

alma, mente, sentimientos,

pensar


se convierten en gracias,

en risas, en apoyo,

en reconocimiento


y de nuevo

el reinicio;


un libro,


este libro que no es como cualquier otro,

ni como cualquier objeto;


es mi carta, mi tarjeta de presentación,

mi enlace,


mi caricia en la espalda,

¡mi beso en la mejilla!


es el afecto,

es mi corazón expuesto


a riesgo

de todo,


a riesgo

de nada;


este lazo de tinta y papel

unirá al lector con el autor

para siempre


de un modo u otro,

cada uno desde sus ideas,

sus principios,


en las distintas etapas

de su existencia;


es el abrazo en la espalda

que le sigue a tantas cavilaciones,

temores, dudas, trabajo,


sudor, prejuicios, des-prejuicios,

inseguridades, satisfacciones,

insatisfacción;


insomnios

plenos de intensas y agobiantes

cavilaciones;


despertares

abruptos, confusos, temerosos;


¡tanto de uno

que da algo de vergüenza

compartirlo -o mucho más que algo-!


¿qué pensarán luego

sobre mí?


¿se desilusionarán?


¿cumpliré con sus expectativas?


conocerán muchos de mis secretos,

claro,


¿esto los llevará a cambiar de opinión,

a reírse, a llorar, a sentir algo especial?


en fin, volviendo al punto:


si de ilusiones se trata,

estas son las que elijo;


aunque no pueda evitar

cuestionarme:

¿cuándo publicaré el próximo?


admito que las versiones electrónicas

son muy habituales, prácticas y respetables, desde ya,

pero... 


¡ese olor tan especial!


¡ese sabor, esa voz autoral


que parecería escucharse

en cada página!


¡nada como el libro impreso en papel!


Cristina Del Gaudio

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