Sin vos,
sin una miserable, adorable
palabra,
noticia, información;
años
pasaron ya;
ok lo de la resiliencia,
lo de soltar y demás;
lo entiendo,
juro que lo entiendo;
pero a veces,
hoy, digamos,
no doy más;
necesito el estímulo
siquiera, de saber
que estás en alguna parte,
haciendo algo, lo que fuera,
pensando
cada mil años
en mí;
necesito
esas dos, tres palabras
o más, claro,
¡las que quieras!
-las que puedas-;
no demando
siquiera,
tu presencia,
aquí, al lado,
en la otra cuadra,
a unos pocos metros,
a unos pocos kilómetros;
¡a miles
de kilómetros!
tan solo
un aviso,
una pregunta,
un feliz... lo que se festeje:
"feliz otoño"
podría ser
mañana;
no importa -o sí-
pero no importa,
no poder,
no intentar
evitar
sentirte en lo más profundo;
no poder vivir
y tener que hacerlo
por mí, por ellos,
por lo que fuera;
urge
seguir remando
en este mar
tenebroso,
frente a las olas más imponentes;
bajo un estado
digamos, de "supervivencia crónica";
sufriendo
por lo que seguramente
no tiene sentido sufrir;
llorando
lágrimas que ya son añejas
aunque
todavía sigan conmigo,
ocultas
detrás de la mirada
que le pongo al mundo,
aunque ellas insistan,
aunque, a solas,
las deje brotar
y no paren
¡no paren!
tengo que escribir
esto,
es mi otra manera
de decir,
de sentir,
de palpitar...te;
asusta
esta "sinrazón" sin arreglo,
no poder escapar de los amenazantes
fantasmas;
¿los del pasado lejano?
¿los de hace pocos años atrás?
no sé
pero duele
y no tengo a nadie
más que a esta pantalla blanca,
toda ausencia;
¡aunque a veces,
surjan presencias!
aun desde lejos
o no tanto,
me acompañan
y hacen que esto
todo lo demás, -y lo de menos-
justifiquen
estos simples,
cansados
versos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario