Abrir
y encontrarte
con quien menos esperabas.
Dos, tres palabras,
quizás, más,
¡una sonrisa!
bastan.
¡Llenan tu día!
no importa el tiempo
que pase
hasta que se repita
-o se repita pero en forma diferente-.
Importa ese instante,
haya durado lo que haya durado,
lo compartido,
el placer de lo compartido,
suplantan
ese tiempo que tantos
considerarían "lógico";
tal vez
no sean normales:
la situación,
las diferencias,
las distancias,
¿distancias?
las intenciones,
los corazones,
las ganas
deciden
si existen o no distancias
o si son ficticias:
excusas, temores,
prejuicios;
nada es imposible
si se desea en verdad,
si se dice lo que quiere decirse,
si se consigue esa empatía
que a veces, a algunos
resulta tan difícil;
en fin,
esos momentos
deberían atesorarse,
cuidarse
como a una pequeña planta.
Suceda lo que suceda
luego,
no debería
ser preocupante.
Cuenta este hoy,
esta alegría inesperada,
este intercambio,
este fragmento invalorable
de nuestra vida.
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