lunes, agosto 26, 2024

Un retrato para siempre

 ¡Reías a carcajadas

 en mi sueño!


 Fueron pocas las ocasiones

 en que te vi reír de ese modo.


 Con frecuencia, el rostro serio,

 preocupado y ocupado


 tal vez,


 ante el temor

 de no poder hacerte cargo de la casa,


 de tu familia.


 Deseé volver a dormirme

 para disfrutar una vez más

 de esa imagen inolvidable.


 Pero no.


Seguí durmiendo

y no hubo nada que me quitara

de mi propia oscuridad;


de todos modos,

elegí ese fragmento feliz,


lo retraté para siempre

en mi memoria,


para recordarlo, para revivirlo


en mis momentos tristes,

en las instancias difíciles,


cuando me siento sola,

cuando el miedo me atrapa;


cuando necesito y demasiado

tu abrazo, tu mano firme,


tu voz, diciéndome,

como en aquella oportunidad, ¿te acordás?:


"todo pasa".



domingo, agosto 25, 2024

Error irreversible

 Me equivoqué.


 Siempre fuiste el mejor.


Me equivoqué.

(la ansiedad me ganó);


perdí

lo más valioso

que tuve,


perdí

tu amor


por no saber esperarte.


Lo triste

es que me acabo de dar cuenta,


quizás ayer

o tal vez, hoy.


Lo triste

es saber que estuve allí

y más de una vez


y no supe, no pude,

no sé qué me pasó;


no tenía muy en claro la razón,

te dejaba, te buscaba, volvía a dejarte.


Te cansaste


y lo que tanto temí

sucedió.


¡Y ni hablar

de los últimos años!,


mejor ni hablar,

no cabe en mí tremendo arrepentimiento.


Pero bueno,


elijo pensar, -aunque no tan convencida-,

de que no éramos el uno para el otro,


así lo nuestro haya sido único,

incomparable...


¡aun así no funcionó!


Hoy los años

me castigan con tantas dudas,


con terribles certezas:


El tiempo

no perdona.


Hay equivocaciones

catastróficas


que no pueden borrarse como si tal cosa,

que lastimaron a muchos,

-también a mí-.


Pese a todo sé que nunca voy a olvidarte.


Pero...¿y vos?

Mientras tanto...

 miro la televisión:


 crímenes, abusos,

 corrupción,


 hambre.


Mientras tanto,

revuelvo y revuelvo

el café que comienza a enfriarse;


mientras tanto,

más guerras o las mismas,


mientras tanto,

injusticias, venganzas,


discriminaciones,

abusos, descontrol;


mientras tanto,

una bandada de aves


pasa una, dos, tres veces

en círculo,


liderada

por una de ellas,


¿será siempre

la misma?


mientras tanto,

a través de los medios me venden basura,


me engañan

-o eso creen-;


mientras tanto,

el cielo que amaneció azul,


¡con un sol más que brillante!


se oscureció,

¿amenaza de tormenta?


o frío,

más frío aún,


mucho más.


Mientras tanto,

se contaminan los océanos

con materiales nucleares,


un hombre muy mayor

llora:


no le alcanza

siquiera, para sobrevivir;


mientras tanto,

la enredadera se prepara para florecer


aunque no lo sabe.


Mientras tanto,

una voz me recuerda a aquella,


una cara, una mirada,

una frase;


mientras tanto, un ataque terrorista

en un país muy poderoso;


-en mi país

hay gente que todavía intenta sonreír

pese a todo-


y si no es sonrisa,

será una mueca:


-un día

no sabremos diferenciarlas-;


mientras tanto,

sigo en el mismo sitio,


con mis letras

que apenas pueden con tanto

y con tan poco,


expectantes

ante lo imposible;


mientras todo se derrumba,

mientras todo cambió y seguirá cambiando


-pues nada volverá

a ser igual-,


-salvo yo

aquí, esperándote-.


¡claro que te espero!


y espero tu perdón;


con mi eterno,

inquebrantable,


amor.






miércoles, agosto 21, 2024

¿Piedras inmensas que pueden con todo?

 Hay días

 en los que pese al frío, al viento,

 a la lluvia


 nada resulta tan complicado

al punto de ensombrecer nuestro rostro,

nuestro espíritu;


 nada nos convence

 de abandonar el rumbo,


 bajar los brazos,

 desistir.


Hay días

en que uno se siente fuerte,

capaz de todo;


¡ quizás la mera idea lo haga real!


así como hay días

en que cuesta levantarse,


días en que hasta el alma

se resiste a despertar,


a reiniciarse,


son esos días

que se nos hacen eternos


¡en que nos sentimos como si hubieran caído

sobre nuestra espalda piedras inmensas!


piedras inmensas

que pueden con todo;


en cambio, nosotros...con nada.


No depende del clima,

ni de lo que obtuvimos o no,

ni siquiera de lo que pensamos o no;


supongo

que esos días nulos o difíciles


existen


para poder valorar,

para agradecer


a aquellos

en los que todo parece iluminarse;


incluso, 

en medio de la más feroz tormenta.



martes, agosto 20, 2024

El supuesto reino de las imposibilidades

 Allá


donde los grises

 impiden verlo todo;


 allá lejos,


 en el supuesto reino de las imposibilidades,

-aunque nunca de la ausencia de ilusiones-,


 habita un hada,


 su vestido rosa es tan tan brillante

 que encandila;


 ella espera

-aunque lo niegue-;


espera a aquel


que prometió regresar

desde hace...no  recuerda cuántos años;


¿su príncipe azul?


 tal vez,


-porque así lo llaman

en los cuentos-;


ella se mira al espejo,

día tras día


observa algunas canas,

arrugas, en su rostro:


la juventud 

se le está escapando.


¿Él seguirá igual?

¿le sucederá lo mismo?


lo ignora.


En sus recuerdos

lo fotografió bello, atlético, 

sonriente


con esa sonrisa

que le fue, le es

tan difícil de olvidar


y la sostiene


hasta cuando intenta disimular

las canas con un tinte


las arrugas, con una crema;


¡las hadas son siempre bellas!

-se dice-


aunque sabe que el tiempo

todo lo transforma,


que la magia es efímera.

-lo prueba su varita que está fallando

últimamente-


¿llevará pilas?

se pregunta.


La señal

no llega hacia esos sitios remotos;


¿cómo saber de él?


lo cierto es que nunca lo olvidará.


El supuesto príncipe

sea de verdad, sea de ficción


un día le dijo


que de un modo u otro

se encontrarían


(en otra vida).



Un frío que no se quita

 Trepar

  por tu hoy algo secas

  ramas


  hasta ese sitio

  donde es posible decir, hacer


  sin ser juzgado;


 donde nadie pueda dañarme,

 ni ofrecerme algo para luego demandármelo;


 trepar


entre tus ya verdes hojas,

paso a paso


hasta alcanzar


ese cielo prometido,

el del perdón, el de la libertad,


el de lo imperativo

de seguir siendo quien se es


pese a todo, a nada;


hermosa enredadera:


tus sueños verdes,

los que no soñás

ni soñarás


se me presentan,


también en las noches de insomnio;


tus brazos gélidos

prometen quitarme este frío 

que no se quita


¡que no se quita!


una vez más

agradezco


poder verte, olerte,

imaginar estas, tantas palabras;


seguir creyendo

en que es posible


hacer poesía

con tu presencia incondicional,


tu estar sin pedir nada,

tu dar sin cuestionar;


¡claro que es posible!


hacer poesía,

¡qué lindo se lee!


en medio de un mundo

en que todo es confuso


o nada lo es;


en que simplemente

se observa o no,


sin cuestionar,

sin profundizar,


dejando ser.


Así como lo hacés vos

y tantos ejemplares de tu especie


o de otras:


son

sin mirar atrás ni adelante,


sin expectativas

ni dudas ni arrepentimientos;


simplemente


son.






lunes, agosto 19, 2024

¡No es imposible!

 No es tan difícil,

 ¡no es imposible!


 caminar sobre las hojas secas,

 correr a las palomas,


 ir cantando

por donde sea;


-en la ciudad,

aprovechando los tantos ruidos-;


contarnos una historia,

contársela a otros, a quien fuera;


disfrutar de algún "Comic",

de varios,


intentando hacer el "pacto"


desde una inocencia similar

a aquella;


no es tan difícil

jugar a ser niño,


-cuando niños,

jugábamos a ser adultos-;


pues esto sería al revés:


comprarte esos stickers

que te gustan,


una mochila, remera, etc,

con diseños de personajes de Disney,


o con algún otro 

que remita a otros tiempos;


un cuaderno con dibujos,

una lapicera, ¡lo que se te ocurra!


volver a esas lecturas, -quizás, inocentes-

que activaban nuestra imaginación;


ir a un bar,

pedir esa porción gigante de torta con súper chocolate,


o ese helado

tan pero tan tentador;


reírte, reírte de todo

y de nada;


si tenés problemas,

asumir que todos los tenemos


y no tiene sentido

detenerse, inmolarse


en la estúpida autocompasión.


¡Jugar y jugar!


ser aquellos chicos,

aun haciendo lo que tenemos que hacer

hoy;


escuchar música,

cantar, 


¡sueños y no pesadillas!


jugando a lo que somos,

-escribí una vez-,

a pesar de ser tan distintos,


no olvidar lo que fuimos,


cuánto disfrutábamos

de cualquier cosa:


un paseo en bici,

una broma entre amigos,


una carrera,

un juego manual o físico,


cuando cada día

era una sorpresa


y no una devastadora exacerbación

de inquietudes,


presiones, temores.

lunes, agosto 12, 2024

La culpa es del otro

 Sea en el ámbito que sea,

 sea dentro de la propia casa,


 sea en una empresa,

 negocio, edificio,


 en la posición

en que uno se encuentre,


en el marco del estrato social

al que pertenezca,


siempre encontrará

a quien culpar


al gobierno, a los profesores,

a los médicos,


al vecino,

a un pariente,  a un amigo,

a su pareja, a su ex-pareja, 


sea quien sea.


El hecho es no hacerse cargo.

Nunca.


Si me pasa esto,

será porque tal pensó en ello y deseó

que me ocurriera.


si no me pasa

lo que debería, a mi juicio, pasarme,


será porque alguien no hizo bien

lo que tenía que hacer,


me engañó,

me mintió,


me quitó la oportunidad,

etcetcetc.


Así transitamos,

la mayoría de nosotros:


con el dedo acusador,

con ese odio al que consideramos

culpable de todos nuestros males;


sería bueno

ahondar en nuestro interior,


algo polvoriento,

abandonado,


¡y VER!


¿qué es lo que nosotros

hicimos mal o no hicimos 

para estar en determinada situación,


para no estar en una posición distinta,

como sí lo lograron, según imaginamos,

esos otros a quienes criticamos?


¡Cuán inmensa es la parte de responsabilidad

que nos atañe!


quizás, aun si alguien en verdad intentó o intenta perjudicarnos,

fue y es nuestro tema frenarlo, desoírlo, detenerlo.


Claro, es más simple

arrojarle dardos


y sentirnos "aliviados"

con el "yo no fuí" ficcionalizado


por nuestras mentes

nubladas por remordimientos, sentimientos de culpa,

miedos, ansiedad, angustia y más;


el afán de despojarnos

de ese sentir nefasto


nos conduce, inexorablemente,


a arrojar basura

a atribuir maldad

de aquí para allá;


cuando no ayuda, en absoluto,

a nuestro crecimiento,


a nuestra autoestima.


Todo lo contrario.


Es duro reconocer errores

pero todos los cometemos


y hay que salir

de esa ciénaga


y emerger


para no repetir

pretéritas actitudes, acciones


y mucho menos,


volcárselas

-como si solucionara algo-,


a un otro,


se trate de quien se trate.

domingo, agosto 11, 2024

La fiesta, -o eso-, sigue

 Tal vez

 resulta imperioso, para algunos,


mi presencia-ausencia

allí:


reírme,


contar alguna que otra cosa

supuestamente, graciosa,


comer

 

fingir que todo sigue igual,

que estoy transitando por el camino

que siempre vislumbré...


-aunque no sea cierto-.


Como no puedo revelar

algo así,


sigo comiendo

y comentando estupideces


o rememorando

algún pasaje

pretérito,


sin demostrar

cuánto me duele


el no poder regresar a muchas situaciones,

personas, sitios.


La fiesta -o eso-

sigue.


Todos parecen estar muy satisfechos,

-esa es la palabra-;


¿felices?


hummm...no me parece.


De todos modos,

los rituales se repiten un año más,

quién sabe cuántos más.


Después de las velas, deseos, torta,

fotos,


se sabe que a la brevedad


el festejo acabará,

¡al fin!


me despido,

me entregan mi  "tupper"

con algún resto,

(infaltable)


y me voy,


nos vamos.


Otra instancia

que no será, siquiera,


recuerdo.

jueves, agosto 08, 2024

Un sueño que no dejó nunca de perseguirme

 Él es feliz.


 Como sea,

 con lo que sea,


 no necesita

más de lo que tiene:


su trabajo,


ver una película

¡y recordar hasta los parlamentos!


es feliz

solo por estar vivo.


Se nota

en su tono de voz,


en sus bromas,

algunas muy simples.


El hecho de no esperar demasiado

de las situaciones,


de las personas,


de la vida.


Simplemente,

estar donde está.


Una barrita de chocolate

es una fiesta,


un café...o varios

¡ni hablar!


en un punto lo entiendo,

pues yo era así.


Ahora

no sé bien por qué

ya casi nada me hace reír,


¿por qué

necesito cosas y cosas?


y nada me alcanza,

ni me alcanzaría.


Si bien antes

mis palabras

bastaban,


llenaban mis momentos,

mis horas, mis días


hoy son un rato,

la traducción de un recuerdo,


¿de un sueño?


tal vez, no sé,

si tiene que ver con eso:


El sueño

que no dejó nunca de perseguirme.


Me autoimpongo

olvidarte, olvidar todo aquello,


olvidar tus ojos,

tu piel, tu aliento,

tu voz, tus palabras.


Pero no.


Hay lágrimas fosilizadas

en mi alma.


En un alto porcentaje

motivadas por aquello que tuvimos

que fue único, 


por eso, inolvidable.


Claro que intento

seguir, repensar todo aquello,


asumir

que es imposible,


que siempre lo fue,

así me de cuenta ahora.


De todos modos,


me da igual


estar aquí,

no estarlo,


salir,

ver películas, más, menos interesantes,


saludar a la enredadera,

tomar muchos cafés,


nada es igual

desde hace rato.


No lo consigo.


No lo consigo.

Años en que todo parecía "seguro"

 ¿Por qué

 existen personas


 que reenvían

 a otras


que son recuerdo,

que son pasado,


en quienes no conviene, siquiera,

detenerse a pensar?


esto sucede


cuando uno se siente inseguro,

desprotegido,


¿solo? tal vez.


Entonces se filtran

esas imágenes, ese entorno


que hace rato se esfumaron,

-incluso, los esfumamos-

de nuestra existencia.


Pero aparece alguien,

se asiste a una ficción


y un personaje

nos devuelve, involuntariamente,


no directamente

a esa persona


-que probablemente,

nos dañó más que tantos-;


nos devuelve


a esos años 

en que confiábamos,

en que todo parecía "seguro".


Tiempos en que no advertíamos

tantas amenazas,


tantos "amigos"

que luego nos traicionaron,


convirtiéndose

en todo lo contrario.


Es que surge, en ocasiones,

esa sensación de vacío,


de temor a ese vacío,


así, volvemos a confundirnos,

al menos por un rato,

unos días


y nos regocijamos

con la evocación

de un ser olvidado


que apenas, funciona

como un edredón

en una noche de invierno;


pero el frío acaba...


y nos despojamos

del supuesto "abrigo"

que creíamos seguir extrañando;


entonces,

como las flores,

 luego, los frutos


¡volvemos a ser, a brillar!


¡volvemos a sentirnos plenos,

recuperamos el impulso!


Y ningún personaje ficcional

-ni real-

se asemejará jamás


a aquello


que para bien

para mal,

como sea,


existió.


Y por algo,

por muchos motivos,


lo apartamos

de nuestro latir


para siempre.

Auto-exorcismo

 No fue planeado,

 no fue leído ni escuchado


 en ninguna parte;


 de pronto,

 mi propio cuerpo, mi alma


intentaron ¡y lo consiguieron!

defenderse de esos malvados:


egoístas, carentes de empatía,

envidiosos, poseedores ancestrales

de vibraciones negativas.


como si se tratara de algún virus,

de alguna peste:


¡hasta mi subconsciente

intervino en la "cura",


los suprimió de mis sueños!


nada que me haga mal,

nadie que me haga o intente dañarme


entrará.


Mi auto-exorcismo

inconsciente


-o no tanto-,


pudo y podrá

contra esa negatividad,


porque no la merezco

y sí merezco

su exterminio;


será donde quiera

y cuando quiera


y como lo quiera;


mi corazón, mi mente

esta vez concuerdan en ello;


solo yo


puedo abstenerme,

puedo protegerme,

puedo incentivarme,


puedo valorarme,


así, quien sea


intente penetrar,

distraerme de mi propósito,

acechar, competir maliciosamente, desmotivarme,


incluso, ignorarme,

-aunque esto es y sería preferible-.


¿Vuelvo a ser la de antes,

la que reía por todo y por nada,

la que hacía lo suyo


solo porque le era dictado,

-solo y nada menos-


porque era su trabajo,

su propósito, su objetivo?


En parte sí,

en parte no.


El tiempo

exacerbó la importancia

de ciertas cosas


y minimizó

la de otras.


Antes ni pensaba

en estas cuestiones.


Hoy 

por mí,


sigo en mi quehacer

pero no me distraigo


con cosas ni personas

que no valieron ni valen la pena


solo restaron


solo restan.


martes, agosto 06, 2024

La incertidumbre del detrás

 A veces me pregunto

 si tiene sentido


 esto de tener que hacer

 las mismas cosas,


 día tras día;


 temer


 en el caso de enfermedades,

 falta de dinero, 


 problemas

 de toda índole;


a veces

en verdad,


si no fuera por esos árboles

que puedo divisar, siquiera, a lo lejos,


por el café

que ayuda bastante;


si no fuera

por mi amada enredadera,


por sus continuos cambios,

su frescura, su verdor,

sus bellísimas flores


cuando se acerca

la primavera;


si no fuera

por esta misteriosa niebla


que agita

la imaginación,


impulsa a la renovación

del incentivo,


al despertar

de la búsqueda;


la incertidumbre

del detrás que se conoce


pero por un rato,

unas horas, parece desconocido;


si no fuera

por estos días carentes de sol


que encienden el espíritu,


lo silencian

y lo movilizan

al mismo tiempo;


¡inyectan algo de magia

a este mundo desvalido!


en fin, me gusta la niebla:


invita a imaginar 

apariciones fantasmales;


¡regresos inesperados,

inexistentes,


realidades recreadas,

desdibujadas!


tremenda melancolía blanca

devela

ciertos aspectos ocultos:


todo parece detenerse

¿en pos de un regreso...a lo importante?:


una reconciliación, siquiera momentánea,

con nuestro centro,


con nuestro propio idioma,


el hallazgo de respuestas a tantos porqués,


-aun con tantas dudas

al acecho-.




viernes, agosto 02, 2024

Si un perfume te recuerda a mí

 No importa

 lo lejos que estés,


 -en todos los sentidos-,


 no importa

 si me olvidaste o no;


 si un perfume

 te recuerda a mí

 como te sucedió hace un tiempo;


 no importa

si nuestro amor fue único

o simplemente, otro amor


entre tantos y tantos amores

más, menos, pasionales,

más, menos, afectuosos,


más, menos olvidables

o inolvidables;


importa


que todavía 

cuando veo a alguien similar

al que eras


cuando comenzamos,


algo me pasa en el corazón,

en el alma, en el cuerpo;


eso importa.


Lo que uno siente,


más allá

de devoluciones

o su inexistencia;


Las sensaciones, 

los latidos, las emociones


no pueden

¡no deberían!

controlarse,


sobre todo,

si surgen de pronto,

inevitablemente;


por mi parte,

antes que evitarlas

las estimulo


y toda mi cabeza

se vuelve un universo

de vivencias


que por más que lo intento

-y no lo intento nunca-


seguirán apareciendo,

cada tanto,


según mi estado de ánimo,

según mis experiencias;


¡también en mis sueños!


por eso,


reprimí todo recuerdo

si lo lográs y te sentís bien de ese modo.


Yo no voy a hacerlo:

no sirvo para mentir-me.



Mundo aburrido

 ¡Qué aburrido

 se volvió el mundo!


dirán: no faltan guerras,

amenazas de toda índole,


desastres climáticos,

conflictos, diferencias,

discriminaciones,


avances continuos 

de la tecnología,


¿y eso es "divertido"?


está quien pasea en su súper auto carísimo

y lo hace girar en medio del tráfico


sin importarle nada,

ni de los otros, ¡ni de sí mismo!


quien alardea

de su casa, su "espacio verde",

su piscina,


sus viajes, su vestimenta de marca,

etc.etc.etc.


¿Todo eso es divertido?


¡ni siquiera para esos arrogantes!


si no...¿por qué las drogas, el alcohol,

tantas adicciones?


¿por qué la muerte

buscada en cada rincón

cuando se posee todo o casi...?


un mundo de infelices,

estúpidos, carentes absolutamente

de ilusiones, ¡de magia!


un mundo

en que rechazamos lo distinto,


en que nos creemos

con derecho a ser aceptados

como somos...


¡pero no es así respecto a otros!


se imita lo malo,

lo grosero, 

lo mediocre;


se ironiza

antes que reírse de verdad;


se miente

para ocultar lo que realmente 

somos,


se aparenta cordialidad

cuando en verdad, se detesta a alguien,

a muchos;


conversamos sin ganas,

comemos sin ganas,

salimos sin ganas,


¡amamos sin ganas!


¿eso es estimulante,

eso es lo que siempre deseamos ser, hacer?


¿este es el mundo

con el que soñábamos de niños?


no lo creo.


Se pelea, se finge interés

por cuestiones estériles


para ocultar


lo solos,

abandonados, tristes,

maltratados


que nos sentimos.


Nos acercamos

a las personas equivocadas,


las que aplastan

aún más nuestra autoestima;


ignoramos

a quienes nos buscan de verdad,


nos aceptan,

nos ofrecen su abrazo, su oído,

su amistad, su interés verdadero;


¿por qué?


no lo sé.


Es momento

de darle lugar


al que tanto costó

que lo advirtiéramos;


al que solo nos pide un gesto amable,

una palabra, 

un momento;


¡urge!


ahuyentar

a todos esos depredadores,


aquellos que se acercan

con un interés o varios


y si no los obtienen

o dejamos de brindárselos


se alejan

sin más.


Es hora 

de aproximarnos,


en principio,

a nosotros mismos:


a los que algún día fuimos:


los que queríamos, jugábamos, no podíamos contener

las carcajadas,


¡le poníamos ganas y garra

a la vida!


tomábamos, compartíamos un helado, un café,

caminábamos, gozando de todo cuanto nos rodeaba,


¡intentémoslo,

podemos lograrlo!


hacerlo todo, ¡todo!


-como si fuera

la última vez-.




Yo no era "alguien más"...

 Cuando éramos tan diferentes

 y por ser tan diferentes


 nos marginaban,

-siempre por lo bajo,

siempre disimulando...claro-.


Cuando

nos encontrábamos un rato antes

de entrar a nuestro lugar de empleo


en ese café,

no muy confortable


pero que nos servía de refugio,

el impulso necesario para ingresar a ese lugar

que definitivamente, no era el nuestro ;


¡cuánto nos reíamos, pese a todo,

por todo, por nada!


¡cuánto disfrutábamos

de nuestra compañía!


lamento

que esa amistad haya durado tan poco


¡y no recordar

cuándo ni por qué terminó!


algunas lágrimas

me trae este recuerdo:


el de una amiga

que me quería realmente;


que me tomaba de la mano

cuando lloraba por esto, por aquello,


que me daba fuerzas

¡nos dábamos fuerzas

la una a la otra!


nadie comprendía


pero nosotras sí.


Añoro esa felicidad genuina,

esas corridas juveniles

por las imponentes escaleras;


eso de tomarlo todo

con naturalidad,


sin especulaciones,

sin resentimientos,

sin malos pensamientos


ni siquiera destinados a esos seres

refutadores de todo lo que importa.


¡Y sabíamos que nos criticaban!


en fin,

hoy la cabeza, el corazón


me trajeron tu recuerdo,

Teresita: 


no te comprendían

las que se consideraban "normales",


¡almas oscuras:

juzgadoras, prejuiciosas,

hipócritas!


para mí

eras mi mitad


porque siempre sabías

exactamente lo que me pasaba.


Cuando fue aquello de aquel,

-ya sabés a quién me refiero-


supiste darme la palmada justa

en la espalda,


hacerme reír y reír

hasta el cansancio


o el no cansancio.


Yo no era alguien más.


A partir de haberte conocido

dejé de sentirme sola


por mucho, mucho tiempo.


Quizás, algún dios o el destino

te enviaron a mi y me enviaron a vos


porque encajábamos,

porque nos necesitábamos,


porque nos importaba

a una de la otra;


sin fingimientos,

sin obligaciones,

cuando fuera, donde fuera


la contención mutua

no tenía tiempo ni lugar,


casi sin necesidad

de preguntarnos nada.


¡Si no se diera así,

no existiría!


no existe, no debe, no debería ser

de otro modo


la amistad verdadera.



Cristina Del Gaudio

Seguidores