¡Reías a carcajadas
en mi sueño!
Fueron pocas las ocasiones
en que te vi reír de ese modo.
Con frecuencia, el rostro serio,
preocupado y ocupado
tal vez,
ante el temor
de no poder hacerte cargo de la casa,
de tu familia.
Deseé volver a dormirme
para disfrutar una vez más
de esa imagen inolvidable.
Pero no.
Seguí durmiendo
y no hubo nada que me quitara
de mi propia oscuridad;
de todos modos,
elegí ese fragmento feliz,
lo retraté para siempre
en mi memoria,
para recordarlo, para revivirlo
en mis momentos tristes,
en las instancias difíciles,
cuando me siento sola,
cuando el miedo me atrapa;
cuando necesito y demasiado
tu abrazo, tu mano firme,
tu voz, diciéndome,
como en aquella oportunidad, ¿te acordás?:
"todo pasa".
No hay comentarios:
Publicar un comentario