No es tan difícil,
¡no es imposible!
caminar sobre las hojas secas,
correr a las palomas,
ir cantando
por donde sea;
-en la ciudad,
aprovechando los tantos ruidos-;
contarnos una historia,
contársela a otros, a quien fuera;
disfrutar de algún "Comic",
de varios,
intentando hacer el "pacto"
desde una inocencia similar
a aquella;
no es tan difícil
jugar a ser niño,
-cuando niños,
jugábamos a ser adultos-;
pues esto sería al revés:
comprarte esos stickers
que te gustan,
una mochila, remera, etc,
con diseños de personajes de Disney,
o con algún otro
que remita a otros tiempos;
un cuaderno con dibujos,
una lapicera, ¡lo que se te ocurra!
volver a esas lecturas, -quizás, inocentes-
que activaban nuestra imaginación;
ir a un bar,
pedir esa porción gigante de torta con súper chocolate,
o ese helado
tan pero tan tentador;
reírte, reírte de todo
y de nada;
si tenés problemas,
asumir que todos los tenemos
y no tiene sentido
detenerse, inmolarse
en la estúpida autocompasión.
¡Jugar y jugar!
ser aquellos chicos,
aun haciendo lo que tenemos que hacer
hoy;
escuchar música,
cantar,
¡sueños y no pesadillas!
jugando a lo que somos,
-escribí una vez-,
a pesar de ser tan distintos,
no olvidar lo que fuimos,
cuánto disfrutábamos
de cualquier cosa:
un paseo en bici,
una broma entre amigos,
una carrera,
un juego manual o físico,
cuando cada día
era una sorpresa
y no una devastadora exacerbación
de inquietudes,
presiones, temores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario