Fingen
estar contentos,
- asumiendo esto
como una pseudo-felicidad-;
fingen ser grandes lectores
y no leyeron nunca ni una sola página de ningún libro;
fingen
que trabajan, trabajaron de o en lo que fuera
y ni de o en lo que fuera,
trabajaron ni trabajan;
fingen
amar,
aseguran
desear morir junto al ser amado:
en tanto,
buscan "reemplazantes",
para que la espera no sea tan larga
-ni tan corta, depende-;
fingen reír,
¡fingen llorar!
fingen
haber obtenido títulos, menciones,
reconocimientos...
¿cuál es la cuestión?
¿el pánico
a ser rechazados?
se es como se es,
así nadie, ninguno, nunca
lo entienda
ni lo entenderá.
Es mucho más simple
que ese simulacro estúpido,
esa máscara, ese disfraz
cada vez
más y más exagerado
y mucho menos
convincente;
no se es mejor ni peor
siendo lo que uno es,
pensando como uno piensa,
haciendo lo que se hace,
así sea algo mínimo, algo que otros no aceptan
o no entienden...¡pero cierto!
No, no se es mejor
ni peor,
simplemente, se ES.
Los sentimientos de mentira,
los conocimientos de mentira
sobre tal o cual materia,
las creencias de mentira,
las promesas engañosas,
todo lo simulado
desgasta mucho más
que si fuera real.
Si no es así,
si no se desea, digamos, re-convertirlo
pues, definitivamente, no es verdadero,
no se simula
y listo.
Si no se estudió
o no se estudia,
si no se trabajó ni se trabaja,
si no se quiere a alguien o no se quiere a nadie,
si no se adhiere a tal o cual pensamiento,
afición, postura
¿cuál sería el problema?
mientras no se dañe,
emocional ni económicamente a nadie,
mientras no se ilusione, en vano, a otros,
en tanto, no se obtengan beneficios
a cambio de nada...
cada uno
con su historia
o su historieta.
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