Hay un espacio
pequeño
¿en mi mente?
¿en mi corazón?
¿en mi alma?
donde alguien
muy parecido a mí
en otro tiempo,
desoye todo otro
sonido,
se vuelve ciego
ante toda otra imagen,
se aferra a esos y solo esos
recuerdos
y no le importa nada
si alguien lo supone,
lo sabe
o no.
Ese alguien
que parezco ser yo
pero en otras instancias,
(así pueda reconocer esa sonrisa permanente,
esa mirada soñadora,
esa alegría desbordante),
hoy son otros hábitos,
otros pensamientos,
otras virtudes,
otros defectos,
¿otros sentimientos?
ella no se cuestiona
nada de esto.
Extiende su mano
desde donde está,
desde donde supongo
que está
y me invita
al reencuentro
con quien se supone que fui,
¿cómo lograrlo?
ha pasado mucho tiempo,
han pasado muchas cosas
muchas cosas tristes,
"ya no puedo volver
a ser vos",
-le digo-,
mientras lloro
ese vacío que no quería retomar;
pero ese ser, tipo mi alter ego
del pasado
insiste, persiste.
Entretanto,
al menos, puedo "verlo",
puedo darme cuenta,
puedo imaginar la posibilidad
de esa fusión.
Por ahora,
es todo lo que puedo hacer.
¡Ah!
y agradecerle,
claro.
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