martes, julio 29, 2025

Privilegio

 En un relato

 de alguien


 me vi reflejada,


 aun cuando los detalles difieren;


 todavía me pasan esas cosas,

 todavía me acuerdo de aquello,


 ¡de todo o de casi todo aquello!


 todavía.


 Duermo abrazada

 a tu recuerdo,


 duermo

 entre lágrimas y sonrisas,


-porque las hubo, las hay-;


 no importa que ya no estés cerca

 nos importa que no estés aquí, conmigo;


 importa que existas.

 

 Un indicio me alcanzaría:


 ¡mi sonrisa, mi mirada,

 mis latidos, anhelan, al menos,

 esa certeza!


 es lo de menos


 haber terminado y mal,

 muy mal;


 importan los sentimientos,

 importa mi cuerpo, mi corazón, agitados

 cuando se me presentan


 en sueños o despierta

 tu imagen, tu risa, ¡esa boca insustituible!,


 tus abrazos cálidos,

 tus palabras;


 ¡todavía lo intentaría!


 si vos quisieras, pudieras, te atrevieras,


 te quitaras de encima todo ese peso,

 todas esas obligaciones,


 ¡tanto agobio,

 tantos prejuicios!


 ¡todavía lo intentaría!


 -dudo que vos 

 pienses, mínimamente un segundo, en ello-;


 de todos modos, insisto:


¡todavía lo intentaría!


nunca le perdí la fe


a ese amor complicado,

¿tóxico? un poco,


mas...


un privilegio:


lo dicen a gritos las páginas del álbum

de nuestra increíble, irrepetible, apasionadísima


historia.

La voz que trasciende geografías

 ¡Es realmente asombroso!


 uno escribe esto o aquello

 y alguien, a miles de kilómetros


 ¡lo recibe,

  se detiene en su lectura!


 -en su idioma, claro,-


 quizás, con una interpretación diferente,

 más interesante, más profunda;


 su propia voz

 le pronuncia lo que yo escribo ahora

 o lo que escribí antes o mucho antes;


 ¡es maravilloso!


 saber que hay alguien

 que desde muy lejos, se enfoca en tus líneas


 por un momento;


 deja sus quehaceres,

 quien sabe, sus angustias, sus padecimientos,


 traslada

 su ser esencial, su alma


 hacia estas pequeñas palabras,

 en ocasiones, incentivadoras,


en otras, algo o muy tristes;


puedo imaginar

sus ojos en su propio dispositivo


aliándose, enfrentándose,

atreviéndose,


en mi mediodía frío,

en su atardecer cálido,


a indagar, quizás, descubrir, sentir algo

entre mis humildes líneas,

traductoras de mis dispares cuestiones;


a encontrar mis preguntas,

a plantearse, a su vez, las propias;


¡a reconocer similitudes,

y advertir diferencias!


esto de la tecnología

finalmente no es tan malo (risas);


en fin, te digo amigo, amiga,

-quizás, colega-

a vos que me estás o estuviste

leyendo, 


que abandonaste, por un momento, tus empeños

para interesarte por lo poco que puedo ofrecerte:


acepto, venero, ¡me hace más que feliz!

tu contacto, tu opinión, 


tus sugerencias,


¡tu voz!


aun sin escucharla, de algún modo o varios

me atraviesa,

cuando descubro que ingresaste.


Quizás, algún día

podría conocerte personalmente.


Quizás,

así estés en otra geografia,


te halles más cerca de lo que imagino.


De una forma u otra,


aquí estoy y seguiré estando


con los brazos abiertos,

a tu decir, a tu ser, a tus coincidencias,

a tus particularidades,


con mis historias, 

con tus propias historias,


¡con todo mi ser!



viernes, julio 25, 2025

Tu "aquel país", (el mío)

 Camino

 sin un destino prefijado;


 voy, vengo,

 pienso, no pienso en nada;


 ¿destino de observadora

 de árboles?


 no dejo de mirarlos,

 de acariciarlos con mis ojos,

 también los de la imaginación;


 de soñarlos dormida, despierta, 

 en todos sus estados;


 ellos me acompañan

 sin saberlo, claro;


 me incentivan,

 me oxigenan,


 me ilusionan


 con un tiempo nuevo

 que vendrá,

 sé que vendrá;


 esa convicción extingue, por un momento,

 los fantasmales recuerdos,


 las frases falazmente

 hirientes...


¡me revive!


 si camino un poco más,

 también hallo esas manos, agitándose


 de los que saben un poco de mí

 o algo más


 y les respondo, claro;


algún café humeante

me espera en el mismo bar


o en otro, depende;


la lapicera

siempre en el bolso,


por si acaso:


-Nunca se sabe

cuándo aparecerá la ansiada inspiración-


el viento golpea,


mucho más helado

que en otros días.


Un invierno duro,

muy distinto a tu duro verano,

sabés.


Pensar que a lo lejos, muy lejos

otro clima, otros hábitos, otro idioma,

otro modo de verlo todo,


otro mundo.


Y vos, que reías tanto

que bromeabas y repetías incesantemente


las frases, las genialidades

de Les Luthiers,


hoy te movés en otros ámbitos,

¡sos "responsable"!


muy poco te acordás

de aquel pasado,


menos, del nuestro.


Dicen, por ahí,

que todo sucede al mismo tiempo,


es posible.


Probablemente,


haya sabores, olores,

situaciones de cualquier índole


que te devuelvan

algo de muchísimo;


a mí me pasa,

¿por qué negarlo?


este bendito frío

invita a la reflexión, 

a la nostalgia;


también a ciertos arrepentimientos,

dudas, temores


de antes,

nuevos;


mas hay un cielo

que aun a la distancia,


a los distintos horarios,

estaciones,


sin lugar a dudas


nos cobija

a  ambos.


También a los nosotros,

los de entonces,


los de tu "aquel país", 


que elegiste

-y seguís eligiendo-


fingir que olvidaste.



miércoles, julio 23, 2025

Inconmensurable ausencia

 Alguien te había visto,

 alguien a quien no conozco;


 alguien te mencionó:

 me pareció ver tu sombra


 alejándose, siempre alejándose.


 Mi cabeza o mi corazón


 insisten e insisten en participar

 de aquel ¿amor?;


 al parecer, esos sueños regresan


 después de tanto no esperarlos.


 pero pasó:


apenas, tu figura,

tu rostro,


desdibujándose,


huyendo, una vez más,

¿de mí?


me dolió despertar,

¡me dolió despertar!

 

con la certeza


de que quedará 

en una imagen del pasado


enmarcada en neblinosas secuencias;


solo serás eso,

lo que en verdad, fuiste siempre


aunque mi ilimitada pasión

de entonces


se resistía y se resistía


a aceptar


¿tu inminente olvido?


mas hoy, después de un largo rato,

entiendo, -más allá de cuánto entristece-


que dondequiera que hayamos estado,


tu inconmensurable ausencia

no se separó, jamás, 


de nuestro lado.


Receta para no ingresar al "área desesperación"

 Cuando uno ingresa

 o está a punto de ingresar

 al "área desesperación"


 sugiero


 invocar

 a esos instantes


 que, a pesar de pertenecer

 a una fracción temporal

 lejana o muy lejana,


reinician

el buen ánimo,


devuelven


la sonrisa,

las pequeñas felicidades,


al haber habitado

o quizás, seguir habitando,


esos rincones

que solo nosotros o pocos


conocen;


así, sea por lo que hayamos contado o contemos

que se limita, apenas, a un resumen:


aquel beso, aquel abrazo, aquella despedida,

aquella última vez


pero no de las últimas veces

que nos generan angustia,


de las últimas veces

que si bien, no hubo, en efecto,

siguientes,


por pérdidas, por acuerdos en común,

por lo que fuera,


nos reenvían

a todo lo anterior a ellas.


Por consiguiente, las aceptábamos,

las aceptamos


en nombre de todo lo vivido


para no caer tan fácilmente

en esa "área" un tanto o muy

insalvable;


son cuestiones tan ínfimas

como frases graciosas,

alusiones, comentarios,


hábitos, compañías en momentos críticos,

palabras que aún circulan por nuestra cabeza


y nos proponen

su recuerdo, incluso, a modo de ejemplo,


supongamos.


Se acude y se aceptan


por el mero hecho

de que no pueden cambiarse;


eso las convierte

en diría, "inmortales":


son hechos, sentencias,

dichos, expresiones, actos,

gestos


-sobre todo los dignos de no olvidar-


cuyo oportuno o inexorable regreso

no pudimos ni podemos detener -o no queremos hacerlo-


cuando necesitamos


hallar un sentido, cierta claridad,

¡un referente!


vinculado a lo que somos, hacemos,

pensamos,


padecemos, soñamos,

gozamos,


concluimos,


hoy.




domingo, julio 20, 2025

Ser humanos o no serlo... ¿That's the question?

 Soy humana.


 Puedo dar varios sentidos

 al término:


 tengo un cuerpo, con brazos,

 piernas, cabeza, arterias, venas,


 es decir, con todos

 los atributos.


 Bueno, sí,

 me extrajeron una muela,


 ¡siempre algo falta

o sobra o se pierde!


en general,


puedo decir

que estoy bastante

"completa",


si a eso me refiriera

cuando hablo de ser o no ser

"humano";


hay otras cuestiones.


¡hay otras cuestiones!


ser humano

implica sensibilidad,


empatía, ¡sentimientos!


¡que no se tema a los sentimientos!


los sentimientos,

su expresión, su demostración,


su exhibición sin prejuicios


de eso que decimos

o ubicamos en el corazón,

en el alma,


como se prefiera,


es lo que nos convierte

o demuestra que somos "humanos";


por eso, si alguien daña, desilusiona,

lastima en la forma en que sea


a otro, a otros


se dice que es "inhumano",


¡que pena que algo

que el propio hombre, persona


ha creado,


nos instale

en el planteo ético-existencial


de llegar a preguntarnos

hasta qué punto somos lo que somos!


si eso que nosotros mismos,

-o algunos-


inventaron, inventan,


puede con nuestras emociones,

puede con nuestras lágrimas

cuando algo físico, espiritual o afectivo,


nos lastima;


La IA

no sufre, no padece, -acudamos o no a ella-,


se asemeja, digamos,

a la Wikipedia,

aunque con mucho más material.


¡nos informa!


como un manual de instrucciones,

como un súper diccionario enciclopédico:


¡se volcó un montón, un montón

de información


para que lo haga!


no sé si vieron la película,

alguna de las de la saga de "Terminator":


supongo que sí

o tienen idea de qué se trata.


La máquina, como los propios guionistas

hacen que los actores "humanos"

denominen a un muñeco


representado en principio,

por un único actor,


luego,


surgen diversas variantes;


pero vuelvo a lo que pretendo decir:


la máquina no siente, no se emociona,

le pregunta, entre otras cosas, al personaje de John Connor


qué es eso que tiene en los ojos,

refiriéndose a las lágrimas,


pues se expresa en un lenguaje aprendido,

instalado


y el joven Connor

le explica, le modifica


esos términos


para que se "parezca" a las personas,

para que adopte un lenguaje creíble,

confiable.


De eso se trata.


¡Somos humanos

y no necesitamos que nadie certifique nada

al respecto!


la computadora que estoy utilizando

está escribiendo lo que está en mi cabeza,

en MIS pensamientos;


no elige las palabras,

no crea por sí sola,


¡yo determino qué tiene que componer!


¡yo soy su mentora,

por así decirlo!


no delinea ninguno de estos textos

sin mis indicaciones;


en ningún momento

debería dudarse


con respecto a estas cuestiones;


se es humano 

cuando se ve a esos árboles,


cerca del barrio

donde vive mi mamá, por ejemplo,


frondosos, de un verde increíble,


creciendo, mutando,


plantados en forma descendiente,


maravillosos,

perfectos,


porque alguien, un ser viviente

los ubicó de ese modo;


la naturaleza

claro que surge por sí misma,


mas no hay ninguna máquina

que coloque una semilla, un brote,


que cuide


un parque,

un jardín,

un bosque,


lo que fuera;


¡Gritemos a este mundo confuso

y confundido!


¡somos humanos, somos sintientes!


nos planteamos cosas, elegimos,

nos enamoramos, nos desenamoramos,


hacemos, aportamos,

nos reímos y lloramos

al mismo tiempo;


nos aniquila

que alguien a quien consideramos amigo, amor,

lo que fuera


nos trate mal, nos insulte,

nos lastime del modo en que sea;


¡porque somos de verdad!


y ser de verdad


debería enorgullecernos,

día tras día;


¡mucho más en este tiempo

en que poseer


resulta más importante


que ser!


somos esto.


Hacemos lo que podemos

por alguien, por muchos.


Usamos la tecnología,

¡la usamos!


para expresar

lo que vive en nosotros,


lo que estalla de nuestros sentidos.


Pero que quede en claro:


no son los dispositivos.


No es un sitio,

un circulito

"pidiendo" que lo consultemos.


No es un montón de información

quien nos acompaña, quien nos da ánimos,

¡quien nos dice o nos dirá qué hacer en cada situación!


habrá quien lo haga,

habrá una persona, un allegado, un conocido;


¡habrá un amigo!


y sin dudas,

el mejor amigo que podríamos, podemos tener:


¡nosotros mismos!


jueves, julio 17, 2025

Ser uno quien introduzca la "diferencia"

 Con todo

 y a pesar de todo


 aún creo


 en el milagro del día a día,

 en las esperas


 que en un lapso de tiempo, corto, más largo,

 se transforman en logros,


 en alcances,


 en amores posibles;


 creer en el amor de verdad,

¿el de antes? 


 no sé si estoy convencida

 de que hubo un tiempo

 en que el amor tenía certezas


 o quizás, todavía las tenga,

 tal vez, en menor escala,


 tal vez,


 bajo formas distintas;


 ¡levantarse

 y sentir esas ganas!,


así sean inmotivadas,

así luego se busque y se halle el motivo:


 la fuerza de ese amor por lo que uno es,

 por lo que uno hizo, hace,


 por lo que puede sumar


 a un mundo

 que en verdad es hostil,

 despiadado en muchos sentidos,


 no sé si decir "inhumano";


 ser entonces uno

 quien introduzca ¡y sostenga!

 la diferencia;


 ser uno

 esa flor en el pantano


 de mediocridades, mentiras,

 manipulaciones, injusticias;


 ser uno


 quien sin que nadie le pida,

 nadie le diga nada,


- y si le dicen,

no importarle-


se empeñe y se empeñe


en servir


desde lo que su naturaleza

lo impulsa,


desde su esencia,


desde el sentido

que él mismo

halla en su interior,


empujándolo hacia la expansión

de lo mejor de su ser,


con el fin 

de lograr que el mundo


no digo que cambie,


digo que sea,


que se lo convierta


en un nuevo mundo,


menos, mucho menos


carente de magia.



 

jueves, julio 10, 2025

El precio por ser diferente

 Uno

 se la pasa años,


 -tal vez, demasiados-,


 consintiendo,

 naturalizando


 cuestiones

 difíciles,


duras de superar,


aún más adelante.


 pero no lo sabe

 o no quiere saberlo


 quizás, prefiere tolerar lo que fuera

 con tal de no ser rechazado,


 ¿con tal de no quedarse solo?


 con el tiempo,

 se va dando cuenta, -no todos-


 de que puede ser,

 ¡finalmente!!


 como en verdad es,


 puede opinar,

 puede aceptar o rechazar,


¡dejar de trivializar

maltratos del tipo que sean!


claro que su cabeza

quedó, inevitablemente,

impregnada de esa oscuridad


que muy probablemente

o seguramente


jamás mereció

padecer.


Menos, en silencio.


En fin, cuando se atreve a alzar la voz,

cuando se decide, finalmente


y afirma:


esto me molestó, me molesta,

esto no está bien,


soy así,


-tómenme o déjenme-


o frases por el estilo;


cuando no todo se reduce a frases,

sino actitudes, hechos, acciones


concretos


de los que ya no existen dudas


de que aquel que fue,

quien se mostró de un modo determinado,


por el motivo que sea


a pesar de que

no se vinculara con su esencia,


su modo de ver, de hacer, de tratar,

¡de tratarse!,


¡despertó!


¡derrumbe total!


la tan temida soledad

acude rápidamente,


más rápidamente

de lo que se imaginó;


casi nadie o nadie

necesita, requiere de alguien "real":


todos pretenden en los otros

proyecciones de sus propios gustos,

deseos, ¡indicaciones!


partícipes incondicionales,

cual corderos obedientes,


de sus propósitos,

de sus ideas.


En fin,


no convienen

aquellos que de pronto, reaccionan


¡los que "pretenden" ser  diferentes!,


los que se liberan

de la manada;


¡los que gritan, sin miedo,


sus sentimientos,

sus dolores, sus rechazos,


su inminente huida de determinados sitios,

personas, actividades,


a los mil vientos!


y no,

no son bien vistos,


en ocasiones,

se los aparta;


se finge escucharlos, entenderlos...


Pero no.


Es el precio, -no queda alternativa-,

por sostener nuestra valía,


nuestras elecciones,

nuestra forma de vivir


nuestro renovado orgullo

al mirarnos al espejo,


¡al fin, reconociéndonos!

lunes, julio 07, 2025

El "grande" y yo

 Vos eras el "grande",


  en todos los sentidos;


  yo te seguía,

  adhería a tus gustos,


  a tus elecciones,


  ¡a tus decisiones!


  eras mayor 

  y con experiencia;


 y yo


más joven,

con poca o cero experiencia.


Me sentí elegida

por los dioses del Olimpo


cuando me invitaste

a tomar ese café.


Pero eso fue al principio.


Luego, tus películas favoritas,

tu música preferida,


tus lugares,

tus elecciones de prácticamente todo,

tus indicaciones:


claro,

también respecto a mis cosas;


te pregunté

estando a varios kilómetros de casa,


 si te pasaba algo,

 porque te notaba "raro".


¡Sin preámbulos

me dijiste que ya no sentías lo mismo

que antes!.


¡De pronto, pareció

que el mundo se me había caído encima!


alejada de mis padres,

de mis amigos, de mi vida


¡estaba con un hombre

que de un día para el otro, se había vuelto un desconocido!


No sé cómo


preparé mi ropa y lo demás, asustada

y apurada.


Por suerte, tenía dinero.


Intentó detenerme,


-aunque no fue tan vehemente-.


Me encontré sola e insegura

en esa terminal de micros helada.


Subí al ómnibus

llorando


pero curiosamente,

al poco rato,


sentí dentro de mí

una fuerza inusitada,


¡al fin tomaba una decisión importante

...y sola!,


como nunca

antes.


Y eso que había habido

indicios...muchos


que no supe o no quise ver.


Años después

lo encontré en un bar

de por ahí.


Se sentó

a tomar un café


sin decir palabra.


Yo no le pregunté

nada,


¿para qué?


al rato,


es un gusto verte,

-dijo-,


también para mí,

-dije-,


y así partió mi primer amor,

-partida que ya se había anunciado tanto tiempo antes-.


en realidad, lo que yo había rotulado

como "primer amor".


 El...no sé,

¿una novedad, un experimento, una atracción efimera?


tal vez...


en cuanto al amor,

admiración, idealización,


proyección, ¡planes a futuro!


como prefieran...


al parecer, los viví


a solas.















viernes, julio 04, 2025

Musicalizando felicidad

 Salir


 con frío,

 sin frío,


 deslizarse

 por las veredas


 repletas de hojas multicolores;


 -hojas que ni los vientos, ni las lluvias

 desaparecieron-;


 danzar al compás

 de nuestra melodía favorita,


 la que justo nos siga

 hoy, mañana, cuando sea


 en medio de nuestros pensamientos;


 dejar por un rato


la tantas veces

aplastante realidad;


 ¡salir sin cuestionarse

 nada!


únicamente soñar

con un día, una tarde


 diferente;


¡hacerlo posible!


sonreír con la mejor de nuestras sonrisas

a todas las personas,


se las conozca o no,


darles el paso,


un gesto, una palabra,

una mirada afectuosa,


¡suman tanto!


mirar el cielo,

mirar los árboles,


así, algunos o casi todos

se vean hoy despojados de su atavío:


pensando,

haciendo pensar


en que falta menos


para que las flores

los engalanen, exhiban aun más

su natural belleza;


ser uno

la flor,


¡muchas flores!,


portar la mejor energía


para que el mundo,


los que hacen que el mundo

sea, en ciertos casos, aterrador,


no ganen


¡no por esta vez!,


¡no por estos lados,

ni por donde sea!;


ellos, los malos,

nunca descansan,


-dijo alguien-


¡y nosotros

tampoco deberíamos quedarnos "dormidos",


jamás olvidar la empatía, los afectos,


no renunciar, jamás, a nuestra magia!


basta con ir cantando,

al menos, en silencio,


¡nunca dejar de cantar,

ni de bailar, ni de escuchar música!


la música


puede llenarlo todo, absolutamente,

tan plena de poesía;


-para eso 

se es artista-


mas cualquiera de nosotros

puede pintar, escribir, musicalizar felicidad


para los que estén tristes, solos;


cada uno posee en su corazón


una parte especial ¡y esencial!

para que nuestro pequeño universo, 


por un microlapso temporal


cambie.




miércoles, julio 02, 2025

Haber padecido...no nos hizo fuertes

 ¡Ya no más!


 justificar malos tratos,

 carencias, injusticias,


 de la índole que fueran;


 ¡ya no más!


 aceptar esas afirmaciones,

 ¡en algunos casos, hasta categóricas!

 

 acerca de que cualquiera

 de esas situaciones

 traumáticas, hostiles,


 forjaron mi carácter,

 me fortalecieron;


 me sirvieron, nos sirvieron para "aprender",

 para crecer, para apuntalarme/nos;


 para ser lo que somos

 en verdad, -lo que pudimos-;


 tal vez, 


¡seguramente!


 algunos o varios de nosotros no queríamos ser abandonados

 afectivamente,


 ignorados, maltratados,


 obligados


 a hacer, a estudiar

 lo que no nos gustaba;


a aceptar empleos

de los cuales no aprendimos nada


¡que recordamos con odio!


porque nada tenían que ver

con nuestra esencia,


con nuestros dones,

¡con nuestros sueños!


de ningún modo,


al menos yo,


aceptaré nunca más

eso de que mis experiencias pasadas,


-las malas, las que no me sumaron nada,

sino todo lo contrario-,


me ayudaron, me impulsaron

a hacer mi vida según me place,


a sentir como siento,

a intentar crecer día tras día,


a "blindarme";


más allá de aquellas difíciles,

tristes, experiencias,


se es lo que se es;


¡nadie elige padecer

para hacerse fuerte!


¡no soy fuerte!


aún martillan mi cabeza

momentos que desearía no haber "sobrellevado",


recuerdos de lugares en los que hubiera deseado

no estar ni por un momento,


personas que intentaron

aniquilar mi autoestima,


en uno y mil modos;


soy esto


¡y no me arrepiento!


salvo de haber consentido,

por ingenuidad, por inexperiencia,


ciertas demandas;


pero nunca, ¡nunca!


de la persona en que, pese a todo,


me convertí.


¡Le guste o no

a quien sea!






Cristina Del Gaudio

Seguidores