sábado, octubre 05, 2019

El ave encantadora

Quise escribir sobre el amor
y una nube encegueció
hasta los recuerdos;

una nube oscura
que supe no se disiparía
quizás, nunca;

quise escribir

acerca de todo eso que me inspiraba
esa controvertida, apasionante,
desafiante

sensación:

¡estar enamorado,
sentirse al borde de la locura,
del éxtasis, ilimitado,

del olvido!

no pude rearmar
aquello que viví
-o sobreviví-
durante tanto tiempo;

apenas,

obtuve unos pocos vestigios,
imágenes descoloridas,
risas, expresiones, sentimientos
desdibujados;

palabras sueltas
que no llegaban, casi,
a integrar frase alguna

lo bastante convincente

para volver a creer,
para volver a abrirle paso

al ave encantadora,
a la mariposa dorada,

al árbol frondoso,
pródigo,

al fruto exquisito,

¡al incomparable juego de miradas,
de señales,

de acercamientos
y distancias!;

en fin,

sabemos o saben algunos,

en mayor, en menor medida,
cuánto, qué significa

eso de que absolutamente todo desaparezca
y solo se advierta, se vea, se oiga, se palpe

a determinada, indeterminada
persona,

así,
esa conexión inevitable
e inexplicable

perdure

lo que un parpadeo

o por el resto
de nuestros días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores