Aquí queda
algo de lo que fui.
Perdida
en un océano hostil,
sin fuerzas
para enfrentarme a olas tan inmensas;
sin esperanzas,
sin deseos,
sin motivaciones;
hice, dije
muchas cosas;
llegaba a temblar de frío
ante tremenda gelidez,
así proviniera
de tan lejos,
de tantos miles de kilómetros;
no pude con tantos obstáculos,
no pude
¡gasté mis energías
en tantos años!
ya no puedo recuperarlas.
Estoy herida de muerte
a causa de esa espada filosa, implacable
estoy herida de muerte:
me mató su desamor,
su desinterés
repentino
o vislumbrado, quizás;
nadie va a rescatarme
nadie podrá
salvo una palabra suya,
su mano, su abrazo,
su regreso.(?)
Moriré
hundida en este dolor
aun más profundo
que todos los océanos;
mas nunca lo sabrá,
nunca, nunca lo sabrá.
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