Es increíble
que me sorprenda
un buen gesto,
una atención,
una invitación,
una caricia en la cabeza,
en la espalda,
en el corazón;
parece lo más común,
debería ser normal
¿acaso considero
que no lo merezco?
no se.
No sé ni qué decir, me inhibo
cuando elogian
a algunos de mis textos;
también si me envían buenos deseos,
me dicen palabras lindas.
No me pasaba
antes.
Supongo
que con el tiempo naturalicé
el desinterés, el desapego,
el maltrato.
No significa
que no hubo quienes
me consideraron,
me brindaron su apoyo,
me estimularon,
me quisieron...(¿?)
Sé que mis padres,
a su manera -no demostrativa-,
me querían, me quieren;
sé que hubo gente pariente o no
que en verdad me apreció, me aprecia;
tal vez,
de algún modo
yo provocaba o sigo provocando el alejamiento;
quizás,
por esto de naturalizar la distancia,
el desinterés,
la soledad.
Siendo muy joven andaba sola por ahí,
iba al río o a algún parque,
me llevaba, entonces,
el walkman,
cerraba los ojos y soñaba;
o iba a tomar cafés
por ahí y por allá,
-aún lo hago-
y escribía alguna que otra cosa
en servilletas;
me acostumbré
a estar conmigo:
no es tan malo
como se cree;
pero hace
que me cueste
compartir salidas,
reunirme
con uno, con el otro.
Tal vez,
algunas experiencias
no muy gratas
me volvieron desconfiada.
Eso sí: sigo incentivando
a cuanta persona se me cruce,
intento
decirle cosas positivas,
estimulantes, graciosas;
probablemente
una manera
de compensar
esto de elegir estar casi siempre sola.
Esa normalización
del no apoyo, del destrato
pude, puedo provocarla
yo misma,
¿inconscientemente?
lo ignoro.
El hecho de dedicarme a escribir
no debe ser algo casual.
Debe estar relacionado
con esta individualidad,
estas auto-salidas, distracciones,
esta búsqueda
de momentos a solas,
pensando en nada,
en todo.
Pensando en alguien
que me sigue doliendo
de quien no quisiera acordarme
porque es domingo
y resta.
En fin,
acá, inserta en mi cuadradito virtual
me encuentro, comparto
con muchas personas,
muchas cosas.
Nunca imaginé
que esto podría suceder:
mis escritos
me impulsan a sociabilizar;
mi libro
es la puerta de entrada
a la conexión
o reconexión
con los demás.
¿Mi carta de presentación?
¿mi aporte
a otras soledades, a cuestionamientos
de otros?
también.
(Demasiados planteos
para una sola tarde).
¡Lindo domingo!
-quien sea que lea mis delirios-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario