lunes, julio 31, 2023

¡No con mis sueños!

 ¡Soñaba

 con tantas cosas!


esos sueños

fueron cambiando


con el tiempo:

los problemas,

la vida.


Soñaba

con ese viaje,


con esa nieve

que nunca pude conocer;


soñaba


con ese amor

que yo misma 

y no sé por qué


contribuí, en gran parte,

a que no me fuera destinado.


Soñaba


con escribir,

escribir y escribir.


Eso, al parecer,

lo logré,


lo sigo haciendo,

lo seguiré haciendo


siempre con la complicidad

de quienes me lean;


haciéndolo por mí

pero también por ellos,

por todos;


en algún fragmento

de aquella otra existencia


pensaba

-o no necesitaba pensarlo-


que esa alegría genuina

que impregnaba mi alma,

mi presencia, todo mi ser,


jamás se interrumpiría.


Nunca imaginé, siquiera,

que los años


acarrearían tantas decepciones,

tantas ocasiones con las manos vacías


vacías y cansadas


rotas


de esperar, esforzarme

y seguir esperando


lo que jamás sucede.


De todos modos,

no renunciaré a mis ilusiones,


así suponga

que podrían ser imposibles;


¿qué haría un poeta

sin sus quimeras?


la realidad

es bastante aplastante


como para impedirse

esas aventuras oníricas


dormido, despierto,


veré

lo que mi inconsciente

sugiera;


lidiaré con ello,

lloraré


o gozaré,

reiré;


podrán

empañar mi realidad,


dificultarme

lo que sea, como sea, quienes sean,

-casi siempre o siempre los mismos-


pero nunca, ¡nunca!


podrán extinguir mis sueños.



jueves, julio 27, 2023

Alguien que hablaba de libertades

Ella

fue la única


que no estuvo con él

por interés,


por su dinero,

su o sus autos;


en fin, sus bienes

-o males, como digo siempre-;


él

quería responderle


¡esta vez lo haría!,


lo pensó, lo pensó


pero no.


La amistad

no era un valor importante,

al parecer, para él,


de hecho, no cotiza en el mercado.


Solo importan

los negocios,

mucho, mucho dinero,


una vida más que holgada.

Es todo a lo que le da relevancia,


¿sus "amigos"? colegas o clientes;


es asi,


o así se lo auto-impuso;


Ella

nunca le pidió nada


y pudo hacerlo,

estuvo con él un tiempo prolongado.


No eran esposos, ni novios,

¿amantes? quizás.


Pasó el tiempo.


Ella intenta, cada tanto,

retomar


las risas, las bromas compartidas,

las anécdotas.


Nunca le hizo preguntas,

muy poco es lo que supo y sabe de él;


de todos modos,


al parecer,

algo le hizo pensar al hombre

que era un tema peligroso,


que su mujer podría enterarse

y su paradisíaca vida

caer desde tremenda altura


y hacerse añicos.


¡y todo por una simple ilusión!

pues, ¿qué otra cosa era?


¿amor?


es cierto que alguna vez

le pareció que pasaba algo más...pero lo descartó

de inmediato;


ella nunca se enamoró de él,

-él controló, de algún modo, que así fuera-


pero siempre lo recordaba con cariño,

lo admiraba, incluso,


no digo como a un amigo,

como a un amigo común;


sino como alguien en quien, según creyó, confiar,

a quien contarle sus cosas aniñadas


para la edad de él,

para la experiencia que había acumulado.


Eran muy distintos.


Ella pensó

en todo lo contrario,


buscaba similitudes.


Hasta que creció

y se convirtió en una mujer


atrayente para muchos,

estudiosa, pensante;


tal vez, el señor, ya muy mayor

creyó que no la necesitaba,


que no tenía nada que ver

con alguien que le hablaba de libertades,


que reía sin parar,

que aún soñaba y deseaba y sentía.


Todas esas cuestiones

le eran ajenas al casi anciano


y decidió alejarse.


Ella 

todavía sueña con él

cuando era más joven,


cuando ambos lo eran.


Quiso contarle,

quiso decirle que en ocasiones

lo recordaba


y lo extrañaba,


lo extraña.


Le escribió

una, dos, diez veces

o más.


Él leía, lee

sus mensajes.


Pero jamás le respondió


ni le responderá.



miércoles, julio 26, 2023

In memoriam

 Ella había naturalizado

 esa subestimación,


ese desdén,


¡los gritos!

¡los golpes!


ella

se había "acostumbrado".


Y dejó pasar el tiempo,

dejó pasar demasiado tiempo,


¡años de torturas,

de amenazas, de hostigamiento,

de encierro obligado!


¡años, años pasaron!


un día

habló con alguien.


Ella no frecuentaba

a casi nadie, salvo a su madre

y a una hermana


las que, por supuesto,

ignoraban esta situación;


¿cómo podía contarles

algo así?

reaccionarían mal,

terriblemente mal,


¡le dirían que se separara!


un día

se animó.


El tipo en cuestión

le había dejado un ojo morado

y golpes en los senos.


Y ella

ese día se animó:


fue a un lugar

que le había sugerido alguien,

una conocida.


Le tomaron la declaración,

le hicieron miles de preguntas,


¡la hicieron sentir

como si ella fuera la culpable

de tan injusta y brutal afrenta!


a él

no le hicieron nada.


Ni una citación,

ni una restricción,


nada.


Obtuvo el "famoso"

botón de pánico.


No sirvió de nada.

Él se lo quitó


y siguió amenazándola,

insultándola, abofeteándola,


cada día más.


¡Golpeándola 

en todas partes,


en la cabeza,

en el resto del cuerpo!;


ella volvió

a ese lugar,


aprovechando

que ese hombre al que había amado tanto

no estaba.


Lo mismo:

preguntas, pericias psicológicas

¡a ella, solo a ella!


y nada pasó.


Ella es una más

que desde el cielo de las inocentes

víctimas de desquiciados criminales


les recuerda

a todas, 


nos recuerda 

a todas


que el menor indicio

alcanza.


Que hay que escapar,

a donde sea, como sea,


siempre será mejor


que las torturas psicológicas, físicas.


Que la muerte.

domingo, julio 23, 2023

Infinitud

 Particularmente,

 los domingos


 tu ausencia

 flota, se desliza

 a mi alrededor;


 puedo percibirla

 en mis hombros, en el cuello,

 en los labios,


 en todo el cuerpo,


 en el alma;


¡caprichos

de ausencia!


supongamos, es tu modo

de llegar a mí,


sin que te vea,

sin que se sepa,


sin que vos mismo

lo sepas;


carente de todo

lo que alguna vez nos colmó

de placer, de alegría, de incentivos;


por algo

inventé, invento


este amor

por tu no-presencia


que se ha vuelto casi

una inexistencia;


por suerte,


surgen, siquiera, estas ínfimas letras

que apenas rozan tu infinitud,


nuestra infinitud,


la que nos pareció

un privilegio, un bien

difícil de parangonar


que se nos había dado

para siempre;


pero no.


El tiempo transcurrido

intentó sanar 

heridas pequeñas,


heridas más graves


pues no fue así;


esas heridas

no solo no cicatrizaron,


se profundizaron.


Y duele.


Claro que duele

este, todos los domingos

a solas con tu nada


que transformo, literariamente,

en todo, en casi todo


para no llorar,


para no desmoronarme.


Porque hay que continuar,

pese a las imposibilidades,


pese al desamor,


al desdén,


a este gran vacío.


No es tu culpa,

no es la mía.


Fueron las experiencias,

fueron las diferencias,

fueron los años


en este último

¿encuentro?


supongamos.


Nada iría a pasar

con todo eso que teníamos planeado.


Nada.


Lo sabíamos.


Triunfó el temor,

ganaron las "obligaciones",


ganó la resistencia

al cambio, al riesgo.


En fin,


tu domingo

será mucho mejor que el mío,

supongo;


sos muy bueno

en el arte de fingir.


Lo intento, a veces,

-no solo los domingos-


pero no,

no me sale,

no convenzo a nadie,


mucho menos a mí.


Elijo

fantasear

con lo que pudo suceder;


¡caprichos

 de poeta!





viernes, julio 21, 2023

Días que son tortuosos

 Hay días.


Hay días

en que uno


comienza a contar:

¿cuánto hace que...?

¿cuánto tiempo hace que no....?


y se pregunta:


¿cuánto tiempo falta?

¿cuánto más tendré que soportar?


¿podré soportarlo?


días

que son tortuosos,


en los que el cerebro 

está como invalidado;


entonces cuesta pensar

¡y necesitamos pensar!


¿en qué?

¿en quién?


imaginamos


que desearíamos pensar

en ese tema,


en esa persona;


al instante, descartamos

esas opciones


pues, llega el


¿para qué?


son días difíciles

pero no imposibles;


somos humanos

por suerte, todavía;


no siempre

suenan ni sonarán campanas

a nuestro paso,


a veces,

son golpes bruscos,


sirenas atronadoras


anunciando


ese para qué,

esos por qué,


esos


¿y por qué no?


deberíamos -o sería una posibilidad-


retomar aquel preciso

extracto temporal


y reiniciar.


Hacerlo todo,

aunque de otra forma.


No como lo venimos haciendo,


¿el miedo nos detiene?


no importa,

lo dejamos,


lo ignoramos;


todo cambio

hace vibrar


de emoción,


también de incertidumbre...


¿y si es peor?


tienta

la comodidad, el lugar común,


el todos los días

iguales,


el tedio


se instala,

carcome 

nuestro interior


como tantas otras horribles

sensaciones


que ahogan,

impiden,

nos alejan


de nuestro sentido,

de nuestros deseos casi olvidados

por la costumbre,


¡terrible presión!


que nuestra fuerza espiritual

no puede saciar;


urge, quizás,


acudir

a instancias similares,


a sensaciones

de otras edades pero tan parecidas,


¿qué hicimos 

entonces?


lo hablamos con alguien,

con ninguno,


con nosotros mismos.


Y seguimos.


Y acá estamos.


Haga frío, calor,

llueva, se nuble,

salga el sol,


como sea.


Todavía

existe la posibilidad,


¡todavía!


de ser, de hacer,

de decidirnos,


de elegir


el no auto-derrumbe.





lunes, julio 17, 2023

El importante portón

 Abriste

 el importante portón


y saliste, orgulloso,

con tu camioneta nueva.


Seguramente,

alguien, muchos,

tu vecino,


¿te admiran?


no estoy tan segura.


Es muy probable que piensen

algo tipo: "¡este sí que tiene plata!"


lástima que ni con todos tus "bienes"

podés impedir


que tu corazón

reclame y reclame


algo, demasiado

que preferís

ignorar;


inventás excusas,

proyectás en otros

tus debilidades, tus propios errores.


No importa.


Compraste

lo que ¿soñabas?


tal vez.


Ella

todavía está esperándote.


Y no espera

siquiera, un encuentro,

ni un abrazo, ni un beso,


¡ni una mirada de aquellas,

las de ese tiempo,


en que no podías adquirir

ni esa camioneta ni muchas otras cosas!


ella 

sigue


-según

vos lo considerás-,


con sus banalidades,

-nada que no genere dinero

te parece importante, claro-.


¿Dejó de interesarte

esa mujer?


no.


Solo y nada menos

tuviste, tenés miedo.


Miedo 

a que se desmorone tu falso imperio:


ese matrimonio aburrido,

en que ambos, apenas, se toleran


para no perder

su "fortuna";


porque lo querés todo,

¡nada de solamente la mitad!


¿te costó obtenerlo?

tal vez, tal vez no tanto


pero es lo más valioso,

es lo único que tenés


y por esa mujer...


No, definitivamente,

ignorás cada llamada,


sus mensajes,

todo.


O hacés de cuenta

de que no leés sus líneas


y en verdad, siempre las leés.


Pasará otro año

y otro, -depende de cuántos te queden-.


Seguirás leyéndola,

a escondidas,

-hasta de vos mismo-,


con la única intención


de saber 

si para ella sos, al menos,

todavía,


un bello 

-o aceptable-


recuerdo.
















Los pequeños placeres

 Podemos privarnos

 de algunas cosas


que, en definitiva,

 no eran, no son imprescindibles;


podemos


aceptar

que este proceso demore,


tener

paciencia;


sé que no es fácil,

en absoluto;


aun así,

podemos levantarnos

y pensar en positivo,


en que nada

es para siempre,


en que nuestros sueños,

proyectos, ideas


pueden de algún modo,

hacerse realidad:


ahora, en un rato

mañana


o dentro de un tiempo;


pero se darán,


todo se dará a su debido momento,


quizás, cuando menos lo esperemos,

quizás, cuando bajemos las expectativas,


cuando aceptemos

la realidad


y no sigamos peleando 

contra molinos de viento:


cansa, quita energía,

nos vuelve pusilánimes,


¡autodestructivos!


hagamos lo que hace falta,

lo que hoy, ahora, nos sea posible

para que todo, de algún modo,


se reinicie;


para que vuelvan las esperanzas,

cierta tranquilidad,

¡las sonrisas, las ganas!


los pequeños placeres

que no tienen que ver con el dinero.


No malgastemos

nuestros días,


¡no, ya no más!


en temores

inútiles y casi siempre, infundados;


permitámonos


imaginarnos 

en el lugar que preferimos,

con la persona que deseamos estar,


haciendo lo que nos gusta,

-eso ya deberíamos estar intentándolo,

como sea y donde sea-.


Amemos más,

recemos más,


creamos

en esas plegarias.


Confiemos


básicamente,

en nuestro potencial,


en nuestro esfuerzo,

en nuestro empeño.


Es el punto de inicio.


Lo demás,


llegará,

les aseguro que llegará.

jueves, julio 13, 2023

Tarareando una canción

Aturden las voces,


se siente un nudo en el estómago,


¡ese agónico sonido!

imposible ignorarlo;


sin embargo,

ellos pasan,


dicen, hacen

lo conveniente;


prometen,

afirman,

¿convencen?


entretanto,


se huele 

el padecimiento.


Se huelen el descontento,

el miedo, la aniquiladora incertidumbre.


¿hasta cuándo?


nadie lo sabe,

solo lo desean,


o ni siquiera.


Llegará el momento.


¿Llegará?


Optemos por ilusionarnos,

por visualizar nuestras risas


sin esfuerzo, espontáneas,


¡el retorno de la paz!


¡Poder ir a cualquier parte,

a cualquier hora,


deteniéndonos

en donde sea,


con quien sea,

el tiempo que sea!


¿llegará ese día

en que perderemos el miedo,


en que nos perderemos por las calles

sumidos en nuestros pensamientos,

tarareando una canción,


sin tener que estar obligados

a preservarnos del entorno?


¡tiempos gloriosos, en que volveríamos a expresarnos

libremente,


a gritar 

nuestros objetivos, nuestros logros,


nuestros sentimientos,


sin temor

a que nos lo obstaculicen!


-a vivir,

en fin...-


entretanto,


todo va colapsando

todos lo soportamos,


llorando, maldiciendo,

compartiéndolo o no,


lo soportamos.


Las miradas

cambiaron,


son miradas vacías.


los sueños,

pesadillas.


¡Y nadie halla la salida!


la flor 

se deshace en el pantano;


cuesta

plantar una nueva:


¡la flor azul!


aunque hay un pequeño anhelo,

una pequeña esperanza,


cada vez más pequeña


que es imperioso sostener,


para no darse cuenta

y a la vez, darse cuenta


de que nada volverá a ser

como era.


¿Cómo era?


solo quedan flashes

color sepia


de una existencia anterior


de ínfimas, deliciosas

cotideaneidades;


del regreso de ese descanso reparador,

de esos gestos de empatía,

de afecto, 


¡de esos amores!


¡Tantas experiencias oníricas

inolvidables!


apenas, flashes


-depende de nosotros-.


No digo volver,

no digo recuperar las fotografías naftalínicas.


Digo retornar

a ese rincón especial


el que nos hizo, nos hace

ser quienes somos,

hacer lo que más nos gusta,


gozar


pese a las dificultades,

a las carencias, al desasosiego.


Si acudimos a ese sitio 

siquiera, por un instante


podríamos revivir

siquiera, por ese instante


lo que en verdad importa

lo que siempre, en verdad, importó;


pues ese punto disparador

de las más intensas emociones


sabe de caricias en el pelo,

de palmadas en la espalda,

de edredones mullidos,


de palabras 

que se adecuen


a nuestras actuales

circunstancias;


entonces

nuestra imaginación

volvería a proyectar en su pantalla gigante


ese film,

absolutamente restaurado


que nos detendría,


nos devolvería

a nuestro sitial:


la película del existir,


¡la película

más premiada!







martes, julio 11, 2023

Proyecciones absurdas

 Lejos

 todas esas idealizaciones,


esas proyecciones, absurdas,

en el otro, en otros;


lejos


ese identificarse,

ese creer en demasía,

ese derroche de nuestros días


¡en quien sea!


en quien creímos o creemos

que era de tal o de tal otra manera.


¡Solo se trataba, se trata

de una construcción de nuestro imaginario!


esa persona especial

era, es especial porque así nos lo parecía,

¡nos lo parece!


¡nos jugábamos por entero!


¡cuántos momentos valiosos desperdiciados en falacias,

ideas sin asidero armadas en nuestra loca cabeza


enceguecida

por una ilusión más!,


-en definitiva,

de eso se trataba-.


E insistíamos,

insistimos.


Luego, claro,

llega la terrorífica decepción.


Si nos hubiéramos ocupado,

si nos ocupamos


más, un poco más

de nosotros


hoy nos conoceríamos,

casi por completo;


sabríamos, sabremos exactamente

lo que deseamos,


de quienes desconfiar,

en quienes creer


sin depositarlo todo,

ahorrando, siempre, un poco de energía,


por si acaso. 


¡Cuidarnos!


Todos somos vulnerables,

todos cambiamos con los años, las vivencias,

en fin, la vida.


¿Por qué creer en que un alguien no cambió,

que es el mismo que compartió con nosotros

instancias, situaciones, épocas, ¡culturas!

tan diferentes?


Es el momento

de re-crearnos.


No es posible

siquiera entablar una amistad,


si no nos empeñamos

principalmente, en nuestros intereses,


si no nos enfocamos

en comprender por qué nos pasa esto o aquello,


por qué reaccionamos mal ante determinada cuestión,

por qué no reaccionamos cuando quizás, debimos hacerlo.


¡Uhhhh, tenemos tanto

por descubrir acerca de nosotros mismos!


sin embargo, nos sigue atrapando esa obsesión

por el afuera: lo que se hace, lo que se dice,


lo que poseen,

lo que no poseen


incluso, personas

de quienes nada, en absoluto,

sabemos.


Insisto:


hay una persona principal

de quien considero deberíamos ocuparnos.


Saben a lo que me refiero.

lunes, julio 10, 2023

Un lugar al que todos anhelen regresar

 Un nuevo día.


Se dejan atrás

las tinieblas,

las luminarias


de los sueños;


la realidad

apunta


y acierta.


Hay que sacar fuerzas,

no pensar tanto -y pensar, al mismo tiempo-


para enfrentar

lo que nos toque.


El beso, el encuentro onírico

se esfumaron;


si hubo risas,

mucho mejor;


ahora toca 

pelear este


como todos los días;


por nosotros,

por los que nos quieren,


por todas las personas.


Se levanta la persiana:

el paisaje es el mismo.


Hay problemas, hay preocupaciones


pero ningún misil,

ningún bombardeo 

amenaza, sacude


nuestras casas,

nuestras calles, 


nuestro ritmo

no del todo normal


pero con cierta normalidad;


recordemos

a quienes no gozan

de ello


algunos,

hace años


los habrá quienes vivirán con miedo,

los habrá resignados, tristemente habituados;


los habrá valientes: no interrumpen sus faenas

a pesar del horror, de la sangre,

de las pérdidas materiales y humanas;


pongámonos, entonces, nuestro traje de amianto

y enfrentemos los desafíos;


nada nos llegará

que no podamos enfrentar;


nada.


Ni un recuerdo,

ni un hecho presente,


ni futuro.


Basta con confiar,

dejar las rivalidades,


en la medida

en que se pueda;


que nos unan no solo los males,

sino también los bienes.


Sonreír más,

quejarnos menos;


comprender, 

tener empatía


con los que más padecen

todo tipo de necesidades, carencias,


víctimas de violencia de toda índole;


querernos

mucho más


para poder querer

a los demás;


no es tan complicado

y sí lo es.


Fuimos fuertes

en momentos mucho más difíciles.


Lo seremos ahora.


Por nosotros,

por nuestros ancestros

que la lucharon siempre,


por los que nos siguen

y seguirán.


Salió el sol, ¡de nuevo!

las plantas reciben su calor,


las abejas acuden

listas para su labor,

a las perfumadas, coloridas flores;


el cielo

es la pantalla gigante


que lo envuelve todo:


el fondo ideal

para el vuelo sublime,

coreografiado


de las tantas aves;


apenas, se oyen

las voces pequeñas

de los pequeños estudiantes;


tenemos paz.


Tenemos libertad

y si nos la obstaculizan,


medios

para defenderla.


Todo está y estará

en orden.


La voluntad,

la integración,


las ganas,

el esfuerzo,


la honestidad,

los buenos sentimientos

y pensamientos,


las decisiones correctas,


harán 

de nuestro lugar


un lugar mucho más vivible,


un lugar al que todos

los de todas partes


anhelen regresar,

-los que se fueron-


los turistas, a tentarse,

a planear una visita,


ansiosos por conocer

nuestras tantísimas

bellezas, atracciones;


aquí estamos,

nosotros no nos fuimos.


Y somos lo que tenemos que ser

y hacemos lo que tenemos que hacer


cada uno

desde su ámbito.


A través de su empeño,

cualquiera sea su labor,


sus proyectos,

ofreciendo y ofreciéndose lo mejor de sí:


su amor.


sábado, julio 08, 2023

¡Si pudieran ver!

 ¡Si vieran

 qué bello se ve ese pino!


 la llovizna

 se desliza, suavemente,


 sobre su ramaje

 aun completo,


a pesar del invierno;


¿nos obsequiará

piñas este año?


¡si vieran!


cómo lucen


esas flores

pendiendo de ramas


algunas, desnudas,

otras, repletas, todavía, de hojas verdes.


(Hojas, ramas, flores

de las cuales se ignora su proveniencia)


¡Si vieran,

si pudieran ver!


ese cielo

en parte, gris, gris más oscuro,

con algunos reflejos luminosos


¿se asomará el sol?


¡ya se asomó!


si vieran


tantos

que viven cerca de ríos,

de lagos, de mares,

de montañas, llanuras,


en campos extensísimos,

en que por las noches las estrellas

parecen estar al alcance de las manos;


si vieran


los que la nieve

roza sus ropas, sus casas,

los caminos;


si vieran


cuanto muchos

no hemos visto


pero la imaginación

nos transporta,


nos sumerge

en la magia,


cada uno

desde donde se encuentra,


del lugar en que habita.


No hace falta

que lo exhiban en fotografías,

en videos;


los que no conocemos

ciertos lugares bellísimos,


poseemos imaginación


así crean

que no sirve, que no alcanza;


Parafraseando al gran

Jorge Luis Borges, decía algo así

como que desde el sótano de un suburbio porteño


podían crearse, escribirse, 


miles de historias.


Desde la oscuridad

puede verse la luz,


pues la luz

no es solo posesión del afuera,


cuando la llevamos dentro de nosotros.



"La ciudad, a las siete de la mañana, no había perdido ese aire de casa vieja que le infunde la noche; las calles eran como largos zaguanes, las plazas como patios(...). En la luz amarilla del nuevo día, todas las cosas regresaban a él(...)" Ficciones, Jorge Luis Borges, Kalifón S.A., Buenos Aires, edición de febrero de 2011.

viernes, julio 07, 2023

Muros ostentosos

 Ellos no muestran

 sus bienes

 -o sus males-;


altos paredones

develan (es lo que buscan)

lo que hay o podría haber


detrás;


si no,

¿por qué 

esos muros?


¿por qué esas alarmas,

esas cámaras?


¡con lo lindo, lo perfumado

que era aquel pequeño jardín

con rosas rojas y jazmines


de mi abuela!;


daba a la calle,

expuesto a la vista de cualquiera:

-a veces, alguno le robaba una rosa-;


pero no había muros

escondedores;


no había nada que tapar, ni fingir,


eran lo que eran,

éramos lo que éramos;


por suerte,

tuve ese ejemplo


y el de mi papá;


un auto sencillo,

comprado con gran esfuerzo;


nada que esconder,

nada que negar,

nada que temer.


Un laburante

se decía entonces.


Y él lo decía de sí mismo,

con orgullo,

pues básicamente, aspiraba a sostener a su familia,


a que no nos faltara

nada de lo necesario;


¡qué importante

esa imagen, ese comportamiento

imborrables,


en la mente, en el alma!


¿cómo son,

cómo serán los descendientes

de los amurallados?


¿vivirán con miedo

a que les quiten sus juguetes?


¿retacearán sus lápices, 

sus libros, lo que fuera?


¿serán egoístas, ocultadores,

negadores, jactanciosos


como sus ancestros?


es probable

que así sea,


es probable.


Tal vez, nunca sabrán

de esfuerzos, de obtener las cosas

mediante sacrificios;


¡qué lástima!


porque si se da así, nada tendrá valor

para ellos


o al menos, no el valor

que tuvo para mi hermano y para mí

lo que fuera que nos compráramos,

nos dieran, obtuviéramos con nuestro trabajo,


y lo sigue teniendo.


Ni uno ni el otro

se ocultó;


ni uno ni el otro

ostentó nada, en absoluto,


pues todo nos costó, siempre,


-algo que hoy parece obsoleto,

estúpido, también-;


me encanta salir a la calle,

respirar, mirarlo todo,


sin temores, más allá de la inseguridad,

más allá de tener en cuenta ciertos cuidados.


Y detenerme a fotografíar

árboles, a mi enredadera querida,

determinados sitios;


Nunca con una armadura hermética,

nunca con una actitud 

aprensiva;


jamás la más mínima creencia

de ser más de quien sea,


pues nadie lo es,

de ningún modo.


Todos tenemos miedos,

todos sufrimos enfermedades,

amores complicados, distancias,


pérdidas.


¡Eso y tantas cuestiones

nos igualan!


Nadie, ninguno como la muerte

lo sabe.


Y no discrimina.





miércoles, julio 05, 2023

Días que fingen primavera

 Tímido,

 este invierno.


Se cuela

sutilmente


entre los días

que fingen primavera;


¡ese sol!

nos devuelve la sonrisa,

el ímpetu, la energía;


tímido,

este invierno


cada tanto,

se hace presente


por dos o más días:


para los poetas

siempre son interesantes

los días fríos,


aun grises:


siempre habrá una servilleta,

un anotador, una lapicera


y uno, dos cafés humeantes

entibiando el estómago,


impulsando

a las ideas, 

al empeño,


a la exposición,

más, menos ficcional


de tantos renglones,

tantos escritos;


algunos

por venir


en este invierno,

en las próximas estaciones,


cuando sea.


El arte

no exige lugares ni temperaturas

ni horarios.


De pronto, surge


y es preciso ponerse

a trabajar;


¡no se padezcan los días gélidos

cuando existen tantos calurosos!;


debe existir esa dualidad,

si no, ¿cuál sería la gracia?


un abrigo, ninguno,

muchos abrigos


da igual;


las letras

no interrumpen su danza


en los recovecos de las mentes abiertas

a la experimentación,


a la observación,

a la transmisión


de todas esas emociones,

de todos esos pensamientos,

añoranzas, deseos;


¡fabulaciones!


por eso,


el pájaro de colores,

el que se posaba, cada tanto,

en el balcón


debe estar emitiendo

su trinar tan especial


en sitios más cálidos.


¿Volverá?


(el invierno

permite, por un rato,


días sin frazadas).


De todos modos,


su presencia,

su cántico


están instalados

en mi alma;


sin dudas, será siendo parte de mis sueños,

de mis recuerdos más vívidos,


en mis escritos,


en mis entre-líneas.

domingo, julio 02, 2023

La mirada fija en otra parte

 En ocasiones

 vuelve


 esa presencia

 que di por olvidada,


 sepultada

 entre los escombros de la memoria;


 mas, de pronto, regresa


 esa sensación o idea

 ¿inocente?, ¿estúpida?, quizás,


 sobre una supuesta seguridad

 que creía tener,


cuando una parte mía

-a la que ignoraba por completo-,


me susurraba al oído

todo lo contrario;


él siempre se estaba yendo


así estuviéramos juntos,

sentados, acostados,

caminando, en el cine,


en cualquier situación, lugar,

en donde sea;


hay una foto

en un sitio hermoso

con vista al río:


se lo ve apoyado

sobre una baranda


con la mirada fija

en otra parte, en ninguna.


Ni siquiera

se dio vuelta


mientras lo fotografiaba.


O ni lo advirtió,

no lo recuerdo.


El estuvo conmigo

un par de años

más o menos;


en verdad, yo estuve con él

y él...¿también?;


pero estas cosas

se advierten con el tiempo,


luego de otras vivencias,

luego de muchas experiencias

tristes, nefastas;


no sé por qué

ante un relato de un hecho ocurrido

en la familia


volvieron a mí

estas cuestiones.


No sé, siquiera,

si conservo esa antigua imagen en cartón,


pero sí

al parecer, dentro de mi cabeza;


¿en mi corazón?


tampoco lo sé.


No hubo despedidas

salvo un último encuentro


luego de algunas "desapariciones"

y "apariciones" posteriores


del tipo en cuestión.


Mentiras y más mentiras


y yo volvía a confiar

¡¡yo volvía a confiar!!


hasta ese último encuentro

que mencioné antes:


Yo iba en el micro

y lo vi parado en la esquina 

en que había, entonces, un café


al que él acudía seguido;


bajé rápidamente

y grité su nombre.


Me vio

y cruzó enseguida.


Nos sentamos

en un acuerdo tipo tácito


en otro café,

enfrente.


No recuerdo bien 

de qué hablamos,


le conté que estaba en pareja,

él me contó algo similar.


No hubo reclamos,

ni pase de facturas,


ignoro

por qué.


me limité a disfrutar,

de algún modo,

de la conversación,


de las miradas,

de lo que fuera.


Nos despedimos.


Me dijo algo así como que había sido un placer o un honor

verme;

(él hablaba de ese modo...)


le dije

algo así como igualmente 


o probablemente, ni eso.


Me dio un beso en la mejilla,

me levanté 


y me fui,

sin mirar atrás.


No lo vi

irse. 


Nunca más

supe nada, en absoluto,


de él, de su vida,

nada de nada.


Cada tanto, como ahora

mis pensamientos

me regresan a ese momento


y creo revivir aquella 

o una similar sensación o idea:


¿inocente, estúpida, 


nostálgica?






Cristina Del Gaudio

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