Me pregunto
muchas veces,
sobre todo, últimamente:
¿abrirse a los demás,
demostrar los sentimientos,
decir lo que se piensa,
ser uno así, como es,
sin caretas,
sin tapujos, sin palabrerío engañoso,
se ve
como a una amenaza,
se teme
como a un virus mortal,
ocasiona
un alejamiento paulatino
y luego definitivo
de algunas personas
causado por una irremontable
desconfianza?
hace tiempo
sospecho, observo esto,
no soy tan ingenua,
aunque me resisto a descreer de todo,
de todos,
¡no quiero vivir
una existencia
contaminada de recelo,
en un estado de alerta constante
y para ello, evitar casi o totalmente
el contacto con los otros!
no quiero renunciar
a ciertas cuestiones
que me dan fuerzas, ¡ideas!
que renuevan mi condición humana;
¡ese abrazo reconfortante,
esa charla directa, esas risas, cara a cara!
así, todo esté mal,
todo sea peligroso
o lo creamos de ese modo
o ciertas personas elijan creerlo así
para justificar su vida encapsulada
por mil razones,
o por miedo,
simplemente o nada menos;
no puedo escribir esto
y no pensar que hay personas que lo leerán,
de un modo o de otro,
que pensarán sobre alguna que otra cuestión,
que no dejarán de pensar como lo hacen,
no sé, ignoro la llegada de estas o de otras palabras
pero me importa.
En verdad, no puedo aislarme,
no sé cómo hacerlo, cómo sobrevivirlo,
salvo que no quedara alternativa;
"no digo esto por si...
no voy acá por si...
no entro en esta red por si...
no comento por si..."
Terrorífico.
No es la vida
que elegí,
nunca pude
con mi sentir y mi decir,
ni manejar mi supuesta intensidad,
-que alguien me adjudicó-;
soy esto que digo
o pretendo serlo
o quisiera
que todos, alguno,
comprendieran
que no es sano
no es reparador, en absoluto,
no hace bien
ni siquiera sirve para sentirse más seguro,
a salvo,
la opción del auto-encierro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario