viernes, febrero 21, 2020

Oda al blanco

infinito
espacio en blanco

¡qué bueno
que existas!

¿qué haría,
qué sería yo

sin ese constante desafío:

tu nada que invita, que incita
al intento de proponer mi todo
o mi casi?

¿cuál sería el encanto
si siempre estuvieras
saturado de palabras, frases,
dichos, lo que fuera?

la sensualidad desafiante
de ese vacío

motiva
el despertar de las más locas,
inimaginables, fantasías,

de las más desgarradoras
proyecciones de ciertas realidades;

tu blanco
se traduce en mis colores,
en los de tantos;

jamás te temí,

siempre te busqué,
aquí, allá, en todos los tiempos,

en mi entendimiento;

fuiste la luz
que marcó el arduo,
excitante camino

en pos de la creación,
de la búsqueda del vocablo preciso,

del honor que significa
este decir

que surge de mi interior
o no sé de dónde

y no está destinado
a mí,

solo soy una intermediaria.

Serán los que lean,
los que reescriban
esto o aquello
que alguien, algo, dicta

desde lugares
inaccesibles

que quizás,
ni siquiera existan;

por todo eso y más

esta oda al blanco,
a la nada, al vacío;

me inclino

hacia su generosa,
desinteresada

incertidumbre.

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Cristina Del Gaudio

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