Me parto de dolor
informándome
por un medio u otro,
¡de tantas aberraciones!
mujeres abusadas, violadas,
¡asesinadas, mutiladas, sus restos
arrojados en basurales!
también, varones,
tantos atacados por un celular, el auto,
lo que fuera
y asesinados
brutalmente, sin piedad
¿pedirles piedad
a estas bestias?
nuestro mundo
o el que nos ilusionó
cuando pequeños
está cayendo
por un precipicio interminable.
Pues, este derrumbe
no parece estar por detenerse.
En cada tramo,
injusticias de todo tipo,
pérdidas de todo tipo,
desaliento,
desamor,
mentiras,
decepción,
desesperación...
todo conduce
al terrible declive;
¿no saber,
no mirar TV ni entrar en las redes,
ignorarlo todo
sería la "solución"?
eso sería como la egoísta,
horrible frase tipo:
"total, a mí no me pasó";
personalmente, no puedo ser inmune
al sufrimiento ajeno,
no importa si yo no lo viví,
o viví
algunos hechos
mucho menos graves,
solo porque tuve suerte;
nadie está libre de nada,
como se dice;
siendo muy joven,
concurría, como tantos, a boliches;
siempre había algún desubicado
pero nada preocupante
o no me enteré;
hoy la droga hace estragos,
mejor dicho, los que la venden,
los que la consumen e "invitan";
(algunos, en verdad,
la pasan muy mal,
quieren dejar de consumir, una, otra vez
y no pueden);
¿pero qué decir
de los que la proveen,
aun a chicos en edad escolar?
el hambre,
la falta de educación,
en gran parte, tienen que ver con estas adicciones;
un mundo
en el que no me tocó vivir
en mi juventud;
aunque no era el ideal,
nunca lo fue,
el ser humano
no se había deshumanizado
de este modo.
Claro que había diferencias
de opinión, de ideologías,
pero no este odio,
no esta discriminación
al que se considera diferente
porque se viste
de tal o tal modo,
por su color,
por su origen,
por su aspecto,
por sus pensamientos,
¡por lo que tiene,
por su modo de vida,
su nivel económico,
sus zapatillas
de una marca barata,
por no ser "cool"!
¿qué es esto?
asistí a un colegio privado,
a mi padre le costaba muchísimo
pagar la cuota y los demás gastos.
A ese colegio, como a otros,
iban chicas vestidas con lo mejor;
las zapatillas de las tres tiras,
-para mí, un lujo-,
eran comunes, así como tantas cosas
con las que yo ni siquiera soñaba.
Nunca me sentí
inferior, ni fui discriminada,
a pesar de no tener las de las tres tiras,
a pesar de vestir prendas
confeccionadas por mi madre,
o compradas
en tiendas, entonces, menos "importantes";
en fin, a pesar de no poder acceder
a lo que la mayoría, en ese entorno, accedía.
De todos modos, mis compañeras
siempre me invitaron a sus casas,
algunas, mansiones,
¡les aseguro que nunca me sentí fuera de nada,
nunca me sentí triste ni menos que nadie!
mi papá
iba a buscarme, muchas veces,
vistiendo el uniforme
de la empresa para la que trabajaba.
No me sentí ¡jamás!
avergonzada,
al contrario, me hacía feliz
que estuviera.
Luego nuestra situación
mejoró, aunque nunca fuimos ricos;
mi hermano y yo
trabajábamos
y pudimos acceder
a ciertos objetos
que antes nos resultaban impensables;
y estaba bien,
no nos hacía mejores ni peores
tener ese u otro atuendo;
tampoco en los respectivos empleos,
había esas cuestiones,
esas competencias, esas diferencias de clases.
Pienso que el hecho de que esa situación
se haya revertido
tiene mucho, muchísimo que ver
con la bronca, el odio,
la envidia,
el desprecio
-y sus temibles
consecuencias-
que hoy, tristemente,
vemos y tantos lo viven a diario.
Mi yo, quien soy,
lo que hago o no,
me definen.
No un par de zapas
de onda,
no un auto importado,
ni unas vacaciones en Miami.
No conozco
ningún lugar
fuera de mi país,
¿es tan relevante?
¿es un estigma
que debería marcarme
como alguien que "no pertenece"?
pertenezco
a mi propio mundo interno,
soy lo que leen,
hablo con quien sea
del tema que sea,
no me importa qué tiene,
qué hace, qué no hace,
cómo es, cómo viste.
Importa su calidad de gente.
Importa su humanidad, su empatía,
su amor.
Eso.
El amor.
Para algunos, devaluado.
Para mí,
el pilar fundamental
de una persona, una familia,
un pueblo, una ciudad,
¡un país!
Imposible
crecer de otro modo.
Imposible
vivir felices
así, tan desunidos,
tan equivocados
con respecto a lo que en verdad importa,
insensibilizados,
áridos,
como rocas
azotadas
por el viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario