lunes, enero 16, 2023

La vida no resultó perfecta

 En fin,


 la vida

 no resultó,

 no resulta perfecta;


solo se trata de fragmentos,

de fotografías más, menos actuales,


que reproducen

instantes,


reviven

ilusiones,


nos devuelven

sonrisas


o lágrimas;


no es permanente,

de ningún modo;


es ese llamado,

esa palabra estimulante,


esa risa espontánea,

esa sonrisa que evoca ese momento especial;


una vez escribí

"la vida es un gran helado

del sabor que más nos plazca"(*).


Y así es.


En ocasiones, damos con el sabor de helado

más o uno de los más exquisitos;


en otras,

no es el sabor que esperábamos,


no es como lo imaginábamos

o lo deseábamos;


sucede con todo,

con todos, en todos los aspectos:


no era el amigo que creí que era,

no era, no es el amor con el que soñé;


no es el lugar, no es "mi" lugar

o el que pensé que lo era;


no es la magia

que construía de la nada,


¡yo sabía, yo podía hacerlo!


¡y podía sostenerla

días, años!


en las peores circunstancias

de la índole que fueran;


no, no es esta

la vida que en otros tiempos

y no hace tanto


quise, pretendí,

planeé 


tener.


Pero es lo que es.


Hago lo imposible

por resucitar aquella pasión,


aquellas estrellas brillantes

que buscaba:


los ojos, ávidos,

puestos

en el cielo;


me bastaba

para tener ese increíble descanso;


ya no es ni será

del mismo modo.


No ese tipo de sensación,

no esas fantasías, no esas estrellas


así,


aún pueda verlas brillar

desde mi ventana,


la perspectiva cambió;


los años

transformaron aquella visión;


pero es parte

de crecer, ¿no?


el punto

sería resucitar esos flashes,


devolverme

aquel universo

un tanto o muy delirante


por un rato,

sin por ello alejarme de la realidad;


no extraviarme

en la escalinata


rumbo al desván interno,

repleto de efectos alucinantes


que me reconcilien

con esto, con todo;


que insistan,

que me sacudan

el polvo de la tristeza;


que me digan que puedo, ¡puedo!


Es cierto:


el mundo se volvió

un tornado de amenazas;


es duro, 


se pierden personas,

se pierden posibilidades,

cosas;


se pierden concreciones de logros que alguna vez

creímos que alcanzaríamos;


¡se pierden ansias! 


pero todo ello no impide

que algo, un fragmento, un beso,

un abrazo, una esperanza


puedan con ello,


logren

resignificar

nuestra estadía


durante el tiempo que sea;


aquí, 


ahora mismo.


(*) extraído del poema: "Me pregunto: ¿qué es la vida?", del libro "Por calles elegidas", de mi autoría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores