martes, agosto 29, 2023

¿El mundo fue y será una porquería?

 "¿El mundo fue y será

 una porquería?...",


(parafraseando algunas palabras de una estrofa del famoso tango

de Enrique Santos Discépolo).


No lo creo así.


El mundo, si lo concebimos

en su totalidad,


si lo pensamos

como el reinado de la naturaleza

que involucra vegetación, montañas,

lagos, mares, sol, cielos azules, grises,


lluvias,

¡arco iris!


manos entrelazadas,

abrazos, caricias, alegrías compartidas,

amistades verdaderas e inseparables,

¡amores increíbles!


de antes,

de ahora,


no fue, no es, ni será

una porquería.


El tema 

está en algunas personas.


Personas

que en lugar de sumar,

de agregar valor


en el ámbito

en que sea,


limitan, impiden,

obstaculizan,


se insensibilizan,


¡destruyen!


el mundo, la vida,

no se limita a esos depredadores.


También y básicamente

a los que intentamos poner algo de nosotros,

más o menos, todo lo que podemos,


de lo que somos capaces;


se trate de profesionales,

artistas, obreros, artesanos,

científicos, emprendedores, comerciantes,

¡políticos!(los hay)


que contribuyen a que algo,

alguien, algunos mejoren, crezcan,

aprendan, se beneficien de un modo u otro;


es decir,


gente a quien importa no solo de sí misma,

de sus propios intereses,

a costa de lo inimaginable -o imaginable-;


gente que tiene empatía con el otro,

que lo acepta, que lo ayuda,

que lo escucha,


que lo apoya

en sus pensamientos,

en sus acciones,


¡en sus sueños!


gente que cree, confía

en que todo puede ser distinto,


en que depende de cada uno,

en que la buena energía, disposición,

la honradez, la voluntad,


¡el espíritu!


influyen


determinan


instalan


en las mentes, en los corazones,

la factibilidad de un pueblo, una región,

un país


que todos merecemos,

que todos deberíamos merecer,


-haciéndonos parte

de ese mérito-.


Integrar el cambio,

lo distinto,


lo que aporta,

lo que empuja,

lo que incita a mejorar,


a pelear

el día a día,


con todas nuestras fuerzas,


¿utopía?


no lo creo.


Aun confío en las personas,

soy consciente de que no todas

tiran para abajo.


¡hay mucho por hacer,

por probar, por intentar!


en pos de un universo amable,

de una convivencia que implique contención,

comprensión.


En conclusión, me inclino a pensar

en que el mundo

no fue, no es


ni será


una porquería.


(Con perdón

del genial Discépolo)





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Cristina Del Gaudio

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