jueves, agosto 03, 2023

Malgastar vida

 Con el tiempo,

 algunos vamos viéndolo todo


 y a todos:


conocidos, amigos,

compañeros, vecinos,


¡familiares!


desde otro punto de vista.


Nos quitamos el ropaje en blanco o negro

y nos sumergimos en los grises;


alguien

que nos insultó, nos lastimó,


se convierte:


un cambio de perspectiva

puede transformar ese hecho

¡y tantos!


observarlo o imaginarlo

y ver, realmente, al ser humano que es,


con sus debilidades,

sea por miedo, por ignorancia, por orgullo


¡cometió un error!

tal vez. no pudo con tal o cual situación;


¡no era en nuestra contra!

¡no era apuntando 

a nuestra persona!


así, dejamos de colocarnos

de algún modo,


en el rol de víctimas.


Comenzamos a reconocer nuestras propias equivocaciones,

probablemente, nuestra manera de juzgar haya sido inflexible,


sin habernos detenido, en muchas ocasiones,

frente al panorama completo;


claro que nos faltaba experiencia

y eso se adquiere con los años,


con las distintas vivencias;


nadie fue tan malo

como uno lo instaló


¡malgastar vida

con excesivos enojos, sufrimientos!


se trata de empatía.


Eso es ponerse en el lugar de tantos,

-también ellos en el nuestro, desde ya-.


Pero el tema acá

es con uno;


lo que hagan los otros

es su problema,


bastante arrastramos

nuestros pesados prejuicios,


nuestros injustificados desprecios;


maltratamos

a quien o quienes

no lo merecían.


Y aunque

hayamos considerado que lo merecían,


así nuestro padecimiento

hubiera sido terrible,


no sirve,


solo destruye

quitarse energía,


¡quitarse ánimo, sonrisas,

alegría!


llorar

hasta extinguirse.


No sirve.


Asumir nuestras fallas,

sin dejar de ver las de los demás


es crecer.


El otro

es uno.


¡Cuántas veces

condenamos


palabras, acciones

que nosotros mismos 

cometemos!


Y no nos damos cuenta.


Hasta que un día

nos sentamos


a pensar,

a intentar comprender,


aceptar,


nos decidimos a observarnos en el espejo

pero no de reojo.


Nos miramos de frente,

como sea que estemos o nos sintamos;


entonces...


¿no tuve que ver también

en esto?


¿no fui partícipe

de lo que tanto critico?


¿no soy también "malo",

según las circunstancias?


muchas veces,

no se trata de amores, desamores, abandonos;


se trata

de nuestro orgullo herido:


Lanzamos, entonces,

miles de flechas venenosas.


Luego, probablemente,

nos sintamos culpables,


¡pidamos perdón!


pues tal vez sea


demasiado tarde.






 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores