miércoles, diciembre 22, 2021

Volver a apostar

 Salen


 en busca de algo

 que creen necesitar,


 en busca de...


Salen,


algunos, con miedo,


otros,

como si tal.


Salen


por no estar encerrados,

por miedo a que le impidan salir.


Por miedo.


Vuelven.


Algunos, no desearían volver


pero parece que el afuera se tornó peligroso

y el calor es agobiante;


salen y temen salir,

entran y temen entrar.


Así, 

el ser humano,


-lo que queda de ese ser

y de su humanidad-


transita sus días,

sus noches, sus desvelos;


el amor, la pasión,

los sueños que apuntan

a cierta posibilidad


encerrados,

ocultos,


casi ignorados;


siempre odié una palabra:

supervivencia.


Y dije,

aún digo:


prefiero esta otra,

que lo dice todo,

que lo abarca todo,


que reconstruye 

el sentido.


La palabra que prefiero,

así hoy resulte impronunciable,

vana,


es, claro,


vida,


siempre vida.


Lo representa todo,

está con nosotros

y en nosotros,


a pesar de que

nos tiente la idea de bajar los brazos;


está en esas voces, apenas audibles,

quizás, lejanas;


está en este escrito,


en los que intenté y no sucedieron,


en los que deseché;


está

en los que vendrán,


en lo que vendrá.


¡Está en la Navidad!


no falta mucho,

no falta nada.


Tal vez, sería preciso


despejar las pelusas

del espíritu indolente,


reencontrarse

con ancestrales quimeras,


para crear nuevas,


¡y apostar

por ellas!





martes, diciembre 21, 2021

La vida y esa insistencia

 No sabe

 la guirnalda florida


de mi paso,


no huele mi perfume,

no fue ni es testigo

de mis llantos,

de mis risas;


no sabe


sin embargo,

ahí está, enhiesta pero sin orgullo


su oxígeno

invade mis pulmones

y mi alma;


tiene la magia

que alimenta mis palabras


se renueva

mi decir;


da tanto

y nada pide,


no la moviliza mi agradecimiento

ni el ignorarla de muchos.


Cada vez que paso

mis luces se encienden al unísono;


los retos del olvido,

la certeza del instante,


acuden enseguida.


¡La vida y esa insistencia

en mi no renuncia!


así, ella

sublime, violeta


lo ignore.

domingo, diciembre 12, 2021

Tan solo un tal vez

El pasado:


amigos, alegrías

sin motivos,

sin preguntas,

sin temores, 

sin planes.


El pasado:

padres, abuelos;

nosotros: su centro,

sus seres a consentir;


El pasado hoy, ahora:

¿tabla de salvación

o naufragio seguro?


cuando el futuro asusta,

cuando se van diluyendo las certezas,


cuando se desmorona todo aquello,


cuando se nos caen

personas, cosas, lugares, hábitos,


-cuanto considerábamos

eterno-,


tienta el supuesto retorno:

la canción, la voz, el capricho,

el juego, los enamoramientos;


en verdad,


apenas, un reencuentro con cenizas

de aquello que añoramos,


de lo que nuestra imaginación organizó

con ese bagaje;


entretanto,

el presente

se nos esfuma.


Este otro domingo de lluvia tan tedioso

está por acabar;


esperamos, con ansias o no tantas

el lunes


y también pasa, se nos pasa,

rápidamente


como un rayo.


Todo termina

antes de lo esperado


o después.


No hay retorno posible,

-al menos, concreto-;


tampoco hay futuro,

no existe un mañana predecible;


no hay brujos, videntes, magos

que puedan pronosticarlo.


El presente es esto:

una lapicera, un cuaderno,

un papel cualquiera,

una computadora,


¿un poema?

¿una canción?

¿un pensamiento?


¿un lienzo en blanco,

aguardándonos?


¿una receta nueva

a la que nos atrevemos?


¿un café humeante, espumoso,

con un chocolate?


la evocación del pasado

es solo eso, una evocación.


¡el presente es de verdad!


porque lo estamos habitando

justo justo ahora.


Este mismo poema o como quieran llamarlo

pasará, a la brevedad, a un antes 


y habrá un nuevo escrito en un rato,

más tarde, mañana.


Por ahora, es solo un tal vez,


tan solo un tal vez.

martes, noviembre 30, 2021

El mundo se nos ha caído encima

En una parte

del planeta


hay un recuerdo suspendido,

ocultado, negado


aún latente;


en otra parte,

por acá, más allá


hay un atisbo

de un recuerdo similar


pero nunca negado,

quizás, también latente;


cómplice de las noches ventosas,

bajo el cobijo de edredones

tan parecidos a nuestra infancia;


el mundo se nos ha caído encima,

somos los grandes (?),


las decisiones son nuestras,

hay que cuidar a otros,


ya no somos

el capricho permanente,


el centro de atención,

los mimados,


a quienes se ocultaban

tantas cuestiones


que hoy

a la fuerza, comenzamos a entender.


Pero falta.


Nos falta.


La libertad, la paz

todavía no se vislumbran en el horizonte;


hay mucho por pelear,

por defender, por argumentar.


¡tenemos que crecer,

tenemos que sostenernos,

ser fuertes, no darnos por vencidos


o nos extinguirán!


aquellos niños 

sí podían permitirse soñar,


reían a carcajadas

mientras los grandes discutían,

se preocupaban;


siempre faltaba algo,

siempre el dinero que no alcanzaba,


siempre las mismas búsquedas,

las que ahora nosotros enfrentamos;


viajamos a bordo de un barco

ignorantes de su destino,


¿cuál será el nuestro?


no hay escapes,


la pena, el dolor, el peligro

están por todas partes;


y yo, aquí

escribiendo


sin saber muy bien, como verán,

qué decir, en qué pensar


cómo escapar,

a dónde;


pero están ellos,

nos necesitan;


y nos martillamos la cabeza

con pensamientos que copiamos,


los hacemos propios;


Y a la noche,

cuando hay que apagar la luz

-como decía el poeta-

para ver


son solo sombras oscuras,

un futuro que es imposible, siquiera, imaginar,


¡pesadillas, pesadillas interminables!


y un pasado

en el que estamos vos y yo;


vos, negándolo todo,


vos, haciendo de cuenta,


y yo,

sin aquella pasión que me cegaba,


todavía podría imaginar

una vida distinta,


-a modo de supervivencia-


parecida a aquella

pero no igual;


nunca temí

reconocer mis necesidades,

mucho menos, mis sentimientos,


ni mis deseos.


En aquel lugar del planeta, digo,

flamea una imagen que te acosa, te persigue,

que derriba esa postura impuesta.


Tranquilo,


no es la mía.



viernes, noviembre 26, 2021

Alguien que reía por todo, por nada

No sé cómo,

por qué

sucedió.


No sé

si se trató, se trata del miedo,


si ese miedo proviene de antes,

si es un nuevo miedo.


No sé

por qué hoy me miro al espejo

de verdad,


-no solo de pasada

o al peinarme-


veo

lo que veo,


lloro.


No sé

cómo empezó:


de pronto, 

desapareció la magia,


-esa magia

que hallaba en tantas cosas,

sitios-;


no sé si comenzó

cuando te alejaste,


no sé si yo misma

lo provoqué


para no asistir al desmoronamiento;


solo queda este hueco

profundo, solitario.


Ignoro

hacia dónde voy,


si deseo ir a alguna parte,

si deseo quedarme;


vivo o sobrevivo

al margen,

como si fuera invisible,


(espectadora del show de la vida)


mientras todo sigue,

mientras los demás parecen saber

qué quieren, hacia dónde van,

quienes son;


aquel mundo, mi mundo,

ya no existe;


¡y esto recién comienza!


no sé

en que lugar me detuve,


por qué dejé de intentarlo,

por qué perdí el deseo, las ansias,


la fuerza espiritual;


¿soy esto que creo ser?

¿quién  soy? ¿lo que quedó de aquel alguien?


¡alguien que reía 

por todo,

por nada!


temo 

no poder volver:


el tren partió

y ni siquiera,

intenté detenerlo.


Sobre un banco descascarado

de una estación antigua


quizás siga sentado 


este supuesto yo.
















domingo, noviembre 07, 2021

Entre grises

 Era la urgencia.


No eran los árboles,

las flores, las majestuosas casonas;


no eran las calles empedradas,

-mis favoritas-;


¡la urgencia,

solo, nada menos,

la urgencia!


un empeño desesperado

en pos de hallar

alguna parte de mi vida

que había quedado allí


-o así lo quise pensar

o imaginar-;


eran mis huellas

en esa escalera

de una casa señorial

de la que no sé por qué razón

me sentía poseedora;


eran mis expresiones exacerbadas

de felicidad,

de la verdadera


al caminar, correr,

saborear, oler, gozar


de esos sitios

que marcaron una época clave;


me parece oír el chirrido de esa bisagra

entre aquel punto de mi vida

y el hoy;


¡duele!


no tener aquellos años, aquel amor,

aquel recorrido;


el lugar, el paisaje,

las increíbles mansiones

aún existen;


puedo pasar

cuando lo desee.


Pero nunca será igual;


Y esa, nuestra casa

tan lúgubre entonces,

hoy pintada, blanca, 


¡el ímpetu irrefrenable

de correr hacia su puerta,


las ganas de golpear y exigir 

que la abandonen!


Y debí quedarme quieta.


Ellos,

quienes sean sus ocupantes,


no entienden

ni entenderían


cuánto amé, padecí,

temí


entre sus paredes.


No era el mejor departamento,

ni el mejor edificio,


ni se aproximaba

a ello;


pero allí fui libre,


llena de miedos, dudas, 

cambios de idea constantes,


(tentaba el regreso

al hogar cómodo

pero infeliz);


¡debí soportarlo,

debí poner todo de mí!


¡creer en mis fuerzas!


todavía me cuesta

creer en ellas.


¿acaso fue mejor

el regreso?


en absoluto.


Fueron reproches,

fue una horrible sensación de fracaso,

¡un pánico inimaginable!


como un final anticipado

de lo que vendría luego;


porque todo empeoró

o continuó igual:


volví a ser

la niña controlada,


- reconozco

que por momentos,

retomo esa necesidad auto-impuesta

de que otros se ocupen de mi vida-,


¡como si yo no pudiera hacerlo!


en fin,


así fue el paseo.


Volví triste, a punto de llorar.


Pues en aquel lugar opresivo

no se toleran lágrimas,


ni extrañamientos,

ni debilidades, ni dudas;


nunca pude transitar

el blanco o el negro;


siempre fui

todo grises, 

todo incertidumbre,


todo posibilidades e imposibilidades

a la vez;


y aunque lucho

por no decaer,


insisto

en esa búsqueda que nunca parece acabar.


Siento que perdí

más allá de lo que todos saben: padre, abuelos,

años juveniles, 

dinero,


algún amor


al que sigo buscándole

una explicación,

una nueva oportunidad

o su definitivo final.


Nunca hallaré

lo que ignoro haber extraviado.


Debería empezar

por indagar,


sin renunciar,

sin resignar, 

sin dejar de esperar

pese a los obstáculos


pero siempre siendo quien soy,

concederme la libertad de elegir;


ya no existen barreras,

no hay nada que pueda o pretenda detenerme.


¡Maldita calle,

maldito lugar,

oscuro y triste!


aquel que ni vos ni yo

pudimos


iluminar;


mas hubo, hay

quienes, al parecer,


lo consiguieron,

lo consiguen.












domingo, octubre 24, 2021

Nada para dentro de un rato

No entendiste

que la vida es incierta,


que ni siquiera

podemos asegurar

si mañana despertaremos,


si  saldrá el sol,

si lloverá,

si hará frío o calor;


quiero suponer

que no lo entendiste.


Me alejé

para que lo hicieras.


Pero no.


¿tengo que explicarte

que desaparecer, de pronto,

sin aviso,

tiene un significado?


¿recordarte que pasó antes

y te hablé de esto:


del tiempo que corre

y cada vez nos agota más alcanzarlo,


de todo lo que postergamos

sabedores de que un día nos arrepentiremos?


¿cuánto miedo,

cuántas pérdidas,

cuánto padecimiento


son necesarios

para que vos ¡y tantos otros!

comprendan?


yo siempre supe

de esto,


-ignoro el por qué-.


Desde pequeña,

hice, dije, intenté

lo que se me ocurrió,


poniendo todo de mí;


aun así, claro que me fue mal

muchas, muchísimas veces;


de todos modos,

sentía, siento una paz indecible

por haberme arriesgado,

por no haber renunciado.


Cuando amé lo hice saber,

lo demostré,


¡nunca dejé de insistir!


porque puede no haber una segunda vez,

-o puede haber una intención

que resulte tardía-;


¡nada, siquiera, para dentro de un rato!


hoy todo se esfuma

rápidamente;


te lo dije.


Quiero suponer

que no lo entendiste


todavía.

 

Si de canciones se tratara

 Sin saber muy bien por qué

 estoy aquí,


sin poder discernir

si es a vos, a aquel, a ese otro


a quien extraño

-pero no tanto-;


a quien dedicaría una canción

si de canciones se tratara,


o una pintura,

si ese fuera mi arte;


la cuestión es que es domingo

y es muy loco todo lo que pasa

por la cabeza de un poeta


que en lugar de poeta

sueña con ser cantante,

pintor, escultor.


Todo por no ser él,

todo por no ser yo,

siquiera por un rato,

un día, dos, un mes;


es curioso:

los árboles se mecen suavemente,


la primavera

puede ya olerse,

el viento es suave, por momentos,

para transformarse en ráfagas sonoras;


es curioso


estar acá siendo lo que soy

al menos, lo que creí ser siempre


¿y desear ser otra persona,

otro arte, otras metas, otros sueños?


no sé bien quién escribe

estas líneas:


¿la que fui,

la que creo que tengo que ser

o seguir siendo?


¿quién soy

en definitiva?


tal vez, todas:


la del jumper largo

que hacía reír a mi compañera,


la del beso inolvidable

en la esquina arbolada y oscura,


la de los amores furtivos

y los "serios",


la de las lágrimas

cuando vi publicados,

¡por primera  vez!

un par de poemas propios en una antología;


la del reto de la convivencia;


la de mi primer libro, pequeño,

con esos textos que hoy me cuesta reconocer;


la que años después organizó, compiló,

corrigió

otro puñado de poemas, historias


en un segundo libro

más lindo, más grande,

más vendible;


la que ahora mismo

con miedo y no demasiadas ganas,

acaricia estas teclas 


en definitiva, 

para insistir en el conflicto existencial,


el de siempre,

el que repta en mi interior

desde mis primeros años:


¿quién soy?


¿si no fuera esta que soy o lo supongo,

quién sería, qué haría, a qué me dedicaría?


me harté

de los rótulos,


mucho más, de las explicaciones,

de las respuestas innecesarias.


Soy.


Es todo.


Buen domingo.



domingo, septiembre 26, 2021

¡Ese sentirse nada!

 Hay palabras

urgentes, no tanto,


no necesito preguntarme

el por qué;


ni cuestionarme

su arribo,


su objeto,

su modo, su momento;


hay palabras.


Sé que siempre estarán,

aun cuando me resista a ellas,


aun cuando no tenga las ganas,

aun cuando no acepte sus insistentes propuestas;


hubo, hay y habrá

-no dudo ya de mis inclinaciones-;


el verbo se desliza entre mis dedos

y siempre algo surge,


inesperado


o planeado de antemano

y luego transformado;


el nada sencillo

ni confortable oficio de escribir;


pasan los días

y ese temor, ese vacío,


¡ese sentirse

nada!


mas de pronto, 

regresa la música celestial,

-o no tanto-


revoloteando

por estos sitios,


por los que sea,


mientras mi cabeza,

mi espíritu lo permitan,

lo deseen;


habrá palabras

cuando pierda a quienes amo,


las hubo

cuando he perdido a tantos,


cuando yo misma

me he perdido;


habrá cuando brote una idea,

un sentimiento;


habrá

cuando desaparezca,


cuando me atraviese 

la daga de su ausencia;


habrá palabras de rabia,

de festejos, de sueños cumplidos


e incumplidos;


de sueños inimaginables

por soñar;


habrá si alguien las pide

siempre que ellas y mi ser 

estén listos;


me sentiré muy sola,

muy muy sola


cuando ya no vengan a mí


mis entrañables, catárticas,

acariciantes, abrazadoras,


¡motivadoras!


palabras.

Hablo de pasión

¿ Por qué se ha ido?


mi corazón late,

late con fuerza inusitada;


¿por qué?-se pregunta-

¿por quién?-sigue preguntándose-;


¿por mí?

-casi lo afirma-;


¿por él?

-casi no le caben dudas-;


¡hablo de pasión!


la hubo

durante mucho tiempo

en esta mirada;


¿por qué me siento sola

aun en medio de la gente?


¿ellos me ven,

ellos se darán cuenta?


¿yo me doy cuenta?


¿por qué ya no es tan azul

este cielo tan azul?


¿por qué el verde de ese árbol,

de aquel otro,

sus flores, el perfume


no hacen vibrar mi sangre,

no me detienen,


no bloquean

mis pensamientos nefastos?


¿esto es, acaso, una enfermedad?


¿tiene cura?


una sola palabra

alcanzaría;


una insignificante

y tan significante señal


de que estás


lejos

pero tan cerca.


Pasan los días,

los meses, los años,


la vida;


ignoro si alguna vez accederé

al milagro

de la voz soñada,


a la respuesta a tantas preguntas,


si dejaré de imprimir en el espejo

la expresión vacía

de un yo que ya no es,


que al parecer,

tampoco entiende.

lunes, septiembre 20, 2021

El espíritu sonríe (con sus laceraciones a cuestas)

Desfilan, desfilan,

primero, lentamente,


el paso calmo,

calculado;


luego, la pisada firme,

la que hace temblar el suelo,


en casa,

dentro mío;


¿el miedo

otra vez?


cada día debo recordarme

quién soy, para qué, por qué,

si vale la pena


si este, otro recuerdo

me sumaron, me restaron;


lo que es evidente

es que me veo pálida.


Aun sabiendo

que no volveré a ser la misma


insisto,

insisto,


¡insisto!


por esa cuestión 

de no darme por vencida,


nunca fui

de los que claudican;


siempre de frente,

las palabras directas,

las actitudes claras, contundentes


que no dejaban, no dejan

dudas;


me fue mal,

me fue más o menos


y me fue bien;


no cabe en mí

el abandono de un propósito,

el que fuera,


desde el más simple

hasta el imposibilísimo


en mi caso,

se vuelven desafíos,


¡todos lo son!


así, al ir a su encuentro,

me abofeteen, me den la espalda,

me nieguen, intenten destruirme;


al regresar,

con sus laceraciones a cuestas


el espíritu sonríe,


convencido

de que pese a los obstáculos,

hice todo y más,


nunca retrocedí

ni di por perdidos


absolutamente a nada,


absolutamente a nadie.

martes, septiembre 14, 2021

Estallido de insistencia

 Como una antítesis

 de mi lobreguez matutina


ahí está:


el cerezo

florecido;


el sol

lo encandila,

lo ennoblece;


la naturaleza,

pese a todas las afrentas


renueva su reinado infinito;


sin preguntas,

sin dudas,


sin días más o menos buenos,


está


y es para todos;


los que saben verla,

gozar de ella

en sus distintos procesos;


también, de quienes la ignoran,

quizás, aplastados por sus propias disputas;


mis problemas, mis miedos,

mis incertidumbres


se aquietaron.


Es su tiempo

-o el mío, en verdad-.


Solo me detengo

a contemplar, a fotografiar


literalmente y en mi cabeza


tremendo estallido

de reinicio, 


de no renuncia,

de insistencia.


De ningún modo,


una débil e insegura

subsistencia.


martes, septiembre 07, 2021

Tu nada y mi todo

Me fui

en puntas de pie


para que no lo advirtieras,

-aunque ya no me importara-;


no hubo reclamo

alguno;


ni mensajes,

ni llamadas,


ninguna cuestión.


Como si hubieras sabido

ese mismo día o quizás, desde antes,


que me cansaría

de tanta nada

de tu parte


y tanto todo

de la mía;


¿no quisiste, no pudiste,

no intentaste

cambiar, hablarlo, ver qué podía "arreglarse"?


no.


Te quedaste

inmóvil


en el sillón confortable

de tu nada;


yo me llevé


la incertidumbre,

los desafíos,

las ansias


de mi todo.

Ni la lluvia se detuvo

Las historias de siempre

continuaron;


los problemas 

no disminuyeron,

-muy por el contrario...-;


los miles de temores

prosiguieron:


me acostaban por las noches,

me despertaban por las mañanas,


me destapaban

hasta dejarme desnuda, fría,


¡sola!


tan sola

que nadie, ni yo

podía comprenderlo;


pero algo hizo que resurgiera,


al parecer, no era mi momento,

no era mi final.


Lo sabía,

ignoro el por qué;


así, tu desamor se sostuviera;


así, mis insistentes mensajes

intentaran embestir, en vano,

tu impenetrable silencio;


la lluvia no se detuvo, no;


tampoco, en esa ocasión

en que los rayos me paralizaban.


Todo siguió igual

o empeoró


o sigue empeorando;


ya no hay lluvia

en mis pupilas:


el viento helado

se ocupó de secarlas


y la ínfima convicción

de que aún,

-pese a todo-


estoy aquí,


¡estoy viva!

jueves, agosto 26, 2021

Sepulcro

 El ayer

 busca convencerme


y no.


No sos el ayer,


¡no debería dejarme

llevar

de nuevo!


No sos

aquellos gestos,

miradas, insinuaciones,

palabras,


pasión.


Tampoco yo

soy  aquellos gestos, miradas,

insinuaciones, palabras,


pasión.


No sirve de nada

inclinarme a recoger los restos

del deteriorado barco


hundido

hace tantos años.


Apenas, vestigios

de la nave, al parecer,

imponente


pero en otro tiempo;


por más que bucee y bucee

no hallaré, no hallarás


más que deshechos, huesos, polvo,

podredumbre;


el destino podrá

mostrarme un rostro

o su fotografía;


podrá sugerirme

ponerle ganas,

-aun con tan escaso optimismo-.


No alcanza.


Sueños, solo sueños

se diluyeron, se rompieron en pedazos;


yacen en el fondo

de un mar vuelto sepulcro


de meras esquirlas,

pocas, ninguna,


de lo que fue

o pudo ser una ilusión;


de lo que fueron

o pudieron ser 


tantas.



martes, agosto 10, 2021

Libres, siempre libres

Puedo mirar, oler,

la lluvia;


puedo mirar y admirar

a esos impactantes árboles

aun celosos de su follaje


pese a la estación;


puedo ver esas plantas florecidas

esperando en el escaparate,


en las veredas

de ese vendedor de naturaleza

en macetas


y ansiar tenerlas todas


pero libres,

siempre libres;


que el viento, las tormentas,

el sol, la niebla


las recorran


como recorren

mis recovecos imaginarios,


mis recovecos

insaciables,

inabarcables;


ansiosos de su alimento,

de su cálida contención;


puedo escuchar

mil melodías


que antes te recordaban,

nos recordaban


y no.


Ya no pasa 

eso del estrujamiento del estómago,


ya no más 

la garganta cerrada,

los puños rígidos


ante la impotencia,

la terrible certidumbre


de habernos perdido

el uno al otro


sabedores

de que tarde o temprano


en verdad, ya muy tarde,


algo así ocurriría.


La cuestión

es que puedo seguir,


poner en movimiento

mi psiquis, mi poder creativo

o las ganas de que regrese;


puedo ser yo, la de antes

aunque no igual, muy similar


¡y sonreírle a la vida!


y cantarles canciones

a los recuerdos


pero solo, exclusivamente


a modo de despedida.

domingo, agosto 08, 2021

Infierno helado

¿Realmente creés

que deberías conmoverme?


según vos,

¿urgiría correr al encuentro

de recuerdos tan borrosos


que ni vos, 

ni nada, ni nadie


serían capaces

de restaurar?


¡no!


no hay tormenta,

viento, lluvia,

granizo, nieve,


ningún fenómeno climático


impulsaría

a mi extenuado corazón


a revivirlo,


al intento de hallar, siquiera, una pieza

de aquel escabroso rompecabezas;


quizás, dirás,

tenga el alma endurecida,


las lágrimas

se han fosilizado

en mis cuencas;


no hay melodía,

ni perfume, ni persona alguna,


que me incite a evocar

al monstruo que hizo de mí

esto que soy ahora


esto que jamás imaginé.


Me empalaga lo que antes

me resultaba "romántico";


no existen besos,

ni caricias, ni palabras

¡ni palabras!


que muevan

algo

dentro de este cuerpo delgado


que tanto padeció

tremenda tortura;


que logró escapar, apenas,

del infierno


de tan helada desconsideración,

tan abrupto cambio,


¡esas frases!

penetrando como podían

en mi cabeza


que ya no era capaz

del menor razonamiento.


Por eso,

aniquilé todo.


Solo quedaron cenizas

y ya casi nada.


Toda prueba,

todo indicio


en fotografías negras,

casi todas despedazadas;


arruiné tu vida,

tus certezas, ¡tus estúpidas certezas!


sin saber


-o sabiéndolo (pero no podía parar)-


que en realidad


arruinaba la mía.



viernes, agosto 06, 2021

Sustitutos vanos

De lo lindo 

que tuve,


deseé tener,


quizás, 

fuiste, seas parte importante;


muchas veces lo creo,


en especial, cuando me siento

algo desvalida,

desorientada,


sin personas

con quienes compartir esto

ni otro tipo de sentimiento


o palabra;


hubo en eso lindo,

vivido hace tiempo,


mucho de algo que se dio entre nosotros,

un estallido que tildamos como único, exclusivo.


En fin,

si consideramos estas instancias aciagas,

de desapego, falta de incentivos,

sueños destrozados


a golpes,


en verdad

fue maravilloso.


No importa si vos lo ves de ese modo,

lo veías o lo viste,


si lo valoraste,

si aún lo guardás en tu cabeza,

en tu alma


como a un bien preciado,

como a un cierto privilegio;


¿debería estar agradecida?


no acuden más que pensamientos negros

todos los días,


-también en las noches-,


a esta, mi pobre mente,

siempre atiborrada de palabras

que pugnan por abrirse paso


y no, no quiero,

no añoro, 


ya no es divertido

plegarme a su juego;


pero volviendo a los tiempos

en que sí pasaban cosas


que justificaron y justifican este

y tantos escritos,


podés estar seguro

de haberme acompañado.


Yo lo estoy,


sobre todo 

en determinadas situaciones.


Ahora,

por ejemplo.


Es entonces

que ahí se te vislumbra:


tu imagen, tu impronta, tu voz


desdibujadas,


retratos desencajados

de una época caduca;


sustitutos vanos

de esta,


la peor

de todas las soledades.

viernes, julio 30, 2021

Los pobres no pueden soñar

 No es que no lo deseen,

 no es que no tengan tiempo


o sí,

tal vez sea eso;


deben ocuparse y preocuparse,

algunos, todos, por poder pagar sus cuentas,

-si es que tienen un empleo- ;


muchos, por tener una casa,

nada lujosa,


un lugar decente donde poder estar

con los suyos;


muchos, tienen al cielo como techo,

deben guarecerse de la lluvia,

del frío, del viento, del calor


como pueden, con lo que consiguen;


y se los juzga, se los considera vagos,

inútiles, "no productivos";


no siempre es el caso,

nadie está libre de perderlo todo


de pronto


y no poder

lo que llaman "reinsertarse"


¿en la fría, inescrupulosa, insensible

sociedad


integrada por esas sucias consciencias

que ni siquiera advierten,


de tan obsesionados

por conservar lo que consideran "bienes"?;


los mismos"bienes" que los condenan

a ser unos malditos egocéntricos,


a creer que eso que poseen es eterno,

que están a salvo.


¡Qué ironía

cuando un micro-minúsculo virus

puede aniquilarlos


y no hay situación social cómoda,

ni casas, ni automóviles, ni dinero,


nada, nada ¡¡nada!!


que les asegure

salir ilesos;


pobre del rico

que pasa delante del desposeído

y lo culpa, lo desdeña,


cuando quién sabe 

qué hizo él, su familia

para conseguir eso que tanto atesoran


y más,

pues siempre quieren más;


deberían leer 

un escrito, quizás duro,

pero significativo


y real.


Si no me creen

pasen, si pueden, si quieren

por el cementerio de Olivos,

provincia de Buenos Aires.


Deténganse en la entrada

y allí están esas palabras,

sobre un frío recuadro metálico


y tal vez, tal vez


entiendan

a qué me refiero.





domingo, julio 18, 2021

Para un alma que alguna vez sonrió

Podemos

por un rato,


no hablar de vacunas,

ni de hospitales, médicos,

terapias,


¡muertes!


no se puede continuar

soportando tan agobiante carga;


Es demasiado

para un alma que alguna vez quiso,

que alguna vez soñó,


que alguna vez

sonrió


al imaginar historias,

recordar amores, deseos,

hoy entintados o polvorientos.


"Y la muerte no tendrá dominio"

dijo el gran poeta;


es que en medio de todo,

en medio de la desesperación, las pérdidas,

las precauciones, los no abrazos,

los no encuentros próximos,


los no besos,

los no tantas cosas


estamos nosotros.


Solos,

decepcionados,

confundidos.


leyendo, escuchando

a uno y a otro,


llorando muertes de tantos

así, no los hayamos conocido;


¡Y tantos llorando muertes

de sus pares, amigos, parientes,

enamorados!


Es que ya el arte

no parece ser suficiente.


Sin embargo,

es el refugio más cálido

en las peores tormentas,


también, el sosiego,

el sentirse en casa

al lado de una chimenea 

inextinguible;


por eso,

no debe morir,


no, no debe morir,

pese a todo y a todos;


es el único escape,

la única creencia con asidero,


tan simple de hallar

y tan complicado;


reside en nuestro adentro,

deambula por los recovecos de la cabeza,

del pensamiento


y se traduce

en letras, melodías

que refieren


a aquellos abrazos apretados,

a aquellos encuentros,


a esos seres

que hicieron, crearon, amaron, fueron;


que nunca olvidaremos.


el arte no tiene banderas

ni distinciones de ninguna clase.


Es el fruto intangible

pero se siente tan real, 


tan hondo;


es esa canción

que acompaña, alivia la infelicidad;


es ese poema

que justo expresa lo que no nos atrevemos


o lo que sí nos atrevimos

pero no funcionó;


es el desahogo, 

la liberación del cuerpo, del espíritu.


La afirmación absoluta

de que no estamos solos;


su poderoso destello

nos hermana, nos conforta,


aun


y pese a todo.


































tremenda ilusión!

domingo, julio 11, 2021

Más de lo mismo

 Yo te puse ese rótulo,

 te adorné cual pino navideño:


primero, las figuras , los globos,

el toque final, las luces.


Así fue.


Creado, engalanado

por mi incontrolable imaginación,


brillaste para mi

-o por mi-;


pero el tiempo

desgasta todo

o lo vuelve real,


tan real

que la magia

se vuelve utopía,


cosa de niños;


al guardar, ya sin cuidado,

esos objetos, sin importar su orden,

ni su destino,


aprendí que si alguna vez

anhelara recuperar aquello


no sería posible;


pero sí indagar nuevos modos

de encender, reavivar


la previsible existencia;


(un simple árbol plástico

no bastaría);


salir del trillado círculo,

reencontrarme con los árboles, 


¡los de verdad!


y respirar

y renacer,


sin adornos vacíos,

sin luces de artificio;


¡nada de eso!


sino las flores, las hojas,

la hierba fresca,

 

el sol,


derramándose en luz

y calor


en cada rincón, -aun los ocultos-


de mi insaciable espíritu.

jueves, julio 08, 2021

Los ratos que te sobran

Los ratos

que te sobran.


los ratos

de libertad,


breves, ¡tan breves!


ya ni siquiera espero,


poco a poco

deja de importarme;


dijiste que podía contar

con vos;


no me aclaraste

que en los breves, casi inexistentes momentos

en que no tenés a la policía controlando;


a diferencia tuyo,

soy libre


puedo escribir,

enviarte un poema, 

una canción,


¡un mensaje grabado!


y vos

nada.


Tal vez, te aburriste

de esta cosa algo amistosa


y yo no lo quiera ver.


¡es que estoy cansada

de perder

personas, cosas, posibilidades!


tal vez, no insista

movida por ciertos sentimientos;


tal vez, sea costumbre,

necesidad de una voz, siquiera escrita,

del otro lado,


simulando que le preocupan

mis cuestiones;


no sabés, siquiera,

nada, en absoluto,


ni de mis lágrimas;


apenas, un brevísimo resumen

de alguna situación que me agobia


a la que nunca

sabés responder

como desearía;


mucho menos,

contener;


en cambio, yo supe de tus crisis,

de tus miedos, de tu agobio


y allí estuve


y conseguí animarte,

de algún modo, devolverte

a la vida;


pero sin embargo

no hubo, no hay similar devolución,


ya ni una devolución

inmediata,


como lo hacías;


sí, ya sé que no es amor,

ni pasión, -no, nada de eso-;


pasa que en otro tiempo

conté con tu apoyo, con tu oído


y hoy


apenas te escribo esas dos, tres palabras

necesarias...


¡lo sé, es realmente patético!


una especie de comprobación


de tu existencia,


o quizás,

de un atisbo de interés


que sea

algo más que un simple cumplido.












domingo, julio 04, 2021

Nada nos quitará el sueño, ni la vigilia

 No esperar


 el llamado,

 la palabra,

 el cumplido,


la presencia;


tampoco, asumir

una posible ausencia.


No esperar

nada, ni a nadie


ni en el lugar propio

si lo es,


ni en ningún otro

que pudo haber sido

y definitivamente, no lo fue;


no esperar


pequeños,

medianos, grandes

logros


ni vaticinar fracasos;


no aguardar


recompensas,

aplausos,

aprobaciones,


ni vislumbrar imposibilidades.


Nada, nada por esperar:


ni amor,


ni amistad,


ni compañía,


ni comprensión,


-tampoco imaginarse incomprendido-;


no esperar

junto al maldito teléfono

la voz que no va a llegar;


¡tampoco estar atentos

a esa supuesta certeza!


no escribir a nadie el mensaje

que nosotros nos enviaríamos


¡el otro, la otra

no son iguales,

no piensan del mismo modo!


No esperar

pena, consuelo, 

consejos.


No esperar nada de nada,

tampoco de nuestra parte;


no acosarnos,

no reclamarnos,

no exigirnos,


no culparnos

por haber hecho esto, lo otro


o no.


Fluir,

dejar ser


a quien sea,

¡a uno mismo!; 


permitir que el devenir

resuelva;


tan solo tomar por ese camino,

el preferido

u otro


y seguir haciendo

lo de siempre


 o algo nuevo,


¡sin condiciones,

sin prejuicios!


así, tan tremenda carga,

se esfumará;


si nos abandonamos

en los brazos

de las circunstancias,


si dejamos brillar al sol,

a los árboles, entregarnos sus dones,


¡a la vida, hacer lo suyo!


a los que se quiere,

querernos como quieran 

y no como nosotros querríamos;


retozaremos, entonces,

en el confortable lecho de la libertad,


nuestro espíritu

volverá a sonreír;


nada, nadie

nos quitará el sueño,

ni la vigilia;


el día, la noche

nos apaciguarán


o nos incitarán

¡a hacer, a crear!


porque nada esperaremos,

porque nada les pediremos


entonces todo

o lo que tenga que ocurrir


ocurrirá.



domingo, junio 20, 2021

Sin lágrimas

Ella

nunca pudo llorar.


Tal vez,

se lo impidió;


quizás,

ignore que es como una explosión,


que no se planifica,

 

simplemente, surge,


proviene de ciertas reflexiones, imágenes,

expresiones,


asociadas de inmediato

o luego de un tiempo,

a recuerdos.


Recuerdos

que remiten a pérdidas,

a padecimientos,

 

a viejas heridas sin cicatrizar.


Es probable

que en su caso,

las haya ocultado


asegurándose muy bien

el no volver a hallarlas

jamás;


si algo tan temido sucediera,

siempre tendría a mano


el placebo.


Entonces,


¿desea o no

lograr ese desahogo?

¿querría soltar esas tantas lágrimas

sofocadas por años?


imagino que no.


Es posible

que le aterre encontrarse

con ciertas verdades


que finge

haber olvidado.


Es probable

que las haya reemplazado

por tranquilizadoras, mullidas

mentiras.


Así es que la vida pasa,

los días y las noches

se transformaron en lo mismo.


Supongo que su almohada

nunca  supo de llanto.


(supongo que seguirá sin saberlo).






sábado, junio 12, 2021

Esos días

Esos días

en que no se encuentra nada,


ni lo que se encuentra

a diario;


mucho menos,

aquello que se busca

o ya se dejó de buscar;


días insípidos,


días que pasan

y no pudimos,


no quisimos,

no les pusimos ganas,


no hicimos nada

para que se eternizaran.


¡Son tan pocos

los momentos que bien valen un retrato,

una historia, un poema, un relato, una canción!


los valoramos

cuando ya los perdimos,


así de extraños somos,

así de desagradecidos;


deberíamos cantar, reír, festejar

en nombre de esos días tan bien vividos,


los días de las aventuras, del placer,

de las locuras;


los días sin preocupaciones

ni ocupaciones más importantes

de las que duran, quizás, un instante


pero se adhieren

tan firmemente al bagaje de recuerdos


que es imposible

exterminarlas;


ocupaciones que en verdad son despreocupaciones,

quizás, con algo de mentiras, de promesas a no cumplir

jamás,


con juramentos convenientes


¡que de todas formas

valen un mundo!


¡bravo por aquellos tiempos!


hoy los vemos

tan lejanos


intangibles,


solos como estamos,


perdidos, cansados, abrumados,


sin saber cómo sigue todo,

si sigue,


¿cómo seguiremos?


¿cómo resistiremos?


daríamos lo que fuera por un solo segundo

de aquello,


a pesar

de su condición de efímero,


significó la esperanza

que hoy añoramos,


el beso

que tal vez nunca retorne;


el abrazo, la caricia,

la entrega.


Ese momento, durara lo que durara

probablemente, nos parecía tan poco


y hoy,

ahora mismo


¡significaría todo!

jueves, junio 10, 2021

Persiguiendo a una sombra

Mientras pensaba

en una nueva oportunidad,

me dije: ¿es lo que deseo?


y no, no realmente,


solo se convirtió en hábito;


de tanto y tanto ansiar

lo que fuera, a quien fuera


¡uno no puede creer

que de pronto, sin saber por qué,

ya no se experimenten

esas tan trilladas inquietudes!


Uno se cansa

de amar y no ser amado;


-también, de creer

que eso le ocurre-;


le agota demasiado seguir escribiendo,

esperando, en vano, una respuesta,


¡rogando!


todo por conseguir...


todo por conseguir...


a quien

no quiere ser conseguido,


a quien

no importamos nada


y desde hace rato,

tal vez, nunca;


Pero ese empecinamiento,

nos hizo convertirlo en el blanco

de nuestras desdichas, de nuestros fracasos,


de nuestras necesidades,

sean las que fueran;


ese maldito laberinto de recuerdos

que escapan, de tanto en tanto,

del arcón que debería ser inexpugnable.


Sucede, entonces, que nuestra imaginación vuela

hasta ese momento, hasta lo que pudo ser distinto

en ese mismo momento


hasta lo que podría ser

todavía.


Y no.


Es solo uno

combatiendo,

persiguiendo a una sombra,


la de alguien a quien consideramos 

fue, es y será

el mágico hacedor de nuestra felicidad,


el deconstructor

de toda esta miseria emocional,

de toda esta soledad que agita, cansa,


¡envenena!


de todos estos miedos,

estas precauciones, estos no se puede,

este encierro;


pero un día, deja de doler,

deja de ser la zanahoria tras la cual 

corremos, -aun en sueños-,


porque no existe.


Pues ese otro ser,

el de muchos años después,


perdió el antiguo encanto,

perdió las ganas, 

la frescura, el decir;


quizás, esté aún más perdido

que nosotros mismos.


Entonces 

no queda alternativa.


Se intenta volver

 a nuestra esencia, a nuestro yo,


seguramente,

hay cuestiones por resolver


antes de que se nos de por escoger

al siguiente vaciadero de nuestras penas:


¿una nueva "víctima"?



viernes, mayo 21, 2021

Incurable

 No podías creer

que me hubiera enamorado de nuevo


de vos.


Y así fue,

así es;


descarté obsesión,

descarté manipulación (nunca fui manipuladora),

descarté evocación de nuestra antigua historia;


pasa el tiempo

y no se cura


esto que roe,

que hace sentir tan sola al alma

y también, tan acompañada;


esto que de pronto

porta cualquier canción

o una en particular,


una frase,

un comentario,

un rostro,

una situación, la que fuera,


al despertar,

al dormirme,


durante el día

o la noche;


y claro, en algunos sueños,

no todos tan felices, pero...


Ya ves


sigue pasando el tiempo

y este sentimiento 

-al menos, el mío-


sigue ardiendo,

perturbándome;


ese beso sigue estando presente,

el de aquella vez


y el que quiso repetirse

y nunca se pudo;


o no se quiso,

o no tuvimos el valor;


sigue rondando en mi cabeza,

en mi pensar diario

el por qué


si pudo salir bien,

si pudo existir ese café

con libro incluido,


si pudo darse ese abrazo

tan planeado e imaginado


durante todo ese tiempo,


¿por qué no sucedió?


sigo buscándote

sabiendo que no voy a hallarte,


en personas, actividades, 

entretenimientos que no me entretienen;


antiguas lecturas

que remiten a amores contrariados,

difíciles,


¿platónicos?


no sé si lo que nosotros vivimos

es lo más frecuente,


no sé qué hicieron, qué hacen otros

en una situación similar.


Quizás, algunos se hayan encontrado

y todo haya acabado del peor modo;


En cambio, tal vez, con otros

haya sucedido, suceda todo lo contrario;


vos estás ahí,

¿leyéndome? ¡qué importa!


padeciendo, probablemente,

cuestiones similares;


puedo percibirte,

aunque no tenga el menor indicio,

foto, palabra, noticia;


yo sigo escribiéndote

como si me leyeras


¿será locura?


no lo sé


pero me hace brillar los ojos

y creer

por un rato, apenas -y no es poco-,


en la posibilidad de esa lectura,

en lo que opinarás;


si borrás o no mis mensajes,

si los eliminás


para al menos, de esa manera,

eliminarme


¡de una vez por todas!


de tu mente,

de tu alma,

de tus latidos


como pretendiste y pretendés hacerlo,


desde hace... años.


miércoles, mayo 19, 2021

Verdades ineludibles

 Soy otoño,


 soy palabras

 que nunca enmudecen


¡palabras como armas,

palabras que hacen reaccionar,

palabras que agitan espíritus,

despiertan ilusiones,


animan a insistir,

a resistir,


a actuar,

a no dejarse avasallar


por esas otras palabras:

huecas, desnudas, desprovistas de todo halo!


cuidado


con esas palabras engañosas,

palabras que buscan convencer

con mentiras, con luces enceguecedoras

que se parecen a promesas,


que impiden ver,


para luego apagarse,

para luego extinguir esos sueños

antes asegurados,


para dejarnos vacíos,

imbecilizados,


aterrados,

a merced de  maléficos designios.


Hay quienes eligen escuchar, leer

esas malditas palabras


y aún así,

exterminan su discernimiento,


su razón de existir.


Y andan por ahí

peores que los robots,


pues no les queda en su cabeza

ni una sola idea,


ni siquiera 

de las que les programaron;

 

hay gente

-por suerte-


que elige las otras,


el verbo viviente, creador, 

que invita al resurgimiento,

a no dejarse vencer,


propone, sostiene las libertades,

la no renuncia a los principios,


¡anima, levanta, suma!


hay personas, muchas

que se alinean

con la verdad


y aunque digan 

que la verdad no lo es tanto,

que depende de esto o lo otro


hay verdades

ineludibles:


la miseria, la falta de oportunidades,

el encierro, la inseguridad,


el desprecio por la vida humana,


¡el hambre,

el ataque sistemático 

a la educación, a la salud,

al bien, a todo lo que está bien!


a la felicidad


¡la felicidad!


hay seres

que nunca pero nunca

tuvieron un solo momento de felicidad.


Nacieron en la miseria,

la miseria en todos los sentidos

imaginables e inimaginables


y no le importaron

a nadie,


salvo a ocasionales "benefactores"

que solo buscaron, buscan figurar


para acrecentar su fama,

sus "bienes".


Las palabras pueden contarles también sobre esto,


las palabras pueden rebelarse, 

convertirse en dedos gigantes


señalando al hipócrita, al cínico,

al manipulador,


al ladrón.


Las palabras pueden contarnos

que siempre es posible,


¡que siempre es posible!


que el sol

sale para todos, en todas partes


que el odio, el mal pueden acabar,

que el dolor de tantos puede aliviarse,

¡curarse!


las palabras pueden decirnos

que todas las calamidades que acarrean el egoísmo,

la obsesión por el poder,

por el dinero,


podrían


pueden


algún día


diluirse.


Que alguna vez

todos, absolutamente,


entenderán


que uno puede extasiarse,

simplemente,


ante una calle cubierta de hojas otoñales amarillentas,

ante un árbol repleto de flores primaverales,


ante una luna redonda

o en forma de medialuna;


perderse


ante un impresionante desfile de pájaros

y detrás, el infinito cielo azul;


deleitarse


frente a una guirnalda

con flores silvestres de color violáceo

o el que fuera,


cortejando, desinteresadamente,


las vías

de un tren.




sábado, mayo 15, 2021

Así no encuentre ese hombro

Tardé muchísimos años

en entender,

en aceptar


que el amor

no tiene que ver con la posesión,

con la apropiación de la cabeza,

del alma


¡de la libertad!


de nadie;


quien ama, si ama de verdad

desea que el ser amado

sea feliz,


se preocupa y se ocupa

si le ocurre algo grave,


está.


Está siempre

o cuando puede


y se sabe que si no está

es porque no puede.


Y no hay demandas

de ninguna clase,


no hay cuestionamientos,

ni competencias vanas,


jamás dominantes

ni dominados;


quien ama a alguien


es paciente,

comprensivo, 


acepta las debilidades y valora las fortalezas

del otro,


como aprendió a hacerlo

con las propias;


si un día llora

así no encuentre su hombro


sabe que está,

que estará en un rato más


u otro día;


en fin, quienes comparten un amor,

de los genuinos


no dudan,


se dicen las cosas tal cual son,

se comparten temores, logros,


sin necesidad de disfraces,

de armaduras, 


de fingimientos.


No hay elucubraciones,

no hay segundas intenciones,


no hay planes;


solo se siente lo que se siente

aunque no se le encuentre un nombre


-o ni siquiera se lo busque-;


no importa la duración

del tipo de relación que fuera;


no importan distancias,

obstáculos, ausencias;


el amor supera, es mucho más fuerte

que todo lo demás;


el amor

es auténtico.


Si un día uno de los enamorados deja de ser correspondido

lo comprenderá, a pesar de que lastime;


porque pudo haberle sucedido

a él mismo;


se alejará o no se acercará demasiado


porque el bien del otro

-que es el suyo-


es todo lo que importa.


Porque amar, sentir, extrañar,

alegrarse o entristecerse

-según sean las circunstancias que atraviese el ser amado-


es lo que el amor significa


(además de otras cuestiones).





miércoles, mayo 12, 2021

La visión celeste

 Quiero que me recuerdes,

 quiero que mi sonrisa despierte a la tuya


y a tu cabeza,

a tus pensamientos,


día tras día;


quiero ser ese impulso,

esas ganas que nunca se cansan,


esa visión celeste

inalcanzable y tangible

a un tiempo;


ese árbol

que oculta una de tus ventanas


y te lleva oxígeno,

estaciones, flores, hojas secas,


ramas cubiertas de nieve


año tras año,


sin importarle de vos,

de nosotros,


de este nudo en la garganta

que no logro y sí logro explicarme


pero aun así

oprime


y dan ganas de ser 

el pájaro de tu estación


para posarme allí,

junto a ese árbol, el que oculta 

esa misma ventana


que conozco por fotos


y es tan pero tan bella

que me recuerda a la Navidad;


quiero ser tu Navidad,

tu brindis especial y único,


la copa

que sacie tremenda sed;


quiero ser

el agua que se desliza por tu cuerpo

cada mañana;


y te da calor,

te estimula, te relaja,


te renueva,


te empuja

a salir a la vida


con esa mirada tan tuya,

sexy, soñadora,

infinita,


¡insustituible!


con esa impronta

tan particular,


¡con tu libertad!


que asusta y atrae

a la vez;


con tus misterios,

con los míos


nunca develados


o descubiertos de a poco,

a su tiempo;


quisiera saber algo, una parte de lo que pensás

cuando me pensás,


-si es que me pensás-;


quiero todo, todo lo que fuiste,

lo que sos, lo que serás;


no importa si te objeté

tantas palabras, conductas, 

modos de ver algunas cuestiones;


hoy te quiero así, 

es más, te ruego o me encantaría


que nunca, por nada, por nadie


cambiaras;


ni por mí,


¡ni por mí!

miércoles, mayo 05, 2021

La resistencia pasa por otro lado

Y uno se va habituando.


Cierto día ese amor

se va;


se padece,

se lamenta,


¡se suplica!


se llora,


se llora,


se llora,


se llora

un poco menos;


se piensa, se sueña,

se añora, se teme


se sangra.


Y luego pasa.


Y uno

se va habituando.


Se hace roca,

se vuelve inmune a las embestidas,


casi casi

se insensibiliza;


(el alma,

bloqueada);


aun así,

se sigue, 

se hace como que se resolvió todo,


se suelta,

-se dice que se logró soltar-;


pasan los años,

pasan las semanas, las estaciones, los tiempos prósperos,

los tiempos miserables;


y de pronto

ya no es más habituarse,

ya no es más resignación

ni fingimiento;


la resistencia

pasa por otro lado:


por recordar,


jamás olvidar lo que se era,

lo que se es;


volver a eternizarse en el quehacer creativo;


retomar, recrear historias

-incluso, la propia- ;


así es que el alma

vuelve a expandirse,


respira,


goza.


Un camino nuevo

nos abre los brazos,


para cuando estemos listos.



lunes, mayo 03, 2021

Secreto

 La lluvia

 exalta, como de costumbre,


el asfalto,

las veredas

cubiertas de hojas secas amarillas, ocres,

de tan variadas tonalidades;


también, los árboles

lucen sin ningún orgullo

sus collares de gotas transparentes,


sus colores de estación

invitan al ensueño,


al recuerdo 

de aquellos otros días


en que estas cuestiones 

estaban entre las más importantes


o eran las más importantes

-para algunos-;


sonrío, desde el alma,

a esa alfombra encantada,


agradezco poder verla una vez más,

así fuera la última;


¡soy feliz al tener la posibilidad

de vivir 

un nuevo otoño!


poder sentir algo tan especial,

absolutamente inexplicable,


quizás, secreto,


al transitar

por los mismos u otros sitios


transformados,

transformadores;


quisiera transmitir

esta intensa emoción,


este fuego interno

que se reaviva


cuando se es atravesado

por semejante despliegue


que no es ni será igual

al anterior ni al próximo;


que quizás, ya nunca sea.


Y es ese misterio,

esa incertidumbre


los que le imprimen


su encanto arrasador.

sábado, abril 24, 2021

El indicio ¿esperado?

Por ahí,

el clima ayude;


por ahí,

el otoño siga siendo 

altamente inspirador;


por ahí,

quisiste decirme

que algo viste, descubriste,


que te diste cuenta.


Por ahí,

lo dejé pasar


tan solo te agradecí,

te deseé lo mejor

-dentro de lo peor-;


por ahí,

no quise darme cuenta,


por ahí,

esperabas que sí lo hiciera


o no.


¿Quién sabe?


hace tiempo

que estoy así, ¿cómo decirlo?

confusa.


Es probable


que en algún momento

te haya considerado


como a una posibilidad;


pero entonces

¿por qué no te di algún indicio?


me ponía mal

cuando vos no me lo dabas,


me pone...


En verdad,

ni sé cómo me pone ahora

que me lo des,


(o tal vez

me haya parecido).


Por ahí,

me de igual;


te aconsejaría,

por si acaso,


que no te acercaras

demasiado.


No en este momento,

no en medio de este inframundo

en el que despierto día tras día,


a la espera y no espera

de un momento feliz;


y quizás cada rato ínfimo de alegría,

cada árbol,

cada árbol arrojando esas bellas hojas 

con semejantes colores,


por ahora,

basten


para repetirme y repetirme:

"estoy viva";


para perder, por un rato,

ese miedo asfixiante


que hace que hasta huya

cuando me arrojás esa señal

otrora esperada;


-incluso, me ponía mal 

el hecho de que no me la dieras-;


y hoy

roza, apenas

mi doliente corazón,


apartado en un casi todo

hasta de mis deseos,


cuando cada mañana,

tarde, noche


veo en el espejo

un boceto desdibujado

de lo que fui;


ahora que ni puedo ofrecerte

media sonrisa


¿cómo, de qué modo, para qué

hacerte notar

que me di cuenta,


que lo sé


que alguna vez o varias veces

ansié que sucediera?;


pues hoy estoy vacía

de sentimientos,

de sensaciones;


apenas, el instante,

sin expectativas,


te diría

inmersa en una imbécil resignación


disfrazada

de palabras menos duras,


palabras

que convocan a nuevas búsquedas,


a seguir creyendo,

a seguir versificando historias


como esta

que alguna vez necesitó precisiones


pero hoy

se extravió


entre tantas personas,

entre tantas vivencias,


¡entre tanto de tanto!

 




martes, abril 13, 2021

¿Bendito? ¿maldito? sueño

 Pudo ser

 ese día.


Era el mismo traje,

tal vez, hubo una mirada;


¿cómo saber el momento exacto

en que esa chispa surge,


la que da comienzo

a un infierno

de los sentidos,

¿por qué no? también del alma?;


¡qué curioso!

¡cuán inexplicablemente maravilloso

es el amor!


basta un instante

y ¡zas! implota y explota el milagro;


pudo haber sido el día previo

o antes;


¿importa, acaso?


así, se tratara del mismo atuendo,

del mismo lugar, 

aun, de la misma mirada.


Difícil.


Pudo parecérsele,


pero esas miradas

-que  mudas dicen tanto-

raramente o jamás se repiten.


Por eso,

¿cómo es posible algo así,

reiniciar, recomenzar algo que se creyó terminado,

incluso, casi casi olvidado,

luego de tan solo (y nada menos) una experiencia onírica?


solo el corazón,

sus anhelantes latidos

podrían explicarlo;


resulta que sucede, aunque no es lo más frecuente

que un hechizo sea tan poderoso que persista

a través de los años;


no creo que en este asunto

tenga cabida ningún razonamiento:


la magia trasciende tiempos, sitios,

no sabe de arrugas, de cansancio, 


desconoce el miedo;


ellos serían o son

los actores principales

de una trascendental obra,


quizás, la más importante

de su existencia;


mas no lo habían concientizado,


hasta el momento preciso

en que los despertó

aquel ¿bendito? ¿maldito?


sueño.






martes, abril 06, 2021

Un amor del que se regresa

 De la desconfianza

 no se regresa,


 de las decepciones,

 no se regresa,


mucho menos,

de las traiciones;


del pánico

se regresa

pero la cura

lleva su tiempo,


a veces, demasiado;


de la rabia, del rencor

quizás, tampoco se regrese;


¿y del amor?


puede ocurrir que transcurran meses,

años, incluso, muchísimos años


y sucede, aunque no sea tan frecuente


que se regresa


y resulta mejor, 

con más ganas,

más ímpetu;


de otro modo,

diferente pero no menos divertido,

creativo, excitante.


¡Qué maravilloso volver

a sentir si no es exactamente eso mismo,

algo que se le parezca o no tanto

o no se le parezca en nada


y sea aún mejor,

mucho mejor!


los años enseñan

acerca de muchas cuestiones;


se aprende a disfrutar de aquello

que se nos pasó, que no valoramos

en su momento,


que dejamos ir


¡y cuánto lo hemos lamentado!


ojalá muchos

que hoy están solos

y extrañan a un viejo amor


vuelvan a él

desde otra perspectiva, más inteligente,

menos prejuiciosa, más embriagadora,


como si fuera una torta

con todos esos ingredientes que nos tientan y más,


degustándolos lentamente,


ya sin aquella prisa, 

ni esas presiones,

ni esos temores.


Un amor todo pasión,

ternura, entendimiento,


fusionados de tal modo

que apenas, podria diferenciárselos.


miércoles, marzo 31, 2021

Puedo contarte que aquí ya es otoño

 Puedo hablar del viento

que se desliga de esas deliciosas hojas amarillas, rojas, marrones,

convirtiéndolas en el más confortable tapete;


puedo contarte, aunque ya lo sepas,

que aquí ya es otoño;


entretanto, tu incipiente primavera

comienza a engalanar ese jardín ajeno

que hiciste propio

y nunca lo fue,


aunque ya lo sepas.


Puedo decirte

que lo intenté.


Tal vez

no fui políticamente

o amorosamente o dialécticamente

-o todo junto-

correcta;


sé de mis cambios de humor

casi constantes,


esto también lo sabés.


Pasó el día.


Habrás recibido halagos, tortas, obsequios,

besos;


saludos

de tantos que dicen ser tus amigos

y apenas si alcanzan a conocidos,


(también sabés al respecto).


No sé, en fin, qué podría ya decirte

o escribirte,


supongo que sabés mucho, lo suficiente

acerca de mí;


conocés vulnerabilidades, oscuridades

que pocos o nadie,

-en verdad, nadie-


conoce.


Sabés de mis puntos débiles

-y no solo me refiero al sexo-.


Aunque de ello sabés 

más y mejor que de todo lo anterior

o de lo que sea;


en fin,


nos hemos perdido

una vida placentera, de risas, de goce,

de tantas similitudes

que hoy descubro y me sorprendo


en nuestros caracteres,

en nuestro modo de ver tantas cuestiones,

en nuestras aficiones, gustos, necesidades;


el amor


pareció una buena excusa,


ya no alcanza,


ya no es creíble

para vos, ni para mí;


una pasión como pocas,

dijiste alguna vez;


por ello, trascendió distancias,

obstáculos, miedos, compromisos,

ocultamientos


y pantallas;


esto lo sabés demasiado bien.


Continuaremos -¿qué otra alternativa nos queda?-

con nuestras estúpidas vidas,

fingiendo que podemos con esto, con lo otro,

con la incertidumbre,

con las pérdidas,


con las ganas reprimidas,

con los sueños fosilizados.


Esto lo sé demasiado bien,

tal vez, más que vos


o tengo más conciencia de ello.


Tremendos sentires, agobiantes pensamientos,

muchas veces se transforman en tormentosas pesadillas;  


insisten, confunden mi mente, sacuden mi cuerpo,

confunden mi alma,


día tras día,


noche tras noche.

sábado, marzo 20, 2021

Fugacidad

¿Creerás esta vez

en mi olvido?


espero que sí,

dadas las circunstancias:


dados los miedos,

dada la lejanía,


dadas las dificultades, 

los riesgos, las pérdidas,


el temor

a nuevas pérdidas;


en fin,


quizás, sea cierto

que te olvidé

o eso me impongo,


son muchos los miedos,

es demasiada la distancia (no me refiero a la geográfica);


tantas dificultades,

pilas de riesgos,

incontables, las pérdidas


y ese indescriptible terror

a seguir perdiendo:

salud, personas, cosas...


¿quién hubiera dicho

apenas, un año atrás


que esta cruel situación

inexplicable, explicable,


de algún modo

nos hallaría unidos?


así, estemos alejados,

así, no nos comuniquemos,


aunque por mi parte, lo haya intentado

varias veces,

-siempre en vano-.


¡Nadie lo hubiera imaginado!


digo nadie y me refiero a nosotros,

a la gente, a los que no están en el cenit,


los que se aferran

a lo que les queda,

a quienes les quedan,


sin saber

o sabiéndolo


que todo, absolutamente

y todos


es, son, 

somos


como estrellas

más, menos brillantes


pero sin excepción,


fugaces.

sábado, febrero 27, 2021

Aun con nada que soñar

 Aun en el tormento,

 aun en el fondo,


en el fondo del fondo;


¡aun

con todo este miedo!


aun con tantas pérdidas,

aun con millones y millones

de injusticias;


aun


con vos, allá

y yo, acá;


aun con nada por decir,

aun con nada qué soñar;


aun con las letras irreverentes,

desidiosas, somnolientas;


aun con su tan mínimo ímpetu,

su tan escasa voracidad;


aun sin esto que siempre fui

o quise o creí ser;


aun sin propósito alguno,

sin planes,

sin visión de futuro;


aun

si levanto mi cuerpo

con las fuerzas que apenas, alcanzan


ciertas mañanas;


aún 

existo;


aún

soy.


Si logra atravesar

este irreparable cansancio


el mismo trinar,

el de aquel pájaro;


a pesar de que el sol

vaya apagando su fuego

ante la proximidad del otoño,


¡aún están esos vigorizantes árboles

a punto de vestirse de amarillo, ocre, rojizo!


basta con ello,

pues es lo que no solo sirve,


sino colma, estremece,

invade el espíritu alicaído,


¡salva!





lunes, febrero 22, 2021

Un eco de quien o de lo que fuera

 Si hay alguien

allá, donde le dicen cielo


aunque el cielo

esté en todas partes;


si hay alguien,

incorpóreo, volátil,


una esencia,

una micropartícula

un conjunto de partículas;


algunos

lo llaman universo;


otros, Dios, Alá, Jehová,

¿importa el nombre?


si hay alguien, algo,

intangible,

inasible,


que pone a prueba

nuestra fe,

nuestras ansias de empezar el día,


nuestra fortaleza anímica, espiritual


para recomenzar, si es necesario,

una, otra vez y otra y muchas más


sin dejar de insistir,

sin renunciar;


aun, si se ha llegado a lo más oscuro

impenetrable, sórdido;


si existe, en verdad


un eco de quien o de lo que fuera

para todos estos pensamientos tortuosos,


para que no crea, 

no de por sentado


que no hay nada

más que los hombres

inmersos en sus egoístas urgencias


arrastrándose como bestias

en el estiércol del "sálvese quien pueda";


si existís,


si podés escuchar

estos latidos presurosos,


si entendés

este miedo, ¡este persistente, inmanejable miedo!

por no tener idea de cómo seguir,


a dónde ir, 


esta convicción fatídica

de haber perdido, irremediablemente,

mi pequeño rincón


aquel increíble refugio:

el de las palabras;


si esto es así


si ahora mismo estás ahí,

viéndome, escuchándome,


si tenés un rato

para mis cuestiones


no olvides


lo en tantas ocasiones

pedí.


Si no lo merezco,

hacémelo saber;


si no soy digna

de tal bendición,


enviame

una señal;


Si resulta todo lo contrario,

revelame ángel, luz, esencia,

demonio, 


si volverá

de uno u otro modo,


si llegará el día,

el instante


en que lograré, al fin,

curar, cerrar


esta úlcera del alma.



jueves, febrero 04, 2021

Tantas verdades, tantas mentiras

Palomas blancas

circundan mi  no-descanso;


plumas inmaculadas

sobre la almohada vacía;


vacía de sueños,

vacía de secretos,

vacía de expectativas;


¡que horrible

esto de no sentir nada,


ni miedo,

casi...!


al menos,

era difícil

pero era un condimento;


gris 

todo se ve gris;


las palomas

también se han vuelto grises,

otras, adquirieron un tono amarronado;


me acechan,

me miran, alternativamente,

con alguno de sus ojos;


apenas, si les temo;


es como si la intensidad

de cualquier sensación,

ante cualquier experiencia


se hubiera apagado;


no sé si volverá aquello,

lo de antes;


si volveré a temblar,

a experimentar ese nudo en el estómago

que provoca el amor, también, la desilusión,

también, la angustia,


también, la incertidumbre;


soy un ser

que cumple tareas,


alguien

que empiezo a no reconocer;


tareas rutinarias,

insustanciales,

adormecedoras:


las repito, las repito,

las repito;


y lo que hago hoy

creo ya haberlo hecho


y fue ayer

y anteayer


y antes;


recuerdo, con nostalgia,

cuando de la nada,

lo obtenía todo;


cuando la más insignificante tontería

era motivo de risa;


cuando me conmovían

tantas cuestiones,


¡cuando lloraba con tanta facilidad

ante el relato de alguna vivencia 

de parte de quien fuera,


también ficticia,

proveniente de cualquier autor

en algún libro o de un guionista en cierta película!


como si un velo oscuro,

impenetrable,


me ocultara

aquella magia que solía capturar


en lugares, situaciones

que a la mayoría pasaban, siguen pasando

inadvertidas;


yo no soy

o no era así;


saber tantas verdades,

todas juntas;


saber tantas mentiras,

todas juntas;


confundirme

en medio de noticias,

informaciones de todo tipo


anularon


mi capacidad

de trascender

todo eso


y más.


Quebraron mi esencia,

me robaron las fuerzas,


fagocitaron


mi otrora voraz

espíritu.

lunes, enero 25, 2021

El toque mágico

 Que nuestros temas

de conversación, de lecturas,

de TV


no se limiten

a todas esas cuestiones médico-científicas:


virus, cepas, rebrotes,

paliativos, vacunas,


¡miedo!


que ese miedo anticipatorio, horroroso

a enfermarnos,

a morir;


a que la gente que queremos,

a que otras personas,

se enfermen, mueran;


¡no, por favor, que ese miedo no nos impida

seguir estando en lo que estábamos

antes de...!


que insistamos, siempre, en seguir creyendo,

imaginando, creando, haciendo,


amando,

riendo, disfrutando;


que no nos quite

el goce del hoy;


que no nos impida

respirar.


Porque aún respiramos, somos,

sentimos, nos emocionamos, nos ilusionamos,

temblamos;


porque están esos tremendos árboles,

el sol que arde con demasiada intensidad

y en otros sitios, apenas entibia o ni siquiera,


¡pero está la nieve con su toque mágico,

están los abrigos, los cafés humeantes!


hay tanto, tanto por y con lo cual

recuperar el sentido.


Pese al virus, a los rebrotes, a las cepas,

¡a los médicos, científicos!


no dejemos pasar ni un día más

sin darnos cuenta de todo esto,


¡de cuánto poseemos!


la mañana da paso a la tarde

y enseguida, llega la noche

y todo acaba.


¿Por siempre?


¡no!


para muchos, afortunadamente,

habrá muchas mañanas más, atardeceres,

con más, menos frío,


y más noches

pero que no serán final, ¡pues no lo son!


son la antesala de nuestra otra existencia:

-claro, la de los sueños-,


¡si no nos olvidamos

de soñar!


valoremos lo que somos,

lo que sentimos, lo que anhelamos,


con plena consciencia

de nuestro yo,

 

¡sin olvidarnos de agradecer

el poder estar, el poder pensar,

vislumbrar, proyectar!


dirán: el futuro es incierto,

¡pues, siempre lo fue!


el pasado pudo haber sido bueno

pero acabó;


Planeemos este ahora,

planeemos, en principio, el instante;


ya mismo, mientras les estoy escribiendo,

¿qué pueden hacer para mejorar este momento?


¡no hay tiempo que perder!


o mejor dicho,

hay mucho, mucho tiempo


por ganar.

sábado, enero 16, 2021

Los años de las risas inmotivadas

 Y eso que me dicen, 

directa, tácitamente

que no vale la pena,

que tengo que dejarte ir.


¡pasaron muchos años!


Sin embargo,

algo me incita

a reintentar y reintentar,


¿obsesión? ¿sentimiento?

¿negación a admitir

que es muy probable que haya dejado de importarte?


ignoro o creo que ignoro

el motivo;


hay días en que es esta soledad

que pesa

y el miedo, caminando a su lado,


quiere quitárselo y no...


Quizás, sea el pasado

que nunca va a cambiar

frente al peor de los escenarios:


algo que nos une

pues en aquel sitio también pasa;


un poco, el tedio,

los agobiantes rituales diarios,

el cuidado, la prevención,

su sin sentido.


El sin sentido

de casi todo o de todo.


Puede ser la añoranza

de aquel tiempo,

el de las risas inmotivadas

e incesantes,


¡de la juventud!


de los mas lindos, inolvidables

besos, miradas, sensaciones;


la cuestión es que no me resigno

a abandonar aquello,


no pude, no puedo, no quiero

hallar un sustituto,


un móvil


para que en medio de esta aterradora pesadilla

pueda hallar algún rayo de luz;


o tal vez, siga amándote;


aunque te cueste

-y también me cueste-


siquiera, considerarlo.





miércoles, enero 13, 2021

De mentiras disfrazadas de certezas

 Tengo que escribir.


No sos vos, ni yo,

ni aquello que cuesta tanto

mencionar;


tengo que escribir

porque se sabe,

todo está muy complicado


por acá;


porque está todo muy complicado

también por allá, -aunque, quizás, no tanto-.


Tengo que escribir

porque sé muy bien qué decir, qué aconsejar

a los demás;


hasta soy capaz de aliviar sus penas,

sus pérdidas,


sus ausencias;


y podemos hablar

de las fotos que casi siempre,

son sonrisas de mentira;


mas cuando me toca a mí,

no sé muy bien cómo explicármelo,

cómo incentivarme cada día,

cómo hallar algún móvil para salir del cobijo;


cómo seguir sobreviviendo,

a la espera de lo peor.


Tampoco podría definir lo que me pasa

con vos, conmigo, 

con lo difícil en más, en menos 

que está todo,


con mis propias fotos

que creí nunca mentían.


Les digo que si lo hice

ni siquiera lo advertí;


tal vez, fue una sonrisa auténtica

aunque momentánea,


me engañé por un rato

pues me sentí libre,


¡no tenía que cuidarme de esto

ni de aquello otro, ni de nada!


¡a cara descubierta!


el viento,

enredando terriblemente

mi pelo;


pero sí, en esos momentos

yo sonreía, me sentía,

me siento


feliz.


Me pasa lo mismo cuando escribo,

como ahora;


no hay demasiado invento:

entrego mi alma a quien sea que me lea,


mis pensamientos, mis más profundos temores,


mis oscuridades

insondables.


Aun, si está todo tan difícil

por estos lados,

-¡claro que donde estás vos no es tan tremendo!-;


a pesar de que algunas fotos, videos

sean engañosos,


¿qué alternativa queda?


las mentiras 

apenas, se distinguen

de la supuesta"verdad";


sus disfraces de certezas

se superan,


nos superan.


¿Importa, acaso?


por un momento, puede que se crucen

esquirlas de un pasado,

ilusiones que van desdibujándose;


¡tantos sueños, tantos besos,

todos esos abrazos!;


poco a poco

iremos olvidándolos.


Nuestras preguntas se desvanecerán,

hartas de no hallar respuestas convincentes.


Los miedos, de tan debilitados

se desplomarán;


los reemplazará

un sabor amargo,

indefinible.


Y nada habrá ya en qué pensar,

ni dudas, ni enojos, ni ansias, ni orgullo,


¡si nos privan, absolutamente, de nuestra voz,

de nuestra identidad!


no seremos nada,

nadie,


¡no seremos más!



domingo, enero 10, 2021

Pobrísimo encierro

Algo punzante

se siente,


desde hace mucho tiempo.


No quiero darle un nombre,

no quiero limitarlo


llamándolo ansiedad,

llamándolo angustia,

llamándolo enamoramiento, amor,

desamor, pasión irrefrenable;


no voy a explicar

cómo se incendian


el alma, el corazón,


mientras intento escribirlo,

necesito hacerlo


para no olvidarme,

no olvidarlo,


no olvidarte;


no existió, no existe

no existirá


aquello que mi imaginación

organizó, idealizó, 


¡a lo que dio vida!


para, por nosotros,

para  vos,


para mí;


locos, desquiciados,

tratando de ocultar de todo, de todos

tan profunda pena


por lo que pudo,

por lo que no pudo

o no se intentó


o de intentarse

no hubiera sucedido;


¡qué agonía

cuánto, cuánto dolor!


en este pobrísimo encierro

entre renglones


de tamaña sensación;


¡qué tremendo

reduccionismo!


¡qué gran injusticia!


cuando sin tener,


sin querer, sin poder

siquiera, nombrarlo,


pretendo dar forma

a versos estériles,


con simples signos,

incapaces de describir en lo más mínimo


cómo, cuánto arde,

late, vigorosa

el alma,


en tanto, está a punto de explotar


el corazón.







sábado, enero 02, 2021

Tiempos en que el sueño le gana a los sueños

 Apenas,

un atisbo


¡una efímera quimera!


aún así,

bien lo vale;


en estos tiempos

desprovistos de sorpresas,


carentes de magia,

de expectativas,

de risas;


en que el sueño

le gana a los sueños,


cuando se puede dormir:


¡una ilusión

así quede en eso y nada menos,

vale mucho más que antes,


mucho más quizás, que luego,

que mañana,

que dentro de un tiempo!


¿quién sabe?


y los ojos, la mirada

resurgen luego de la resignada somnolencia,

vuelven a brillar

desmesuradamente;


el corazón late

lo que dura el momento,


y un rato más,


como hacía largo rato

no latía;


¿cómo describirlo?


en medio de tanto, de tanto horrible,

en medio de un miedo

que no se parece en nada

a miedos que le precedieron


ese indicio

que quedó en eso,


ese vestigio

de una posible conexión,


de algo

que ya no se esperaba

y sin embargo...


bien vale

las tantas penurias,


los tantísimos riesgos,

el agobio de las innumerables precauciones


el hartazgo

de no poder hacer tantas cosas


la culpa, el temor

sobre los hombros

si se las hace;


por eso, les digo,


no desestimen

en lo más mínimo

lo que se parezca, así sea, en muy poco


a ese algo, alguien

que reaparece,

luego de haber renunciado

a su espera;


les juro


que vivir algo así,

siquiera, por un minuto,


en días tenebrosos,

tristes, de pérdidas, enfermedad,

peligro, sufrimiento,


es un elixir divino,


un rayo especial 

apuntando justo justo a nuestro espíritu.


¡un regalo del Universo!


Cristina Del Gaudio

Seguidores