viernes, enero 24, 2020
Inolvidable ser inexistente
¡Qué raro,
qué complicado!
esto de extrañar
a un ser que imaginé
que muy poco, nada
tiene que ver
con todos esos atributos
que mi indómita imaginación
le otorgaba;
es cierto,
pudo haber sido real
alguno que otro detalle
que, de todos modos,
jamás admitirías;
pero mi cabeza, mi alma,
¿cómo podrían entender, aceptar
esos sentimientos, esa emoción,
esas expectativas
orientadas hacia alguien, en muchos aspectos,
o en casi todos, inexistente?
¿cuál, el sentido?
¿cuál el motivo?;
extraño la voz
que supuse en tu boca,
una voz de la cual
apenas, si tenía, tengo
algún recuerdo;
extraño
una mirada intensa,
toda destellos,
toda amor,
de la cual, apenas vislumbro
una imagen difusa,
como si se hallara detrás de una tela translúcida;
extraño
lo que fue,
lo que creí que pudo
haber sido,
lo que deseé
que sucediera;
lo que supuse,
retornaría
pero no;
me extraño a mí misma
en ese lugar,
en ese tiempo,
con ese indescriptible deseo,
ese desborde,
instintivos, incontrolables;
me extraño
extrañándote
así,
ya no existas
así,
jamás hubieras existido.
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