Uno se equivoca.
Existen distintos tipos de equivocaciones,
diversas consecuencias,
según el error, según cómo, cuándo
se hayan dado los hechos,
más, menos graves.
Uno es humano.
Eso no justifica
el daño a otro,
no justifica mentirle, manipularlo,
no justifica fingir sentimientos, sensaciones,
pero tampoco justifica acusarlo,
hacerlo cargo de todas las implicancias,
cuando uno, a conciencia, tuvo algo o mucho que ver;
pero uno, otros,
lo hacen.
Y vuelven a equivocarse.
Por eso,
no miro una sola cara de la moneda,
intento ver ¡y entender! ambas;
si hay un abusador,
salvo que se trate de una "víctima" que no puede defenderse
-por distintos motivos: discapacidad, edad, ignorancia, ¿por qué no? ingenuidad-
digo, entonces
si hay un abusador,
si el abuso es psicológico, físico,
el que sea
hay una víctima
que propició ese abuso.
Tolerar, seguir el juego,
aparta, -diría, totalmente-,
de esa supuesta condición de víctima.
Pese a ello, pese a todo
no justifica el hecho,
más, menos, fuerte,
más, menos, violento, conflictivo, vergonzoso,
claro que no;
pero siempre uno puede negarse,
siempre se puede escapar,
(salvo que se esté en peligro,
a merced de un loco/a
dispuesto/a a todo);
si no fuera así,
se debería dejar ir,
soltar,
aunque cueste.
Pero como se es humano,
repito, se cometen errores
-y horrores-.
Y esos errores y horrores
provocan, tantas veces, tremendas, dolorosas, culpas
que se arrastran,
día tras día,
al punto de entorpecer, gravemente,
la existencia.
Si uno se prestó a un determinado juego,
si no desistió, si no se resistió,
si por el contrario, intervino,
puso algo, mucho, demasiado
de su parte,
así, no quiera reconocerse,
uno no es la víctima;
así,
por miedo, por no poder negarse,
por no perder a alguien,
por estar atravesando un momento difícil,
se acceda
a determinados requerimientos,
se diga
lo que no se desea decir,
se haga como si...
¡muchas veces, casi siempre,
se trata de ese enfermizo temor!
el que contamina,
condiciona la voluntad,
enturbia el espíritu;
entonces,
uno se vuelve más y más vulnerable.
es posible que no se lo haya, siquiera, imaginado,
-mucho menos, planeado-,
es muy probable que se haya dicho, hecho lo que sea
sin prever lo que sucedería;
aun así,
cada uno de los participantes
tiene que ver con esa historia;
también uno, por no haberla interrumpido
a tiempo;
como dije antes,
salvo en situaciones particulares,
excluyentes,
no solo es el otro, la otra,
también uno
inexorablemente,
es culpable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario