sábado, diciembre 21, 2019

Sin escondites

Claro que voy a decirte
siempre, siempre, ¡siempre!

lo que siento;

no hay lugar
para esconderse ya,

no hay escondites;

estuviera donde estuviera,
estuvieras donde estuvieras,

del modo en que sea,
nos encontraríamos.

Pasó la etapa
del no demostrar,

del no expresar,
del no admitir;

del reservarse
toda esa pila de sensaciones,
toda esa maleta plena de pequeñas,
aunque, significativas

palabras, frases, actitudes.

Pequeños pero intensos arrebatos
de cariño, pasión,

con una dosis de locura;

pequeños sueños
que portan, consigo, otros tiempos,

que persisten

cuando no se construyeron
nuevos.

Pasó la época de mentirse,
de fingir desinterés;

se siente tan bien,
es tan liberador,
tan refrescante,

pronunciar ese o esos te quiero,
te deseo lo mejor,
te extraño,

sos de lo más lindo que me pasó,

te sueño,

escribí esto, esto
y esto

¡y mucho más!

todo,
pensando en vos,

sintiéndote en ese presente,
el del acto creativo,

luego de haberte pensado
o repensado

y reinventado;

luego de haberme dado cuenta
de que no queda demasiado tiempo,

¡nunca queda demasiado tiempo!

es preciso que te lo diga,
-claro que un poco tiene que ver
la Navidad, tan próxima-,

¡ese halo, ese film que proyecta la mente,
en el que desfilan todos esos festejos,
esos regalos, esa felicidad real!

por eso...

no me importa reconocerlo
y decírtelo:

estás entre lo que más quise,
no me importa si esta confesión te perturba,

-sé que no, sé que es todo lo contrario.-

Estás

entre las alegrías, las risas más añoradas,
entre los placeres más vívidos,
entre los abrazos más contenedores,

más ciertos,

abrazos
que se prolongaron,
se prolongan

-así, no se hayan repetido-,

durante toda la vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores