domingo, noviembre 10, 2019

Así, tiente el insistir en aquel abrigo

Cuando entro
en "modo desesperación"

ahí está el pasado,
siempre al acecho,

con su clásico olor naftalínico,
con su discurso medieval,

su falta de nuevos retos,
la ausencia de proyectos,

de aspiraciones,
de nuevas perspectivas;

cuando caigo,
por casualidad
-o por alguna causa-

en ese lastimoso
modo,

auto-convencida

de que todo es basura,
de que nada me suma,
nada me motiva,
nada me inclina al hacer,
al decir, al crear

juro que me detesto.

Y todo comienza a parecerse mucho
pero mucho, ¿eh?
a una demasiada larga agonía,

así dure uno, dos días,
una semana;

no,

definitivamente,

no al pasado;

pues, así haya sido,
en algunos aspectos,
meros detalles, gestos,

maravilloso,
-en gran parte, por su caducidad-,

no refleja en absoluto
lo que hoy somos,
lo que hoy vivimos, aspiramos,
a lo que hoy apuntamos;

no quiero envejecer
en ese tejido de telarañas,

no quiero oler
a humedad, a rancio,

agusanarme,

inmersa en la idea absurda
de que aquello era lo mejor,
de que sería bueno que regresara,

se trate de un objeto,
un hábito, una comida,
un lugar, una salida,
una persona, un sentimiento,

una mentira de sentimiento;

pues, todo remite al olvido,
a la apestosa nostalgia

que tantas veces
nos atrapa con sus garras ruinosas;

por eso,

es preciso estar atenta,
estar atentos:

así, tiente el insistir
en aquel abrigo
que no lo fue tanto

-y si lo fue,
hoy no alcanza-,

esa debilidad
nos detiene,

nos impide crecer,
interrumpe nuestros procesos,

dilata nuestro tiempo,
este segundo, que será minuto,
hora, día, mes

¡este es nuestro momento
para ser!

no hay más que pensar

no hay que temer

salvo cuando se ancla
en lo ya vivido,

cuando se intenta reciclar
lo antiguo, gastado, desteñido

y entonces, nuestro mundo se reduce
a una única tarea:
la de simples recolectores;

de ese modo,
no habría posibilidad,

pensamos en que no habría posibilidad
de nada nuevo,

nada que invite,
que tiente, que arda
en nuestro interior.

En el universo del pasado
ya no queda nada
por rescatar,

tan solo
destrucción, ruinas,

¡muerte!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores