miércoles, noviembre 27, 2019

Ser capaz de detenerse

Ahora
que hay resabios de luna
en tu pelo;

ahora,
que las marcas
de las tantas risas,
de los enojos,
de las lágrimas,

de los besos,
de las penas,
de las preocupaciones,
de los muchísimos insomnios

se advierten,

no es grave
ni decepcionante,

¡claro que no!

¡es la vida!

los grandes desafíos,
los miedos enfrentados,
los sueños que se dieron,

los que no
pero continúan,
no decaen.

La vida

en ese rostro
ya no tan joven
pero pleno;

hoy sos capaz de detenerte
ante el imponente árbol,

ante un nuevo, cada nuevo
amanecer;

hoy
-después de tanto-,
podés ver, pueden conmoverte
esas pequeñas flores
salpicadas, al antojo del viento,
sobre el verde;

hoy no pasás de largo,
hoy no te parece insignificante
un encuentro, un café,
una palabra, un gesto,

un abrazo,
una demostración de afecto
siquiera, virtual;

hoy recobra valor
aquello que muchos años antes
lo tenía,

pero lo habías olvidado.

Vuelve la sorpresa,
se reinicia el aprendizaje;

los ojos, todos los sentidos,
embelesados ante la belleza natural,

el color del cielo, del mar,
una mirada, una imagen,

una voz, un perfume
que nos recuerda a aquellos;

una canción,
unas líneas que evocan
ciertas cuestiones;

¡no hay modo
de desperdiciarlo!

el hoy es mucho más valioso
que el antes;

el hoy cuenta,

esta lectura,
el pensamiento
que ahora mismo
te arroja, te propone,

la ilusión
que espero
te devuelva,

cuentan.

Todo cuenta.

Ahora es el principio,
el camino vuelve a vislumbrarse,

ahora
hay tiempo

para sonreír,
para decir, hacerlo todo,
con todas las ganas,

para gozar, para acariciar,
para entender,

para reunirse con quien se dejó de lado
sin un motivo
o con un motivo, depende;

¿por qué no intentarlo?

o bien,
desplegar un nuevo plan
de seducción

¡para algo, alguien nuevo!

así que...

a peinar
esas canas,

a mirarse
en el espejo

con afecto,
con confianza;

a ponerse
los anteojos oscuros

esos que tan bien te quedan
-y lo sabés-

y a enfrentar lo que sea,
el antes, como haya sido,
el irreversible antes,

¿el despúes?
nunca se sabe,
ya habrá tiempo...

este instante,
el acto presente,

es lo que cuenta.

¡Vamos, animate,
arrojate a esa pileta!

-tal vez,
no esté vacía-.

¡vamos!

¿qué estás esperando?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores