No más de lo mismo.
Ser parte de una parte,
ser consuelo,
ser instante,
ser cubre-huecos;
ya no más.
Creyó conformarse,
-y esa sí es una palabra espantosa-;
consciente y todo,
soportó ese desmoralizante estado,
durante muchísimo tiempo,
¡demasiado!
hoy
no.
Esperar
¡siempre esperar!
a que regrese
de sus tareas, distracciones,
junto a esos seres,
con los que cohabita,
desayuna, cena,
al mismo tiempo, se recuerdan, uno al otro,
actividades,
horarios,
etcéteras;
cumplen, al parecer
bastante bien,
sus respectivos roles;
cada día,
exactamente igual
al anterior, al siguiente.
En ocasiones, discutirán,
tal vez, ni siquiera;
en tanto,
alguien
que fue persona,
que tuvo sueños,
-así, él no lo hubiera percibido,
en absoluto-,
está ahí,
oculta,
dentro de una caja
impecable,
cual muñeca
que solo se toma
para jugar,
apenas, un rato,
para luego, volver a guardarla
y regresar a los juguetes de siempre,
los que ya no requieren
tantas contemplaciones,
los usados,
los cotidianos.
Ella padeció, en verdad,
una situación muy similar,
¡se le hizo eterna!
en principio, no reaccionaba,
de tan invisibilizada,
casi, diría, auto-extinta;
tuvo que alejarse,
tuvo que esforzarse,
¡ufff, muchísimo!
por volver a ser ella,
por volver a ser quien era;
para recordar, recordarse
que no fue, no es etérea, intocable,
disponible al ciento por ciento,
aquel objeto que entretiene por un momento,
el que su "dueño" disponga;
siempre impecable,
siempre lista,
aunque
lejos, muy lejos
de una vida real, compartida,
cercana,
cómplice.
No quiso ser
alivio,
de ningún modo,
de errores ajenos,
menos, pagar por ellos;
-apenas,
pudo, puede con los propios-;
quiso retomar la ilusión de ser alguien junto a alguien,
coexistir en esas experiencias cotidianas,
despertar al amor
no al tedio, no al agobio,
al amor
que nada tiene que ver
con soportar, con sofocar deseos,
postergarse;
en el caso de su ex-amo,
sigue eligiendo no ver,
reemplaza la sensación de asfixia
con sus impostergables fantasías,
las envuelve en tules
incitantes,
fantasías en secreto,
nada previsibles,
siempre renovables,
todo por no reconocer
ese deseo, ese ímpetu,
absoluta, aparentemente
controlado:
despegar de su mediocre, cómoda estadía,
¡huir de ese sitio!
¡urge hacerlo,
los años pasan
muy velozmente!
¿necesita un objetivo
más concreto?
¿qué tal la posibilidad de alcanzar,
¡por fin!
lo que dan en llamar
"felicidad"?
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