domingo, julio 07, 2019

Miserabilísimo orgullo

Todo es inútil.

Le muestra su mejor costado,
su peor costado,

ensucia su decir,

¡lastima su arte!

y nada, nada resulta.

Se rebaja y lo eleva
a lo más alto,

a lo insustituible.

Es humillante,
mas no puede evitarlo;

todo ese amor-pasión
guardado, durante años,

hoy, oscuro,
prohibido,

¿y él?

como si se hubiera propuesto
estropearlo del todo,

masacrarlo,

enterrarlo

tenerlo a su alcance
solo por un rato,

para sentirse único,
para expandir su miserabilísimo orgullo,

con la supuesta certeza
de que esa, una mujer,
desde tan lejos,

-desde mucho más lejos
todavía-,

está enamorada de él;

-al menos, ella así lo asegura-,
con respecto a quien
ya no es
el que fue

-o sí-;

podría ser que ella se engañara
y creyera
que conoció, conoce
a ese ser que fue,

-o sigue siendo-

Se transformara en otra, en otras,
en todas.

-Supongo que nada de esto alcanzaría-.

Si acaso, volviera a la que era, es,
si realmente dijera lo que piensa,
lo que siente, lo que teme;

si por el contrario, intentara,
adaptarse, obedecer

a los consabidos guiones
impuestos

por ese mismo u otro,
quien fuera,

que ya nadie,
ni ella, ni él mismo
saben quién es,

en cualquier caso,

ella llora un llanto
que ese tal jamás entendería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cristina Del Gaudio

Seguidores