lunes, julio 08, 2019

Carencias silenciadas

Digo una vez más
y basta;

y me convenzo:
porque estoy contenta,
porque tengo motivos para festejar,

pero también

porque me siento sola,
porque me aburro
o me siento triste,

o extraño a ese ser inalcanzable;

supongo que todo tiene que ver
con no descubrir, no hallar,
no encajar -o creer que no se encaja-
en este, en otro lugar;

digo basta
o bueno, solo esto,

hoy
pero nunca más;

sé que miento,

ya no tiene sentido engañarme
más;

es muy probable que estas cuestiones
me reenvíen
a tiempos remotos

pero un mismo afán:

el de encontrar eso, lo que fuera
que me lograra,
que me logre, siquiera,
consolar

¿por todo aquello
que me faltaba,
que todavía me falta;

por todo aquello que no sé,
no supe,
dónde, cómo buscar?;

quizás, si espero,
si dejo de buscar,
si me detengo,

si logro aquietar esta cabeza
que no para,

para así, escucharme,
de verdad;

si me instalo en la esquina
de la memoria,

intento e intento
entender el origen,
la proveniencia
de este mal,

que me lleva a hacer,
a dejar de hacer,

a retomar y retomar
viejas, renovadas indagaciones,
por el solo hecho de indagar;

si realmente lograra
si realmente pudiera

volver a conectar

con lo que pasa aquí,
aquí mismo,
en mi interior,

donde se oxidan, se pudren
tantas ignoradas, silenciadas, carencias,

que me condujeron, me conducen
a mi propio desconocimiento,

a la desaparición de las migas
que indicaban el camino de regreso;

-en tanto, observo
ese insistente signo de interrogación
en la mirada que quienes
creyeron, creen conocerme-

y elijo no verlo,
no más,

elijo volver a intentarlo;

quizás, así,
oiga, palpe, vea, saboree,

¡al fin!

lo que se oculta detrás
de esta carrera, aniquiladora,
interminable, estéril

que me apartó, antes,
-vuelve a hacerlo ahora-

de mis propios deseos,
de mis propias,
personales, exclusivas

búsquedas

ya no en pos de consuelo,
ni contento,

sino en pos de

¿acaso, imposible?

felicidad.







2 comentarios:

  1. La búsqueda de la felicidad es el acicate que tenemos todos los seres humanos, pero el poeta convierte esa búsqueda en poemas.
    .

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario, Lucía y por haberte tomado el tiempo para leerlo, ¡abrazos!

    ResponderEliminar

Cristina Del Gaudio

Seguidores